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El área de igualdad del IES Abyla organizó una mesa redonda enmarcada en los actos del Día Internacional de la Mujer
El IES Abyla está en pleno proceso de reforma, desde hace dos años el centro ha sufrido una renovación tanto en sus instalaciones como a nivel formativo, y de ese objetivo de cambio nacen algunos de sus nuevos ciclos, uno de ellos totalmente innovador y que sitúa al centro como pionero de la ciudad en sus enseñanzas. Se trata del ciclo formativo en promoción de la igualdad de género, cuyos alumnos han engalanado el centro durante los últimos días de cara a la jornada de la reivindicación, el Día Internacional de la Mujer, que hoy da la vuelta al planeta. Sin embargo, la coordinadora de igualdad del centro señalaba que el instituto no sólo lucha y reivindica un día. “En el Abyla estamos involucrados los 365 días del año porque esto es una lucha constante”, declaraba Ángeles Caldera.
Unas palabras que repetía el director del centro, Carlos Benítez, como introductor a la mesa redonda que acogía el centro en torno al día que hoy se conmemora. El director recordó que no se reivindica ni se lucha un día, sino que esas acciones deben ser constantes y sólo así se podrá alcanzar el fin deseado. Un mensaje respaldado tanto por los alumnos asistentes como por las ponentes, que enlazaron el mensaje de Benítez con sus propias experiencias personales que intercambiaron con el público.
Lidia Ruiz, jefa de la Oficina de Extranjería; Auixa Ahmed, ganadora de la X edición del premio Maite Alascio; Manuela Mora, jefa de Protección Civil y María Luisa Centeno, coordinadora del área de trasplantes, fueron las encargadas de avivar el debate social que tanta voz está teniendo en los últimos días, pero además lo hicieron dirigida a una población joven. Como forma de concienciarles, avisarles e incitarles a luchar, a reivindicar y a oponerse a los patrones que se convierten en un lastre para la mujer.
La mesa se convirtió en un dinámico coloquio que navegó y profundizó en la nueva era para la mujer, su lucha hacia el empoderamiento y los abundantes obstáculos que se presentan. Unos impedimentos que poco han cambiado en las últimas décadas, o más bien, no han sufrido la evolución que el tiempo requería.
Con nuevos puntos de mira, pautas y directrices adquiridas durante esas ponencias, los alumnos seguirán trabajando durante sus clases y clamando a la vez por la igualdad. Porque como ellos bien saben y les recuerdan sus docentes a diario, la lucha es lenta, pero debe ser constante, persuasiva y sólo con pequeños pasos cada día se consiguen grandes logros, invocaba Caldera.