Por qué nos resignamos a permanecer con situaciones que nos afectan de manera negativa? ¿Somos pesimistas por naturaleza? ¿Desde cuándo el ser humano tira la toalla a la primera?
Parece que en los últimos años, problemas como el paro, el enchufismo, la escasez de vivienda o el aumento de la pobreza se han convertido en bestias que han aplastado la ilusión y el optimismo (¿natural?) de las personas. En Ceuta, esto se ha notado especialmente en los últimos años donde la desidia parece haberse adueñado del espíritu de lucha que, en diferentes medidas, todo cuerpo alberga.
En general, existe un halo de desilusión con la política que interesa de manera específica a los que ostentan el poder. Les interesa porque cuanto menos reivindicativos y menos exigentes seamos con nuestros derechos más seguridad tienen de que seguirán mandando.
Muy lejanos quedaron aquellos tiempos en los que se salía a la calle masivamente a reivindicar cuestiones que afectaban a nuestro futuro. Hoy por hoy, nuestras quejas y protestas se reducen a ser debatidas en las cafeterías y en pequeños grupos. Aún así, en el fondo de las conciencias reconcome el saber que no hacer nada por el cambio es como estar a favor de todo lo malo que se nos impone.
Políticamente, sólo hay una manera de cambiarlo, y es, cada cuatro años, en las urnas.
A partir de este viernes comenzará oficialmente la campaña electoral y durante dos semanas, los candidatos a presidir nuestra ciudad la próxima legislatura presentarán sus programas políticos con las iniciativas que llevarían a cabo en caso de ser elegidos.
Hay cosas que están claras.
Una familia con escasos recursos, jamás debería apoyar con su voto a los que durante años de gobierno no han hecho nada por ellos.
Una familia a la que es prácticamente imposible acceder en condiciones de igualdad a una vivienda de protección oficial, jamás debería apoyar con su voto a los que durante años de gobierno no han hecho nada por ellos.
Una persona a la que se induce a llevar la gaviota en el pecho para poder tener un puesto de trabajo, jamás debería apoyar con su voto a los que durante años de gobierno no han hecho nada por ellos.
Así podría seguir durante varias líneas porque no son hipótesis, si no realidades claramente constatables por cualquiera a lo largo de los últimos años.
La pregunta clave es si se quiere más de lo mismo, más desempleo, más enchufismo, más promesas incumplidas, es decir, más Partido Popular, o si se está dispuesto a dar el golpe en la mesa definitivo que lleve al cambio con más igualdad de oportunidades, más transparencia y más justicia social, es decir, más Caballas.
Confía en el cambio.