No lo dude por un instante, la izquierda, el marxismo, quiere destruir toda dignidad de ser humano, para una vez perdida toda conciencia, cosificados y animalizados, claudicar todo derecho y poder hacer sobre nosotros lo que les venga en gana.
La primera batalla que ganaron fue la pérdida de condición espiritual, de tal forma que todo aquel que ose declararse espiritual, es ridiculizado, denostado y tomado por un arcaísmo. La segunda pugna fue declarar el aborto como un derecho.
Constituyeron a la primera causa de muertes en el mundo, más que la suma de todas las guerras y primera causa de violencia contra las mujeres, el feminicidio, como un derecho legislado y sufragado con dinero público.
La tercera batalla fue desposeer a los padres del derecho a la educación de sus hijos e imponer la educación sexual temprana y el absurdo de autodefinirse naturalmente. Animalizando y pervirtiendo las relaciones entre humanos, banalizando la complejidad y fuente de amor que constituyen estas y destruyendo siglos de avance humano que se resumen en los principios que San Agustín predicaba en el siglo IV: “conócete, acéptate, supérate”.
Y ahora luchan por legislar sobre la asistencia al asesinato, eufemísticamente llamado eutanasia, “muerte digna” o “buena muerte. Habría que recordarles que no existen muertes dignas, sino todo lo contrario, vidas dignas; y es por esto por lo que se debe luchar particularmente y juntos como sociedad.
El PSOE, en su lucha por degradar aún más al ser humano, y con la abstención de Ciudadanos, nos regala una proposición de ley sobre la eutanasia. Como si esta fuese una acuciante necesidad social fuertemente demandada.
Pero nada más lejos de la realidad. La Federación Nacional de Asociaciones de Lesiones Medulares y de Grandes Minusválidos, declara expresamente que la inmensa mayoría de los discapacitados es contraria a la eutanasia, y en el Centro Nacional de Parapléjicos de Toledo, ninguno se considera a sí mismo como ser indigno de vivir o con una vida indigna de ser vivida; muy al contrario, hay que escucharlos en defensa de la vida.
Según la Sociedad de Cuidados Paliativos, el 75% de los españoles vamos a necesitar estas atenciones, y actualmente unas 75.000 personas no las reciben correctamente; así que ándese con ojo, porque el Estado en manos de estos corifeos de la muerte puede estimar, de hecho ya algunos de Podemos lo manifiestan abiertamente, que los mayores son un estorbo para el desarrollo social, y no digamos económicamente con el lío que hay montado con el asunto de las pensiones.
La eutanasia es un fracaso de la familia, de sus allegados, y de la sociedad, que al verse incapaz de acompañar en el sufrimiento, prefiere aligerar sus flojas conciencias, mediante el asesinato asistido, a mayores, niños, y minusválidos,
La experiencia en otros países, que se autodenominan civilizados, nos demuestra que una ley sobre la eutanasia es la mejor manera para asesinar a los más débiles.
De hecho, en Holanda y Bélgica, son velozmente asesinados, bajo el amparo de esa ley, enfermos en coma, niños, personas en estado vegetativo, discapacitados psíquicos… Es decir, personas que no pueden dar su consentimiento. La eutanasia, se diga lo que se diga, es degradante, cruel, destructiva y antihumana.
Es una perspectiva digna y coherente y desde ese punto de vista merecedora de todo respeto. Aún así debo decir que la opción individual de decidir cuando no someterse a tratamientos que pueden resultar ser un escarnio sobre el paciente terminal con la única finalidad de mantener la vida sin ninguna opción recuperadora, también es igualmente digna y coherente. El principio de beneficencia q preside la actuación médica Febe verse limitado por la opción del paciente de no someter a cualquier tratamiento q no suponga la posibilidad de recuperación de la salud y de un cierto nivel de calidad de vida. La libertad individual no es ideológicamente de izquierdas precisamente, y por ello yo apuesto por el testamento vital como expresión de la voluntad anticipada de las personas. Un cordial saludo.