Ha sido
uno de los incendios más graves y a su vez más trágicos a los que se ha tenido que enfrentar el cuerpo de
Bomberos de Ceuta. Justo y Mª Carmen murieron en su domicilio de la calle Cervantes, a pesar de que los profesionales del SEIS hicieron todo lo posible por evitarlo. 24 horas después de esta tragedia analizan para
FaroTV cómo se activó el operativo para atender una situación de riesgo como siempre lo representa un incendio en una vivienda. Esa noche el 112 efectuaba esa llamada de urgencia al Parque de Bomberos, poniéndose así en marcha el protocolo que los componentes de este Cuerpo tienen asimilado para cada situación. Juan García, sargento de Bomberos, explica que tras recibir la llamada desde el teléfono único de emergencias, inmediatamente se alertó a todo el personal a través de megafonía de que había un incendio en una casa. “Se activó el protocolo” ante este tipo de incendios, que está formado por “tres vehículos: una primera dotación, una segunda, la auto-escala más la pick-up, que es donde iba yo como jefe de servicio”.
Existe un esquema de funciones determinado, cada bombero sabe perfectamente qué debe hacer ante casos como el que se presentaba, aunque cada situación es diferente y la información se va conociendo de forma gradual. Esa noche, con todos los dispositivos alertados, se acudió a la casa de Cervantes sabiendo cada uno qué debía hacer mientras se iban recibiendo más datos de lo que se estaba produciendo y conociendo, así, que había personas dentro del hogar. “Todos los incendios no son iguales, cuando llegamos cada uno asume su función y sobre la marcha iba viendo si había cambios y tenía que modificar el tipo de intervención. Sobre la marcha, el equipo de interior empieza a rastrear la vivienda y voy recibiendo información. Había tres personas dentro, dos de ellas con movilidad limitada. Informé al jefe de intervención de interior para que supiera esto y pudiera hacer un rastreo a fondo”.
Un escenario complicado: humo y una carga térmica elevada
Entrar en la vivienda que fue escenario de esta auténtica tragedia fue complicado. El equipo encargado de acceder al lugar avanzaba dentro de un hogar para ellos desconocido, teniendo como fin último dar con las personas que estaban en el interior e intentar así salvar sus vidas. Fue una situación marcada por el riesgo, un momento que a pesar de la experiencia acumulada por la plantilla del SEIS resulta complicado de asimilar debido al hallazgo de dos cuerpos sin vida. “En esos momentos te encuentras con mucha adrenalina. Formamos dos binomios. En el primero iba con otro compañero y nos introducimos en la vivienda, fuimos haciendo rastreo habitación por habitación. Eran muchas y había una importante carga térmica. Empezamos habitación por habitación llamando a las personas que pudiera haber dentro para que dieran aviso. Tiramos hacia delante con mucha cantidad de humo, no se veía nada, íbamos con la cámara térmica. Cuando llegamos al fondo de la vivienda, nos encontramos con una pared con un orificio de cristal que era un falso tabique de madera. Introducimos la cámara térmica y vimos cómo se encontraba ahí el incendio. Empezamos a echar agua para bajar la temperatura. Cuando se bajó, echamos abajo el tabique y procedimos a la extinción, así pudimos ver bien y comprobamos que encima de la cama había una persona fallecida y, al lado, otra. Se había desprendido el falso techo, fueron unos momentos de mucha tensión”, reseña el cabo de Bomberos, Diego Luque.
La carga térmica que se alcanzó en la vivienda y la gran acumulación de humo fueron enemigos contra los que tuvieron que lidiar los agentes actuantes, moviéndose en una situación extrema para todos ellos. “Eso era un horno, no podías llevar nada al descubierto porque en el momento en que llevas cualquier parte del cuerpo así sabes que de ahí no vas a pasar. Una vez que encontramos a las personas, procedimos a ventilar la vivienda y a seguir con el rastreo porque nos decían que había tres personas en total, pero esa tercera por suerte había salido en un principio y no se encontraba allí”, detalla. “Cuando te dicen que hay personas atrapadas, imagínate… lo que queremos es intentar llegar a ellas para evitar que pase lo que ha ocurrido. No ha podido ser, pero lo hicimos bien”, puntualiza.
Incendios trágicos en la memoria y el consejo de Bomberos sobre la evacuación
El incendio en la calle Cervantes es uno de los más trágicos a los que se ha enfrentado el Cuerpo de Bomberos, al haberse saldado con víctimas mortales. En la memoria reciente queda el siniestro en la torre de la Marina y un incendio en una vivienda del Príncipe, que también dejaron víctimas. Son estos sin dudas los que integran los malos recuerdos para estos profesionales. Miguel Ángel Ríos, jefe del Cuerpo de Bomberos, recuerda que este tipo de situaciones es lo que “más mella te deja en el cuerpo y la sensación de que, aunque el trabajo esté bien hecho, se te queda un resquemor. En este caso he visto la instalación, la vivienda, el procedimiento que se ha seguido… Se ha dado todo, prácticamente no podíamos hacer nada por estas personas”. A pesar de que los bomberos informan continuamente de cómo se debe actuar ante un incendio en vivienda, no se termina de seguir el protocolo adecuadamente.
La ciudadanía, quizá vencida por el miedo, hace lo que no debe. Las pautas han sido y siguen siendo muy claras para evitar consecuencias peores. Ríos deja claro cómo hay que actuar. “Cuando damos cursos y charlas, siempre pongo un ejemplo muy sencillo: el humo es tu enemigo, que es lo que realmente te envenena en un incendio, lo que verdaderamente mata. Si tú abres la puerta y ves al enemigo, ¿sales?, no. No salgas, impide que entre. Pon trapos húmedos, cierra la puerta, intenta alejarte hacia la zona más lejana de esa puerta, intenta cerrar todas las puertas posibles… De verdad, invito a todos a que vean en redes sociales, en youtube… el resultado de una intervención en un incendio en el que la puerta está cerrada. Es verdaderamente increíble. Estamos hablando de una habitación intacta y el resto de la vivienda totalmente calcinado”. ¿Es la evacuación la medida correcta? Quienes saben de esto vuelven a dejar claro cómo se debe intervenir, evitando comportamientos que aumenten aún más el peligro de un incendio en el hogar. “Es muy importante que nos concienciemos de que la evacuación no es siempre la medida correcta. Muchas veces una mala evacuación es lo que produce resultados de fallecimientos. Es esencial que el ciudadano sepa que tiene que estar encerrado en su casa y que todos los intervinientes, desde bomberos a policías, sepamos que las plantas que hay desde la incendiada hacia arriba no se deben evacuar, las plantas inferiores si se tiene muy claro, si no hay peligro exterior, sí son evacuables. Pero lo fundamental es que nadie tome esa decisión de evacuar porque, primero, corresponde al servicio de Bomberos y segundo, que podemos poner en riesgo la vida de personas. En esta intervención que hemos realizado, llegamos a la vivienda, hicimos el rastreo en otras y si vemos que los demás están en buenas condiciones los dejamos donde están, porque es su mejor sitio. Es muy difícil evacuar una, dos, tres personas por una escalera. Es sencillo: si vives en un cuarto, intenta bajar a un primero sin respirar, ¿puedes? Lo dudo, entre el estrés, el humo, el cansancio, no puedes. El consejo es no abandonar la vivienda”.