Todo sucedió en 22 minutos, al menos el grueso de esta crónica negra de la inmigración. El aviso, la entrada, el rechazo, el empleo de material antidisturbio y la comprobación de que había muertos en la playa. El ministro intentó hacer ayer una cronología de lo sucedido, aportando, de nuevo, horas y actuaciones para esclarecer una tragedia que ha dejado 14 muertos, de los cuales aún queda por recuperar un par. Aún están en el fondo del mar, en el lado marroquí, que fue en donde se produjeron todas las muertes. En este detalle insistió el ministro, en el hecho de que los fallecimientos se han producido en otro país.
A las 5.45 horas se detectó la aproximación de casi 300 personas, cuyo primer intentó de pase se produciría, ya a las 7.30 horas, por la zona del Biutz.
A las 7.35 horas, los inmigrantes llegan a la carrera al puente nuevo de Tarajal, en donde ya se detecta que algunos portaban “objetos para utilizar supuestamente como salvavidas”, lo que llevó a la Guardia Civil a orientar su control de vigilancia hacia la playa al prever un intento de pase por el mar. “El grupo de inmigrantes mostraba una inusitada actitud violenta, agrediendo continuamente con palos y piedras al personal del Ejército marroquí que trataba de contenerlos”, indicó el ministro.
A las 7.38 horas llegaron a la playa, en donde había ya “un nutrido grupo de militares marroquíes” que consiguieron rechazarlos, salvo un grupo de 23 que consiguió llegar al mar y nadar. El dato de 23 subsaharianos no se conocía hasta ayer, algo que fue utilizado por el ministro para demostrar que Interior no tiene intención de tapar datos, sino que es ahora, con todos los detalles, cuando puede hablar de forma menos confusa. “Esto es un ejemplo de rigor”, concretó, calificando su relato de los hechos de “ajustado a la realidad” porque se basa en la información, ya detallada, que le ha dado la Benemérita.
De hecho en la Comandancia de Hadú se lleva trabajando desde el pasado jueves en escribir al detalle todo y de todo.
El lanzamiento de material antidisturbio, incluido al agua, se produjo cuando los inmigrantes habían escapado del control marroquí. Según el ministro, ya con el informe completo se ha sabido estos detalles. “En ningún momento el objetivo del uso de los medios en la mar fue alcanzar a ninguno de los inmigrantes, sino hacer visible una barrera disuasoria”, aclaró.
“A pesar de la gravedad se actuó sin improvisación por mandos adiestrados y conocedores de la situación”, insistió. El ministro dejó claro que todas las muertes habían sido en territorio marroquí y que los cadáveres hallados en Ceuta no muestran lesión alguna. “Esto no quita dramatismo”, advirtió, “pero sí responsabilidades”. Sobre la omisión del deber de socorro el ministro aclaró que en todo momento estuvo el Servicio Marítimo y los GEAS allí, a disposición de Marruecos para actuar “prestos a auxiliar”, pero no se reclamó esa acción.