A punto de concluir el servicio de socorrismo en playas el próximo 16 de septiembre, la empresa Marsave, concesionaria en Ceuta, ha hecho balance de su actividad este verano. La temporada, a expensas de los datos de la última quincena, se ha saldado con 18 rescates en el mar y ningún ahogamiento.
Una temporada que, en vista de los resultados, la empresa califica de “fenomenal” porque 2019 ha sido un año especialmente dramático a nivel estatal por el elevado número de ahogamientos, también entre los menores. Una tragedia en la Península que contrasta con la ausencia de muertes en la ciudad autónoma. Marsave ha valorado la contribución que la campaña #ojopequealagua ha tenido en estos resultados.
No obstante, sus profesionales “tocan madera” ya que continúan en las playas de la Ribera y el Chorrillo de lunes a domingo de las 12.00 a las 20.00 horas y los fines de semana de las 12.00 a las 20.00 horas también en Almadraba, Tarajal y Benítez.
En el recuento de incidencias en la lámina acuática, Marsave ha contabilizado en junio tres por distrés, la más común, que puede estar causado por fatiga, un tirón, miedo, frío o alguna patología súbita. En julio, la cifra se ha doblado hasta los seis casos y, ya en agosto, registró ocho por distrés y una de víctima activa, es decir, que lucha por mantener la cabeza fuera del agua y cada vez le resulta más complicado respirar. Estas últimas constituyen rescates más complicados como ocurre con los traumáticos.
El número de traslados al Hospital Universitario por parte del equipo médico de Marsave ha pasado de cero en junio, a nueve en julio y 11 en agosto. En cuanto a las asistencias sanitarias, fueron nulas a comienzos del servicio y subieron hasta 21 en los dos meses siguientes.
Fuera de las incidencias estrictamente relacionadas con el mar, la concesionaria del servicio de socorrismo intervino en dos agresiones, el extravío de un menor y seis intoxicaciones etílicas durante el mismo periodo estival.
Avisos por ponerse encima de la red antimedusas
Las heridas y los cortes suponen la patología más común en las zonas de baño de Ceuta, seguidas de las contusiones y los golpes para, a continuación, situarse las picaduras de medusa y terminar con quemaduras, golpes de calor, hemorragias y episodios de lipotimia, hipotensión e hipertensión.
La prevención también forma parte de la labor de los socorristas, quienes se han encargado de dar los avisos a los usuarios. La indicación más común a los bañistas es por ponerse encima de la red antimedusas (hasta 1.680 en julio y 1.389 en agosto); por saltar desde el puente o las escolleras (1.323 en julio y 921 en agosto); invadir el carril de embarcaciones y entrar con el kayak en la zona de baño.