En el año 2008, a toda prisa, los políticos se dieron la mano para demoler parte del patrimonio de todos los ceutíes. Ese patrimonio representado en el antiguo cuartel de Artillería. En vez de abogar por la restauración, algo que se obvia por puros intereses en este pueblo, decidieron poner de excusa las famosas ‘razones de Estado’ o ese consabido ‘interés general’ para derribarlo. Decían que la Guardia Civil no podía estar más tiempo en Hadú y que debía tener una Comandancia digna. Han pasado 11 años y la Benemérita sigue donde siempre, en una especie de casa ruinosa y parcheada llena de pasillos que es visitada cada Patrona por los políticos sin que se les caiga la cara de vergüenza. Debe ser que la obra de esa moderna Comandancia será demasiado compleja, tanto que ni tan siquiera han colocado una piedra. Llevan 11 años prometiendo y engañando, actitudes dignas de la profesión de los mayores farsantes en nuestras vidas: los políticos.
Se siguió con la Comandancia la misma estrategia que con el derribo del antiguo Cine África. Aunque ahí fue aún más grave, porque jugaron con una familia a la que le obligaron prácticamente a deshacerse de su propiedad porque había que construir unos juzgados. ¿Los han visto? Yo tampoco, siguen en el mismo lugar, más parcheados aún que la Guardia Civil.
Del antiguo cuartel se salvó un Pabellón, el de las Heras. Estoy convencida de la existencia de una estrategia consentida por todos para que se caiga solito. Figura como bien protegido pero nadie lo hace. Cada año está peor, entregado al intrusismo de botellones, basuras y sexo fugaz previo pago. Vemos cómo se va cayendo sin que nadie actúe. Quizá sea un estorbo y confíen en que el tiempo haga de las suyas y una mañana nos lo encontremos destrozado. Entonces las máquinas podrán hacer lo que quieran, incluso una obra distinta a la Comandancia de la Guardia Civil. Quién sabe.
El hecho es que día tras día se hace mayor el despropósito consentido hacia una maquinaria bien engrasada para satisfacer los grandes proyectos de grandes empresas para las que lo antiguo, lo histórico es un obstáculo. Por eso prefieren obviarlo, dejarlo de lado, no atenderlo como debieran para, de esta manera, dejar que todo discurra de acuerdo a las pretensiones de quienes quieren convertir Ceuta en la ciudad rentable, alocada, desordenada e interesada que unos quieren, no la que deben por obligación salvaguardar.