Zohair tenía solo 17 años y muchos sueños. Uno de ellos continuar en la práctica del fútbol, pero sobre todo tener oportunidades. Siguiendo la estela de otros chicos de su edad, abandonó su hogar en Martil el 18 de mayo para dirigirse a nado hacia Ceuta.
Este jueves su familia, que nunca paró de buscarlo, recibía la peor de las noticias: el hallazgo de su cuerpo sin vida en la playa de Castillejos.
El mar, que con nada se queda, devolvió el cuerpo que fue trasladado a los depósitos del hospital de Tetuán. Ya identificado, será enterrado en su tierra.
Zohair Ettijani militaba en el equipo de fútbol Nahda Martil, el sábado 18 de mayo marchó de casa recibiéndose noticias de que se había echado al mar con ánimo de cruzar el espigón del Tarajal.
Su rostro fue uno de los tantos difundidos esas jornadas, rostros de los etiquetados como desaparecidos. Detrás quedan las penas de sus madres y las querencias compartidas por dar con ellos.
A pocos meses de cumplir los 18 años
El próximo 2 de noviembre cumpliría los 18 años. Zohair eligió la ruta más peligrosa para entrar en Ceuta, la del espigón, en esa zona han desaparecido muchísimos jóvenes de los que nada se sabe.
El hallazgo de sus cuerpos viene, al menos, a cerrar ese ciclo marcado por la inquietud de esas madres que pierden a sus hijos, que se quedan en casa esperando recibir ayuda, que chocan con el muro de la incomprensión, de la falta de ayudas, de no saber a dónde dirigirse.
Como Zohair hay más adolescentes y jóvenes que han desaparecido en el mar, sobre todo marroquíes y argelinos de los que ya nada se sabe. La desesperación es cada vez mayor y a pesar de las noticias dramáticas publicadas sigue habiendo gente que opta por arriesgarlo todo, hasta su propia vida, por escapar.
QUE PENA QUE PANA Y QUE PENA