Yussef es un vecino de Ceuta, de 29 años, que sufre trastorno bipolar. Es una persona diagnosticada, con varios ingresos en
Salud Mental y por tanto con un historial conocido. Esto no fue suficiente para que, tras sufrir esta pasada Nochevieja un atraco en la calle en el que le golpearon para
robarle su teléfono móvil, se le atendiera en el Hospital y se le diera el alta sin haberse puesto en contacto siquiera con la persona que lo cuida, quien estaba buscándolo desesperadamente sin dar con él. Horas después, gracias a unos conocidos, Yussef fue localizado en las inmediaciones del Morro, desorientado y descompensado en su medicación, por lo que se le trasladó de nuevo al
hospital en una ambulancia. Ahora está ingresado. Esta historia comienza en la noche del 31 de diciembre, la última del año. Una historia que va más allá de la mera crónica de un atraco, ya que evidencia el vacío absoluto y la falta de mecanismos de reacción rápida ante los casos relacionados con la salud mental y el estado en que se encuentran sus familias carentes de una protección y orientación eficientes. La víctima de este atraco abandonó el hogar donde reside esa noche. Al ser mayor de edad, la persona que lo cuida no podía retenerlo. Pasaban las horas y, al no regresar, comenzó a enviarle mensajes de whatsapp que no eran respondidos. A Yussef, en algún momento de esa noche, le atracaron y robaron el celular, por eso no respondía ni tampoco podía pedir auxilio. A las 10:30 horas del 1 de enero, Yussef ingresa en el Hospital con lesiones en uno de los ojos producto de esa agresión. Allí se le atiende pero en ese momento la familia desconoce aún dónde se encontraba. Su ausencia fue comunicada de manera verbal a la
Policía Local para que lo buscaran. En esos momentos no habían recibido todavía llamada alguna de que Yussef se encontraba en el HUCE ni, tal y como denuncia la familia, tampoco se había comunicado a la
Policía Nacional esta asistencia relacionada con una agresión. “No me llamaron en ningún momento”, denuncia la familia del joven, que insiste en que tratándose de una persona con trastorno bipolar diagnosticado, que es conocido por otros ingresos previos derivados de su enfermedad, no se revisara su historial para informar de lo que había pasado, dándosele el alta sin comunicación previa. “Le estaba buscando por toda Ceuta y no lo encontraba, él es paciente del hospital, ha ingresado en otras ocasiones”, explica sin entender lo que considera que ha sido una mala actuación.
La llamada que sirvió de alerta y el abandono de salud mental
Fue gracias a la llamada de un trabajador externo del HUCE como supo que Yussef estaba en el clínico de Loma Colmenar y le iban a dar el alta. Esa llamada la recibió justo cuando iba a interponer denuncia en la Jefatura Superior de Policía por desaparición, por lo que optó por montar en un taxi y acudir al centro sanitario. Pero era tarde, el joven ya había dejado las instalaciones. Poco después recibió la llamada de unos conocidos que habían visto a Yussef en las inmediaciones del Morro, lo que fue determinante para que avisara a la Policía y una ambulancia lo volviera a trasladar al centro clínico. Estaba descompensado al no tomar su tratamiento y en mal estado. En la calle están quienes atracaron al joven, le pegaron y quitaron su teléfono móvil. No se puede contar con testimonio de la víctima al no estar en condiciones de prestar declaración. La familia no quiere que este caso quede en el olvido porque mañana le puede suceder a otro. “¿Y si lo llegan a matar?”, se pregunta. Más allá del propio atraco, del ingreso sin comunicación, del posterior alta médica sin constancia, de no haberse comprobado quién era el paciente, la familia pone por delante la situación en que se encuentran no solo los afectados sino también sus cuidadores, reclamando más inversión y atención en salud mental, con protocolos que funcionen y con centros en los que se les pueda atender.