“Yo me mido por las cualidades de mi música y creo que cada vez hago las cosas mejor”

El artista gaditano aterrizará esta noche en ‘La Sala’ (00.00 horas) para dejar un trocito de su corazón y su música profunda en la ciudad autónoma. ‘El Faro’ habló con Ruibal y se adentró en su universo de sensaciones.

Javier Ruibal, poeta y músico al mismo tiempo, actuará esta noche en ‘La Sala’. El artista del Puerto de Santa María traerá su particular visión de la música y su oficio al trabajo de las seis cuerdas para que el público ceutí pueda disfrutar una vez más con su presencia. Todo un lujo en los tiempos que corren poder disfrutar de este músico.
–Por su trayectoria musical usted debería estar tocando en los mayores auditorios del mundo, aunque no es así. ¿Se siente cómodo con su papel?
–Yo no soy ni de grandes auditorios ni de bares. Soy únicamente lo que gente demande de mi. Si me llaman para hace un auditorio lo hago y si lo hacen para que toque en una sala, como la de Ceuta, yo acudo encantado. Evidentemente a nadie le amarga un dulce y todo el mundo quiere hacer las cosas más deslumbrantes, pero no creo que yo deslumbre mucho más en un gran auditorio que mañana (por hoy) aquí en Ceuta.
–Pero, ¿tendrá preferencia por algún sitio concreto?
–A mi me hace sentir cómodo la gente. Es cierto que las distancias cortas facilitan poder saber cómo está reaccionando el público, hay menos trampa, menos cartón, y al no haber luminotecnia ni efectos visuales sólo cabe valorar lo que está pasando, lo que uno canta y cuenta. Creo que por eso viene la gente a mis conciertos.
–Le preguntaba todo lo anterior porque intuyo que su figura no está situada todo lo alto que merece en el universo musical. Usted debería estar junto a Drexler o Sabina...
–Te agradezco mucho tu entusiasmo y tu deseo. Sé que hay mucha gente que opina igual, pero yo me acostumbré desde un principio a pensar que no había que perder tiempo en ansiedades de ese tipo. Yo me mido por las cualidades de lo que hago y creo que cada vez tengo mayor oficio y hago las cosas mejor, es decir, que mis canciones son más redondas y rotundas. Eso es lo que debe primar en el arte. Si de pronto ocurriera que tuviera una racha de gran estrellato lo aceptaría bien, pero lo que yo quería hacer era vivir siempre de la música y lo voy a intentar.
–Ese ya es un paso muy importante porque hay gente que ni siquiera llega a eso...
–Estamos metidos en un tiempo en el que parece que la única preocupación que existe es la del éxito rotundo y las masas enloquecidas. Precisamente eso casi siempre está relacionado con unas operaciones de marketing al margen de la realidad. Se invierte mucho dinero. Si a mi amigo Drexler y a otros artistas, a los que aprecio y respeto mucho, se les conoce más que a mi no es solamente porque sean grandes músicos, sino que también hay alguna empresa que ha invertido mucho dinero para que se sepa que existen. Puede ser que aquí el problema esté en que ninguna empresa ha apostado por mi. En eso estamos en lo cierto, pero se trata de algo totalmente aledaño a la música y al arte en general.
–A pesar de todo, su música ha recorrido buena parte del mundo. Usted ha ofrecido conciertos en USA, Bélgica, Marruecos, Francia, Hungría, Portugal, Israel y un largo etcétera...
–El asunto es que no se trata solamente de conseguir el espaldarazo de éxito. Se trata simplemente de hacer la música que te llega y que te permite tocar ante diferentes públicos e incluso gente con la que la barrera del idioma, en mi caso, no resiste. No todos los artistas de habla española pueden decir eso, se tienen que limitar a la gente que les entiende. En mi caso existe un soporte musical que va más allá de lo que estoy contando y que es una segunda propuesta. Quizá esto haya condicionado mi relación con la industria, porque ésta va buscando la inmediatez en vez de sugerencias musicales diferentes y propuestas artísticas distintas. Afortunadamente mi música me permite tocar en Suiza en julio y haber estado este año en Estados Unidos, en Costa Rica, Israel y Puerto Rico. Realmente no tengo ninguna queja.
–La última vez que tocó en Ceuta hubo una persona que espontáneamente subió a bailar al escenario con usted. ¿Si este año se repite la experiencia se animará a bailar un poco?
–Yo estoy dispuesto a hacer lo que el público disponga siempre que no se convierta el concierto en una cosa extrañísima. Personalmente creo que el concierto es una fiesta y espero que la gente venga a participar y a hacer lo mismo que hacen en sus casas cuando oyen tus canciones. Si la gente quiere bailotear mientras les canto, ¿quién soy yo para prohibírselo? Yo quiero ofrecerles una fiesta.
–En su página web viene una cita de Javier Krahe en la que explica por qué le gusta su música. Precisamente él se encuentra ahora mismo inmerso en plena polémica por un cortometraje del año 1978 en el que explicaba cómo cocinar un Cristo. ¿Qué le parece todo esto?
–Me parece una barbaridad todo este tema. Primero porque se trata de un video que lleva dando vueltas por ahí desde 1978; y segundo porque si hay alguien que sea demandable será la cadena que lo haya difundido. El librepensador está autorizado y protegido por el derecho. Nuestra Constitución nos asiste en el hecho de poder pensar con absoluta libertad y manifestar nuestros conocimientos, nuestras conclusiones y nuestros pensamientos siempre que no sean ofensivas para nadie. Además, parece ser que nadie se ha dado cuenta que aquello era una broma. Una broma anticlerical en el sentido en que hay muchas cosas del clero que son muy censurables, entre otras que el mensaje cristiano del que se adornan no lo han puesto en práctica nunca. Entonces, ¿por qué no hacer una broma sobre ello? Exceptuando a los misioneros y la gente que está en África y en los paises subdesarrollados dejándose la piel, el resto de la Iglesia viven una vida de falsedad absoluta en la que no ejercen para nada lo que están diciendo. Por lo tanto, a Javier Krahe que no me lo toquen porque no están para nada autorizados.
–Cambiando de tema. Recientemente presentaba usted en el Falla, junto a Jorge Drexler, una canción para el centenario del Cádiz C.F. ¿Cree que la usarán?
–No sé si lo elegirán. Se trata de un pasodoble gaditano, de carnaval, que tiene una chispa que no es la clásica. Probablemente el club elija el que más oportuno le parezca. Yo creo que la grada corearía con facilidad el estribillo de mi pasodoble, pero no sé si los responsables tendrán el mismo criterio. Lo cierto es que donde quiera que lo estoy cantando, y en Ceuta lo haré, a la gente le causa mucha simpatía y entusiasmo. Debo confesar que era un regalo que le quería hacer a Drexler, porque no lo sabía nadie. Ni él, ni el público que estaba en el teatro.
–Precisamente ahora la A.D. Ceuta se encuentra en plena elección de presidente. ¿Podría usted dejarme un par de frases para quien sea elegido?
–Lo único que le diría al presidenciable es que intente parecerse un poco a aquellos que están en la grada. Que el club es de todos y que busque la manera de ejercer empresarialmente en una cosa en la que están en juego sentimientos y emociones.
–Hace algún tiempo que no edita un disco. ¿Está preparando algo?
–Pues vamos a grabar el día 15 de julio en Córdoba, con la orquesta sinfónica de la ciudad, un concierto en directo. La idea es hacer arreglos nuevos sobre algunas canciones mías conocidas y sobre otras inéditas. Estoy muy ilusionado y emocionado con este proyecto.  Nuestra idea es que para otoño esté editado.