Que el delegado del Gobierno hable debería ser catalogado como noticia. Poco se espera de una persona cuya máxima gestión no ha ido más allá de ser la sombra de Juan Vivas. De hecho, si no llevara tiempo en el convento, pensaría que quien manda en los Reyes es el segundo. Resucitado de la política, tras ser arrinconado por el mismo partido que le eligió de cuerpo para un traje demasiado grande, Nicolás a veces sorprende, habla y hasta opina. Ayer, como buen delegado, le tocó valorar la operación desarrollada por la Policía. Y fue claro, pero no lo suficiente. Personalmente me hubiera gustado que hubiera aprendido lecciones de otros para no escurrir el bulto. Pero parece que el resucitado del PP se quedó en un amago.
Nos contó el delegado su agradecimiento y orgullo hacia la labor policial. Unos sentimientos que, aunque usted y su camarilla no lo crean, los compartimos todos. Lamentó "las críticas injustas", "los intentos de mediatizar o de alguna manera dirigir el trabajo de la Policía por parte de algunas personas aficionadas al Caso". Y claro, al menos yo me quedo con las ganas de saber quiénes son esas personas tan poderosas que pretenden controlar a la Policía (no sabía yo que cabía tanto menosprecio a una Fuerza de Seguridad como dejar entender que alguien ajeno les quiere dirigir, lo que hace pensar que en alguna ocasión se habrá hecho, ¿sabe algo de esto, delegado?).
Sí, es cierto, no se lo pregunté, sencillamente porque su deber es expresarse de forma correcta y valiente. Ni tengo edad para andar jugando ni considero que haya que darle tablas a un delegado que parece no tenerlas. Pero lo que más me sorprendió fue la respuesta que ofreció sobre las críticas vertidas a las 2 horas de tardanza en subir la Policía al Príncipe. Y esas críticas sí tienen autoría, al menos una: la que suscribe. Su respuesta es de risa, impropia de usted y además cobardemente desviada. Nos cuenta que: "La Policía estaba en el sitio y haciendo lo que realmente le correspondía. La Policía ha actuado correctamente, en menos de 72 horas... se actuó dónde se debía y cómo se debía". No. Así no vale. Está haciendo trampas porque no está respondiendo a la pregunta, no creo que sea porque no la sabe (sería torpe y peligroso) sino porque no quiere hacerlo.
Aquí nadie ha criticado a la Policía, ni la ha pisoteado, ni ha mancillado a las Fuerzas de Seguridad. Porque parece que puntualizar una realidad es ser radical o tener inquina a un Cuerpo. No. Usted debe responder a la pregunta: por qué la Policía subió a las 15.46 horas cuando los vecinos llamaron al poco del asesinato y yo en persona llamé a las 14.51. ¿Por qué lo hice?, porque la Policía no estaba y la gente me pedía explicaciones. ¿Era importante subir? Dígamelo usted. Yo creo que sí: buscar casquillos, acordonar la escena del crimen, evitar la contaminación de pruebas, localizar testigos. ¿No lo ve importante? Si hubiera estado quizá hubiera escuchado nuevas detonaciones, por ejemplo, pero no lo estaba. ¿Es tan difícil responder a esa pregunta? Yo creo que no. La Policía estaba donde debía, nos dice... ¿significa que no interesa recoger pruebas en el lugar o calmar a una barriada que estaba nerviosa? Usted no estaba allí, yo sí, y le diré que de no ser por los vecinos hubiera habido una desgracia mayor porque sus gentes se sintieron abandonados y había quien pedía venganza. Aquí no hay buenos y malos. Hay una verdad. Y esa es la que usted no quiere contar.