Pocas perífrasis ensanchan más el
alma y espíritu que la de ‘Vuelta al Mundo’. Precisamente este es el nombre del proyecto que ha desembarcado este miércoles en Ceuta con 35
jóvenes de 12 países iberoamericanos (España, Portugal y toda América Latina). La ciudad autónoma ha sido elegida por su simbolismo como la última parada de esta ruta que se inspira en la asombrosa expedición de Magallanes y Elcano de hace 500 años para conocer al pasado y encarar los retos de presente y de futuro para la humanidad. El programa, que llega a su fin después de empezar el pasado 21 de julio en Madrid, se define como una aventura sociocultural con especial énfasis en la solidaridad, la sostenibilidad y la cultura. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En ella, los 35 jóvenes de edades cercanas a los 18 años han compartido tres semanas de viaje por diferentes ciudades de España y Portugal hasta esta parada de Ceuta con el objetivo de buscar un giro a los problemas del mundo.
El ceutí Jesús Luna, que durante 31 años acompañó a su mentor Miguel de la Quadra-Salcedo en su aventura de la Ruta Quetzal, es el director del programa. Durante la primera de la visitas por la ciudad en la Oficina de Turismo del Baluarte de los Mallorquines antes de seguir por la Puerta Califal y las Murallas Reales ha atendido a ‘El Faro’ para definir la experiencia como “increíble” tras juntar a jóvenes becados de 12 nacionalidades y de todas las comunidades y ciudades autónomas de España para “rescatar el espíritu de esa hazaña marítima que supuso un antes y un después para la humanidad”.
“Dar la vuelta a los proyectos del mundo”
“La idea era buscar este
Estrecho, esa solución a un problema que había en aquella época para encontrar la ruta de las especias que habían bloqueado los turcos y que significó la circunnavegación que reconoció la esfericidad de la Tierra y que la especia humana estaba en todo el planeta”, ha recalcado Luna sobre este proyecto ‘Vuelta al Mundo’ que se inspira en lo que un portugués Magallanes y un español como Elcano lograron en aquella expedición entre 1519 y 1522. “La idea fundamental es que sea una aventura verde, que no haya límites y busquen soluciones a problemas fundamentales como la crisis medioambiental o la desigualdad social a través de esta hazaña naviera, y como no podemos darle la vuelta al mundo físicamente sí darle la vuelta a los problemas del mundo”, ha enfatizado.
El simbolismo de terminar en Ceuta
Precisamente, Ceuta se ha elegido por su influencia en la Vuelta al Mundo de Elcano y Magallanes. Durante tres jornadas, los jóvenes conocerán de cerca los principales monumentos y
atractivos naturales de la ciudad autónoma, así como el ambiente de multiculturalidad que se respira. No es casualidad que el final de la ruta vaya a ser en Ceuta, que en el mundo grecorromano fue conocida como ‘el fin del mundo conocido’. Además, se erigió como un territorio decisivo en aquella vuelta al mundo de Elcano y Magallanes, ya que fue donde Portugal con Juan I y Enrique el Navegante inician la base de operaciones para ir a las Molucas. “Gracias a que Portugal elige ese camino, Magallanes escoge otro diferente”, apunta Luna.
“Nos interesa mucho que en Ceuta entiendan la multiculturalidad”, ha detallado el director de ‘Vuelta al Mundo’ sobre el hecho de la convivencia de cristianos, musulmanes, judíos e hindús en la ciudad caballa. “Que convivan en paz es un ejemplo muy importante para estos jóvenes porque lo que nos pide el mundo es ser sostenibles en todo”, ha recalcado. Luna no es el único ceutí de esta expedición de más de medio centenar de personas entre alumnos y monitores. Uno de los monitores, Félix González, también está durante este final de la ruta en casa y la joven Ibtissam Gaddour, del Instituto Almina, es una de las 35 participantes que forman parte de este viaje.