Un vuelo de la conocida aerolínea Vueling que salía desde Gran Canaria con destino Málaga tuvo que ser desviado a Casablanca, Marruecos, debido a un incendio que se originó en el horno de la cocina del avión. Este incidente obligó a la tripulación a activar los protocolos de emergencia para garantizar la seguridad de los pasajeros y tomar la decisión de aterrizar en el aeropuerto más cercano.
El fuego comenzó en el horno de la zona de catering del avión, según relataron algunos de los pasajeros a bordo, entre ellos una pareja canaria que vivió de cerca el incidente. Afortunadamente, la tripulación actuó con rapidez y controló la situación, asegurándose de que el incendio no se propagara y de que los pasajeros permanecieran a salvo en todo momento.
Ante la imposibilidad de continuar el vuelo hacia Málaga, la tripulación optó por aterrizar de manera forzosa en el aeropuerto de Casablanca, en Marruecos. Aunque no hubo víctimas ni heridos, la maniobra provocó una demora considerable en el vuelo. Tras aterrizar, los pasajeros fueron evacuados del avión y dirigidos al aeropuerto, donde tuvieron que esperar durante cinco horas para poder reanudar su viaje.
Durante este tiempo, los viajeros se mostraron inquietos y frustrados por el retraso, aunque comprendieron la gravedad de la situación. No obstante, el prolongado tiempo de espera generó preocupación entre algunos, ya que muchos de ellos perdieron conexiones o se vieron afectados por otros compromisos personales o profesionales.
Finalmente, el avión pudo retomar su trayecto hacia Málaga después de que se resolviera el problema técnico. La aerolínea no reportó ninguna otra incidencia y aseguró que se investigará lo sucedido para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro. Este incidente subraya la importancia de los protocolos de seguridad en vuelo y la eficacia de la tripulación ante una emergencia.