Es una verdadera pena ver como se van denigrando o desapareciendo los principios de muchas personas, si es que los han tenido alguna vez y observar hasta qué punto son capaces de enfrentarse con total frialdad e hipocresía ante una injusticia.
Apenas empezamos con la precampaña política de cara a las elecciones municipales, donde todos los partidos democráticos de nuestra ciudad, se movilizan para presentar sus programas y proyectos, pateando barriadas, calles, mercados y comercios, haciéndose notar e intentando ganar la gracia de futuros electores, los cuales nos gustarán más o menos, mucho o poco, pero no podemos discutirles su entusiasmo o sus ganas por intentar ganar algunos votos más.
Para ello, nos ofrecen variadas mejoras, proyectos, intervenciones y un largo etcétera, de todos los colores, en todos los campos socioeconómicos, políticos y culturales, al gusto del consumidor; solo queda por parte nuestra, saber determinar y reconocer la validez, fiabilidad y viabilidad de todas las propuestas.
Mientras muchos van poniendo las piedrecitas para ir señalando el camino, otros como los de Vox, van poniendo bloques de hormigón, echando toda la carne en el asador, no a “fuego lento”, sino a todo gas, cogiendo carrerilla, con prisas, sin aliento y sobre todo sin vergüenza alguna.
Las provocaciones xenófobas son parte del programa electoral, se nutren del inconformismo de mucha gente decepcionada con alguna políticas y tras varias crisis le echan la culpa al inmigrante o a las minorías, creando una bestia llena de odio donde el discurso más sonado, roído es el de la invasión islámica, la pérdida de identidad y no se cansan de desplegar esta retórica para presentar a esta religión como una amenaza real a la unidad nacional y cultural, creyéndose o haciendo creer a sus votantes que son los nuevos cruzados, los salvadores del siglo XXI, siendo tanto así que, estos vende humos, atacan constantemente a la mitad de la población ceutí, simplemente por ser de religión musulmana.
Lo acontecido ayer martes, 2 de mayo, ha sido un total despropósito por parte de esta malformación política que, como siempre, opta por el camino de aquellos que, a falta de argumentos, utilizan el ataque y el enfrentamiento para conseguir sus propósitos.
Han trasladado el circo que montan en la Asamblea de la Ciudad a las calles de la misma, donde a falta de oponentes políticos a quienes atacar, ahora se enzarzan con ciudadanos de a pie para buscarles las “cosquillas” y así montar la función el día.
"Primero tratan de intimidar a modo de burla, menosprecio y superioridad a un señor de la comunidad musulmana de Ceuta que, pasea con su mujer y su hijo por el centro de la ciudad, haciéndole fotos como si fuera un pobre mono de feria y cuando el señor intenta defenderse se le echan como fieras encima, bolsazo incluido de la senadora de Vox Yolanda Melero, para luego ir de víctimas"
Las órdenes vienen desde arriba, desde Madrid, donde se presenta un programa electoral válido para toda España, sin tener en cuenta las particularidades o los problemas y carencias de cada comunidad o provincia, eso da igual, es lo de menos, lo que importa verdaderamente, según su prisma, es el mensaje común de toda extrema o ultra derecha que se aprecie y, no es otra cosa que difundir bulos, exageraciones y mentiras sobre las diferentes etnias, credos o minorías que conforman nuestro país, en este caso nuestra particular ciudad.
El leitmotiv de este partido extremista es la negación de otras formas de pensar, de sentir, de vivir, de ser; solo conciben, en su imaginario, una cultura, ideología, un grupo étnico, un colectivo que entienden que les representa a ellos y solo a ellos, como seres superiores, divinos, los elegidos defensores de la virtud, la verdad y la razón…y todo aquello que se sale o se escapa a este ideario, es negado o considerado enemigo.
Pues bien, dentro de esta forma de pensar y vivir, no tiene cabida que esta ciudad, Ceuta, sea pluricultural, multicultural o culturalmente ambigua, toda esta mezcolanza se entiende de forma peyorativa hasta tal punto que, si no existen conflictos, que los hay como en toda buena familia, se los inventan, los sacan de la chistera al momento y eso es lo que ha pasado en el día de hoy. Primero tratan de intimidar a modo de burla, menosprecio y superioridad a un señor de la comunidad musulmana de Ceuta que, pasea con su mujer y su hijo por el centro de la ciudad, haciéndole fotos como si fuera un pobre mono de feria y cuando el señor intenta defenderse se le echan como fieras encima, bolsazo incluido de la senadora de Vox Yolanda Melero, para luego ir de víctimas y tratar de “darle la vuelta a la tortilla”, todo ello, tergiversado y retratado por los titulares de los medios de comunicación afines a este grupo político, como un ataque a esta formación y no lo contrario.
Desde luego que estos medios de, desinformación, se retratan solos, los titulares de los mismos no tienen desperdicio, parecen sacados del 'NO-DO”, todo un noticiero propagandístico al servicio de la causa.
Solo confiemos que sus votantes se quiten las vendas de los ojos y se den cuenta de la cantidad de problemas que está creando esta formación, este grupo de personas sin escrúpulos que, no persiguen un bien para nuestra ciudad, sino un sillón en Madrid a costa de envenenar la convivencia, cosechar la incertidumbre, crear un conflicto constante, donde lo único que van a conseguir es que esta bonita y singular ciudad, la de todos/as se convierta en un polvorín, en un campo de batalla constante, donde no hay vencedores ni vencidos, sino dos bandos muy diferenciados, extremistas los dos, sin razón los dos y, posiblemente, peligrosos los dos.