Los recortes establecidos en el Real Decreto-Ley 8/2010 han sido vividos en nuestra ciudad como la entrada de Ceuta en la crisis que llevan padeciendo las economías capitalistas desde hace bastante meses. Parece como si hasta ahora hubiéramos vivido en una especie de paraíso económico, completamente ajeno a la realidad circundante y, de repente, nos la estuviéramos viendo con una realidad que creíamos impropia. Se ha dicho que los recortes han traído la crisis a nuestra ciudad, que parece que hasta ahora estaba en un esplendor absolutamente extraordinario.
No hay mentira mayor que ésta. Los recortes del Real Decreto-Ley sí van a tener un efecto negativo sobre el consumo en Ceuta (y sobre los consumos peninsulares en ocio de las clases más acomodadas), pero no se puede decir, en ningún momento, que sean los causantes de la crisis en Ceuta.
La principal característica que tiene la crisis en Ceuta es que ésta no ha comenzado cuando en el resto del país. Tampoco es que haya comenzado después. La crisis en Ceuta estalló antes que en el resto de España, si es que alguna vez dejamos de estar en crisis. Cuando la tasa nacional de paro estaba por debajo del 10%, en Ceuta superábamos el 20%.
Lo que sucede es que una parte de la población, la que siente que los efectos de la crisis comienzan ahora a sentirse en Ceuta, vive totalmente ausente de la realidad de muchos de sus vecinos. Hasta ahora ha habido una realidad compuesta de privaciones y desempleo, dificultades y escasez de oportunidades y otra realidad, la oficial y la que gusta que sea la única que se muestra, que afrontaba el futuro con la misma despreocupación que el presente.
El modelo económico 'soviético' que hemos vivido es profundamente injusto. Bajo la idea de que los recursos provenientes de los Presupuestos Generales del Estado, no hay problema y todo es prosperidad, se ha revelado una verdad que manifiesta la injusticia que recorre a amplios sectores de la sociedad, sectores mayoritarios.
Esta injusticia estructural se mantiene con la forma de una quietud cercana a la parálisis y de una sociedad a la que se procura adormecer con el lema de que estamos en la mejor de las situaciones posibles. Una sociedad a la que se le quiere engañar diciendo que aquí vivimos sin temor y con seguridad con el firme liderazgo de nuestras autoridades municipales. Una mentira tremenda, una falsedad dolosa, pues esa misma sociedad sabe que buena parte, si no la mayoría de sus miembros, tienen serias dificultades.
Quejarse de los recortes en el sector público como los causantes de la crisis en Ceuta es falso. En primer lugar porque en Ceuta nuestra crisis es anterior a la que se levantó por la quiebra del sistema financiero internacional. En segundo lugar porque se quiere exonerar de responsabilidades a los que han gestionado cuantiosos recursos económicos (de origen estatal y europeo) suficientes para haber capacitado a la sociedad ceutí y a sus ciudadanos para no depender únicamente de los recursos públicos y generar un sector privado.
Ceuta lleva demasiado tiempo en crisis y es una triste broma e incluso un insulto decir que por los recortes a los sectores inmediatamente dependientes de los Presupuestos, que son por lo general los mejor situados, entramos en crisis. Es una demostración de que muchos en nuestra ciudad viven en una burbuja, en un mundo soñado y no real, en el que los muchos ceutíes que lo pasan muy mal simple y llanamente no existen.
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