“Vivimos en una cultura neoliberal que contradice los valores de la educación”

El catedrático de la Universidad de Málaga, Miguel Ángel Santos Guerra, fue el orador principal de las XI Jornadas Educativas ‘Respetar es educar’ que la Federación de Padres y Madres de Alumnos de Ceuta (FAMPA) organizó en el salón de actos del Instituto Siete Colinas. A las mismas asistieron personalidades del mundo de la Educación como Aquilino Melgar, director provincial del ME, Pedro Rascón, presidente de CEAPA, Verónica Rivera, miembro del CPR, y Mustafa Mohamed, presidente de la FAMPA, además de multitud de padres, madres e incluso alumnos de los diferentes centros educativos de la ciudad.
Antes de la intervención de Santos Guerra, el presidente de CEAPA dirigió unas palabras al público y resumió a la perfección el espíritu necesario de cara al futuro: “Hay que trabajar en beneficio de la Educación porque ésta es la única herramienta válida para superar los problemas que existen y garantizar un futuro próspero”. Verónica Rivera se encargó de presentar al invitado del día y durante su turno de palabra aseguró que Ceuta “es una ciudad complicada para la educación” por diversos motivos, “aunque como se puede comprobar con unos padres y madres muy implicados”.
Santos Guerra ofreció una conferencia amena, cercana, llena de toques de humor y cuentos explicativos. Así se metió al público en el bolsillo desde el primer momento y logró hacerles llegar cada uno de los mensajes que traía. Uno de ellos, el que podemos entender como el principal, está relacionado con la “coeducación” y se resume en la frase “hace falta un pueblo entero para educar a un niño”. El catedrático de la UMA recordó que “enseñar sin la familia es imposible”, aunque matizó que en el proceso de la enseñanza es necesario que participen todos los agentes que forman la comunidad educativa y que “tanto la familia como la propia escuela remen en la misma dirección”. Una máxima que no siempre se cumple y que es imprescindible para formar a los responsables del futuro.
Sobre la Educación, Santos Guerra aseguró que es “una tarea importante, difícil, optimista, compartida y mejorable”. Cinco características que marcan la forma en que se utiliza y la manera de relacionarnos con ella. En la línea de lo expuesto por Rascón, el profesor explicó que “los mayores problemas de la sociedad actual se solucionarán en las escuelas, no en las multinacionales ni en los despachos”. “Dejar una buena Educación es enseñar a los niños a pensar y a convivir”, añadió.
El catedrático se mostró duro con la forma de vida actual y dijo que “vivimos en una cultura neoliberal que contradice los valores de la educación” y como ejemplo puso “el individualismo exacerbado” y la “la competitividad extrema” que fomenta la sociedad.
Acto seguido pasó a relativizar los conceptos y los parámetros de medición de la calidad educativa. “Todos diríamos que hay que mejorar la calidad de la educación en Ceuta, pero ¿qué entendemos por calidad?”, planteó. Puso un ejemplo sobre la calidad en los colegios portugueses y habló de ‘trucos’ que algunos habían usado para ‘maquillar’ los resultados restando importancia a ese tipo de cuestiones y a los resultados que muchas veces se hacen público.
El experto universitario aseguró que “aprender es apasionante” y que “el ser humano está diseñado para eso”, aunque a veces no nos guste que nos enseñen. Durante su discurso aseguró que el mensaje de los niños a los padres es: “Ayúdanos a hacer las cosas solos, pero no las hagas por nosotros”. En este sentido, y de forma contrapuntística, afirmó que “la gran tentación” de los padres suele ser “decidir por los niños”.  Santos Guerra aclaró que forma de educar de lo padres debía ser “similar a la de los océanos en la formación de la tierra”, es decir, “retirándose para no correr el peligro de ahogarlos”.
Santos Guerra acabó ovacionado tras compartir con Ceuta “lo que he vivido, soñado y disfrutado con la profesión más bonita e importante del mundo que es la de enseñar”.