“En pleno centro de la ciudad, este edificio disfruta de unas vistas excepcionales al mar y ofrece numerosas comodidades. Entre ellas, una amplia zona comunitaria ajardinada dotada con piscina”. La publicidad de la promoción Pasaje Fernández, a unos metros del Ceuta Center y llamada a convertirse en rincón privilegiado de la ciudad, aparece aún en la web de Gestión17, la empresa que en los últimos años se ha encargado de su comercialización. Ese escenario idílico que dibujaba se ha convertido en una auténtica pesadilla para decenas de ceutíes –además de peninsulares e incluso marroquíes– que abonaron religiosamente al menos el 20 por ciento de su precio con la promesa de recibir las llaves, en la mayoría de los casos, a finales de 2011. Sin vivienda que estrenar desde entonces, sin devolución de cantidades e inmersos en una auténtica maraña legal de empresas, entidades financieras y administraciones, han decidido canalizar su descontento y avanzar hacia la movilización.
No estaban todos, pero muchos de los afectados se reunieron ayer en torno a una de las mesas del Parador Nacional La Muralla. La mayoría ni siquiera se conocían, pero tras las presentaciones el carrusel de obstáculos que se han visto obligados a sortear era, en mayor o menor medida, moneda común en todas las historias. Por haber, hay hasta tres tipos de damnificados, dependiendo de en cuál de las cuatro fases de la promoción decidieron en su día invertir: los que son futuros propietarios de viviendas que ya están totalmente terminadas pero a las que no pueden acceder, los que adelantaron dinero para pisos que se han quedado a la mitad y quienes algún día recibirán las llaves de inmuebles de los que ni siquiera se ha puesto un ladrillo todavía.
Sobre el último caso, el de las viviendas en las que no se ha edificado absolutamente nada, pesa uno de los grandes nubarrones que no se despeja en Pasaje Fernández. Bajo las obras iniciales, en 2009, apareció un yacimiento arqueológico que la Ciudad optó por sacar a la luz para que arrojara datos sobre el pasado histórico de la ciudad. Precisamente por esos trabajos que asumió, por el retraso que originó y por la indemnización correspondiente a la expropiación de los terrenos, la promotora de las obras, Invercap, ha reclamado en las últimas semanas a la Administración local un total de 11,2 millones de euros. En ese laberinto se cuela también el Sareb, la sociedad que gestiona los activos heredados de Bankia tras la nacionalización de la entidad, la misma que financió las obras antes de que la crisis económica la pusiera entra la espada y la pared. Entre unos y otros deben librar las cantidades que se adeudan a Dragados, la constructora, para que ésta acepte entregar las llaves y ponga fin, se supone, a los largos años de espera.
Invercap, Sareb, yacimientos, Dragados... Y son solo algunos de los quebraderos de cabeza, porque los afectados incluyen en el relato un convenio con la Ciudad que nunca llega a firmarse, contratos que han debido modificarse o proyectos de la promoción cuya redacción ha resultado errónea. El resultado son viviendas terminadas a las que el laberinto burocrático impide conceder cédulas de habitabilidad, y por tanto escriturar, y otras en las que ni siquiera aflora aún un mísero ladrillo que conceda esperanzas.
Las historias personales hablan de desesperación. Hay vecinos que habían vendido ya su vivienda habitual para mudarse a la nueva y ahora se ven obligados a vivir de alquiler. Otros lamentan que cuando puedan traspasar las suyas les ofrezcan mucho menos que en 2011 por efecto de la crisis. Pero también que sus planes de independizarse estén congelados, o que cocinas y muebles encargados duerman desde hace meses en almacenes. Se les han cerrado además las puertas de la subrogación de los préstamos del promotor, de forma que las hipotecas que firmen en el futuro serán más caras. Pero queda otro mal trago: hay afectados que han reclamado las cantidades adelantadas y la Justicia les ha dado la razón embargando viviendas que en teoría tendrían dueño ya, pero que en la práctica aún son de Invercap. Agrupados en la página Expropiados Pasaje Fernández de Facebook, solo reclaman sus llaves y salir del limbo.