El desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento. Así lo marca nuestra legislación, y así debe ser. Lo contrario produciría que, para evitar una sanción por una posible infracción, sería suficiente con manifestar: “yo no sabía que….”. Pero la realidad, y la lógica, a veces nos hacen dudar de si debemos ser inflexibles, o por el contrario tener un poco de manga ancha. Y, para lo primero, nuestra conciencia nos exige estar seguros, antes de castigar, de que la Ley es conocida.
Recientemente se han adjudicado una serie de viviendas sociales a familias que habitaban infraviviendas. En nuestra ciudad es un hecho que se produce con relativa frecuencia, y desde tiempo inmemorial. Y, la evidencia y la experiencia así lo demuestran, inmediatamente de tomar posesión de las mismas, comienzan los problemas: Cada familia hace lo que le apetece. Tiran tabiques, invaden zonas comunes, tienden la ropa en el exterior (teniendo patios interiores), aparcan motos en los portones, instalan antenas (habiendo antenas colectivas), y un largo etcétera.
Si algunos de estos hechos se produjeran en cualquier edificio “no social”, inmediatamente se pondría en marcha todo el mecanismo previsto en la Ley de Propiedad Horizontal: Recibirían un escrito del presidente de la comunidad de vecinos, y, si el transgresor hiciera caso omiso, actuaría la justicia.
En Loma Colmenar ha sido la Ciudad la que ha tomado cartas en el asunto, y ha empezado a abrir expedientes. Insuficientes, a tenor de lo que se ve desde el exterior cuando se observan las motos estacionadas en las zonas comunes, las antenas instaladas en las ventanas, y las ropas al viento. Pero….¿estamos seguros que se ha constituido la comunidad de vecinos de Loma Colmenar?. ¿Se han elegido a los preceptivos presidentes de bloques y de escaleras?. Seguramente no. ¿Se han elaborado las normas de régimen interno, que posibilitan que todos y cada uno de los vecinos sepan lo que pueden y (más importante) lo que no pueden hacer?. Seguramente tampoco.
No dudo de que en la toma de posesión de las viviendas, cada adjudicatario manifiesta conocer sus obligaciones. Pero tampoco dudo que la realidad es que pocos las conocen. No olvidemos que, la mayoría, provienen de infraviviendas (muchas veces ilegales), y no están acostumbrados a respetar las leyes de la convivencia vecinal… porque no las conocen. Me consta que muchos hacen lo que hacen porque siempre lo han hecho así. Y que cuando alguien les enseña cómo tienen que hacerse las cosas, son los primeros en respetar y hacer respetar.
EMVICESA, Gerencia de Urbanismo: No es difícil. Antes de adjudicar próximas viviendas sociales, incluyan entre las condiciones una que exija al adjudicatario la necesidad de asistir a unas jornadas en las que se les enseñen las leyes y las normas de régimen interno de las comunidades de vecinos. Seguro que serán los propios vecinos los que llamen la atención al que las incumpla, y no necesitaremos a la Policía Local para ese menester.
De lo contrario, corremos el riesgo de que estas viviendas sociales terminen convirtiéndose en infraviviendas. Y vuelta a empezar.
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