En un discurso marcado por la solemnidad y el reconocimiento de los retos que enfrenta la ciudad, el presidente del Gobierno autonómico, Juan Vivas, se dirigió a la ciudadanía en el Día de Ceuta, subrayando la necesidad de una estrategia de Estado que asegure la estabilidad, prosperidad y cohesión social.
A lo largo de su intervención, Vivas abordó las dificultades actuales de la ciudad, haciendo especial énfasis en la crisis migratoria, los desafíos socioeconómicos y la importancia de la convivencia.
El presidente comenzó su intervención expresando su agradecimiento a las personalidades presentes, destacando al presidente del Senado, cuyo apoyo considera una "muestra de consideración, aprecio y apoyo a Ceuta".
Vivas señaló que la presencia del presidente de la Cámara Alta subraya la relevancia de lo que se celebra: "el acceso de Ceuta a su régimen de autogobierno", bajo el amparo de la Constitución, que reconoce a Ceuta como "parte integrante de la nación española y dentro de su indisoluble unidad".
También extendió su agradecimiento al teniente general jefe del Mando de Canarias, resaltando "la importancia que esta tiene para la defensa nacional" y reafirmando la confianza de los ceutíes en el apoyo incondicional del ejército "para lo que sea menester".
Finalmente, mencionó al alcalde de Alhaurín de la Torre, destacando la cercanía y los lazos comunes entre ambas ciudades, unidas por "las mismas raíces, la misma historia, el mismo acento, idénticas pasiones, el mismo cielo, la misma luz y el mismo mar".
En un momento especialmente sensible, Vivas abordó la crisis migratoria que azota a la ciudad, describiendo un "ambiente embargado por el drama" de quienes arriesgan sus vidas para llegar a Ceuta.
Subrayó que la ciudad enfrenta una "situación límite, insostenible, de colapso en el sistema de acogida de menores migrantes no acompañados", con una capacidad de acogida excedida en un 500 % y un número de menores acogidos que "multiplica por 18 a la media nacional".
Ante esta situación, Vivas reiteró una "petición de auxilio y socorro" al Gobierno de la Nación y a los gobiernos autonómicos, confiando en que "dicha petición sea atendida, y de manera inmediata".
Enfatizó que "las consecuencias de la permeabilidad de nuestra frontera, la de todos, no pueden recaer sobre las débiles espaldas de una ciudad de apenas 20 kilómetros cuadrados". Además, expresó su apoyo a los cuerpos de seguridad, reconociendo "la imprescindible labor" de los guardias civiles y policías que protegen la frontera en condiciones extremas.
Vivas presentó un plan basado en cinco ejes prioritarios para garantizar el futuro de Ceuta:
El presidente insistió en la necesidad de una estrategia de Estado que proteja "nuestra integridad y soberanía" frente a los riesgos y amenazas únicos que enfrenta Ceuta, que haga "efectiva y real la igualdad de los ceutíes con el resto de españoles", y que garantice "la estabilidad, prosperidad y cohesión social de nuestra ciudad".
Esta estrategia, según Vivas, debe ser "decidida y enérgica" y estar "a salvo de la alternancia política". Para ello, llamó a la "coherencia y responsabilidad", priorizando siempre "el interés de Ceuta por delante de cualquier otro", incluso si esto implica "nadar contracorriente".
Vivas realizó un balance de los casi 30 años de vigencia del Estatuto de Autonomía de Ceuta, destacando que este ha permitido que la ciudad alcance "el mayor rango institucional de su historia". A pesar de reconocer que "quedan muchas asignaturas pendientes, muchos problemas de calado, muchas prioridades por atender", Vivas consideró que el balance general es satisfactorio.
Entre los logros, mencionó que "Ceuta se ha transformado y renovado en su fisonomía urbana, en sus equipamientos e infraestructuras", que la ciudad ha demostrado que su supervivencia económica no depende de decisiones externas y que se han superado crisis que pusieron a la ciudad "al borde del abismo".
Además, señaló que el tránsito hacia un nuevo modelo económico "ha dejado de ser un sueño para convertirse en una expectativa cierta", y que la estabilidad política y la lealtad institucional han sido la norma.
Sin embargo, advirtió que "Ceuta se enfrenta a un momento de verdadera encrucijada histórica", que solo podrá superarse valorando lo que se ha conseguido hasta ahora y "siendo conscientes de que no será la primera vez" que los ceutíes han mostrado "coraje para resistir" y capacidad para "adaptarse a los cambios" y convertir debilidades en fortalezas.
El presidente dedicó una parte de su discurso a rendir homenaje a los distinguidos con la Medalla de la Autonomía: el comandante general Marcos Llago, el Cuerpo de Instituciones Penitenciarias de Ceuta, y, a título póstumo, José Miguel Antúnez y Reduan Ben Zakour.
De Marcos Llago, Vivas destacó su profunda conexión con Ceuta y su creencia de que "Ceuta no se reconoce ni concibe sin el ejército ni este sin Ceuta". Además, subrayó la defensa que hace el general de la idea de que la misión de las Fuerzas Armadas en Ceuta no se limita al ámbito militar, sino que debe extenderse a "todas las parcelas de la vida ceutí, económica, social, cultural, deportiva". Vivas elogió su "ejemplaridad, lealtad, disciplina, sentido del deber y nobleza", cualidades que, según él, hacen que los ceutíes "se identifiquen, vibren de emoción, canten y lloren con nuestro ejército".
Del Cuerpo de Instituciones Penitenciarias, el presidente destacó su "profesionalidad, entrega y eficacia" en un servicio fundamental para la sociedad, especialmente en el ámbito de la reinserción. Vivas expresó su convicción de que la distinción servirá de "estímulo" para que continúen ofreciendo lo mejor de sí mismos.
En cuanto a José Miguel Antúnez, Vivas recordó que su muerte prematura dejó "una honda consternación" en la sociedad ceutí y una huella imborrable en sus tres grandes pasiones: la Policía Local, el sindicalismo y el deporte. "Su memoria sigue estando presente entre nosotros", afirmó, considerando a José Miguel como "un referente indispensable e insustituible".
Finalmente, sobre Reduan Ben Zakour, Vivas destacó su carácter valiente, auténtico, amable y paciente, describiéndolo como "el alma de El Faro". Reduan, según Vivas, retrató "con acierto y maestría" a la sociedad ceutí, convirtiendo su obra en "un patrimonio de incalculable valor para saber cómo somos".
Al concluir, Vivas destacó que Ceuta es un "buen laboratorio sociológico" para Europa, enfrentando desafíos complejos en un espacio reducido, y un ejemplo de cómo deben ser abordados estos desafíos desde los principios y valores que son "pilares fundamentales" de la Constitución y de la Unión Europea.
Vivas reafirmó que Ceuta no es "un problema, sino una solución; una tierra que aporta muchísimo a la casa común, que es España".
El presidente finalizó su discurso evocando el orgullo de los ceutíes por su tierra y por ser parte de "un Estado Nación, de gran solera, tan antiguo como glorioso, tan rico como diverso, tan plural como tolerante, tan plural como solidario".
Destacó que los ceutíes han hecho de "la convivencia, el respeto y la unión" la base de su forma de vida y subrayó la "lealtad inquebrantable" de la ciudad con España, un sentimiento que, según él, es la "mejor garantía para nuestro futuro". Concluyó expresando su fe en el "coraje y la capacidad de los ceutíes" para superar cualquier desafío, y reafirmó que, en Ceuta, "el amor a España es profundo, consciente y auténtico".
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