El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, terminó interviniendo en la sesión plenaria de ayer para negar no solo la existencia de connivencia con empresarios de Trace sino también para retar a Caballas a que, si conocía alguna prueba de esto, la expusiera y la mostrara. “Ni antes ni ahora ha existido connivencia con el empresario, si tiene pruebas se estaría ante un ilícito penal. Si las conoce, dígalas, cuente cómo, cuándo y por qué ha habido esa connivencia, porque no voy a permitir que nadie dude de la honradez del Gobierno”, espetó desde su Presidencia visiblemente enojado antes de dar por finalizado el debate.
Es más, Vivas insistió en que no solo no hay compadreos o amiguismos con Trace sino que además se están haciendo controles exhaustivos sobre su labor y certificaciones. “No prejuzgue, porque son certificaciones a cuenta. Si existiera esa connivencia no se habría controlado”, aclaró.
De sus palabras Vivas dejó entrever que pudiera haber alguna actuación prevista contra Trace fruto de esos controles, ya que en varias ocasiones insistió ante Caballas que no hablaran antes de tiempo. “El partido no ha acabado”, dijo cerrando el debate.
Para quien quiera presuponer existen carpetas llenas de partes sobre revisiones, partes hechos por los controladores del Gobierno, cuyo equipo se ha visto reforzado y que ha hecho visitas sorpresa a la planta de Trace en estos días, presentándose a primera hora para comprobar qué camiones salen y hacia dónde, además de a qué hora.
“Se aplicarán todas las sanciones pertinentes”, dijo visiblemente molesto Vivas. El Gobierno ha dejado claro en varias intervenciones su reconocimiento sobre que el servicio ofrecido no es bueno, hasta el punto de valorar incluso la culminación del contrato con la actual empresa para que sea explotada por otra, siempre cumpliendo con los plazos legales y echando mano del apoyo que puede facilitar la empresa Tragsa.
Al consejero de Medio Ambiente, Fernando Ramos, le tocó responder sobre la denuncia en torno a la falta de limpieza vertida por Caballas en pleno. Y lo hizo reconociendo una realidad de la que nadie puede escapar: “Ceuta está sucia, no tenemos dudas”. Pero ahora viene la coletilla, lo está porque también debe entenderse que ha habido crisis y que la Ciudad tuvo que reducir el dinero del contrato de limpieza. “La basura no fue menos”, dijo, pero reduciendo el dinero destinado a este contrato se “consiguió que todos cobraran a final de mes”, aclaró. “Si la empresa no cumple se sancionará”, aclaró, negando amiguismo con la directiva de Trace y ejemplificando la veracidad de su aseveración en que “ellos han pedido un pago de 1,7 millones por servicios prestados que nosotros no hemos pagado” ni se van a pagar, aclaró. Ramos afeó a Caballas la permanente crítica ajena a lo constructivo del debate y denunció que quieren una ciudad limpia cuando después no dejan que la propia institución municipal idee salidas, aludiendo a la criticada intervención de Tragsa en algunas encomiendas.
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