Vivas, presidente de Ceuta: “Todos tenemos una asignatura pendiente con la frontera”

Dice sobre esa tempestad que ha enturbiado las relaciones entre Ciudad y Delegación en las últimas semanas que ha sido algo “puntual”. Con el popular ‘pelillos a la mar’ cierra unos preliminares en los que se había pasado de las acusaciones de deslealtad (lo que antaño se calificaba de traición) a las de desconsideración. Ahora, Juan Vivas, presidente de la Ciudad, del PP y candidato a revalidar una mayoría absoluta que ve “complicada”, asegura que su relación con Salvadora Mateos es “inmejorable”.

En esta entrevista concedida a FAROTV, Vivas aborda la actual situación política que se mueve en un escenario en el que ha querido seguir apareciendo. Nadie le ha obligado. Considera que tiene condiciones físicas e intelectuales suficientes como para continuar al frente de los designios de una ciudad con un futuro, cuanto menos, convulso.

–¿Qué le ha pasado con la delegada del Gobierno?

– Con la delegada tengo unas magníficas relaciones, eso no significa que en un hecho puntual mostremos cierta disconformidad. En los seis meses que lleva la delegada creo que la respuesta en cuanto a la voluntad del Gobierno de mantener una lealtad sincera y eficaz se ha puesto de manifiesto de una manera rotunda y contundente. En el Tarajal, en la N352, en la parcela de embolsamiento, en educación... en el mismo catálogo de servicios fundamentales que teníamos con el anterior gobierno del Partido Popular. Ha surgido este tema de los Planes de Empleo y lo que considero es que ha habido una falta de delicadeza y consideración a la hora de comunicar a la Ciudad el cambio de criterio sobre la gestión.

Nosotros vamos a seguir pensando en el interés de los ciudadanos. Quizá las explicaciones que no se nos han dado se darán mañana (por hoy) sobre esas razones para el cambio de gestión, también para aportar ideas en esa aspiración loable de hacer un plan integral más ambicioso en objetivos. En ese ámbito estábamos limitados porque no teníamos la capacidad competencial en la materia que siempre ha residido en el SEPE. Ahora sí se quiere ejercitar eso de una manera audaz y por parte de la Ciudad tendrá propuestas para que se lleve a cabo. La relación personal con la delegada del Gobierno es inmejorable.

–¿Le molestó entonces el haberse enterado por la prensa?

–No se nos dijo. He hablado a posteriori con la delegada y ella tiene una versión distinta a la mía. El asunto tenía la entidad suficiente como para que me lo hubiera dicho personalmente. Pelillos a la mar, vamos a procurar seguir trabajando en beneficio del interés general. Creemos que los planes son mejorables, no en función de la Administración que los lleve a cabo.

Fallan en que no son una herramienta al servicio de la inserción laboral, tienen mucha parte de subsidio social. Lo que tienen que tener es parte de inserción laboral. Se puede conseguir ampliando el campo, contándose con la empresa privada, así los beneficiarios tendrán más posibilidades en ámbitos como el comercio, turismo, economía digital... Más posibilidades de formación e inserción, de que tengan contacto con empresas y puedan quedarse. Hay que incrementar el esfuerzo en materia de formación, que es el principal problema que tenemos en los demandantes de empleo, fomentar también el emprendimiento. Las líneas de colaboración en materia medioambiental y de centros escolares tienen que continuar.

–Precisamente esa era una de las quejas que tenía la Delegación, que consideraba que los Planes no estaban sirviendo para la formación. ¿Reconoce entonces que no se ha estado actuando bien?

–Pero porque no se podía, lo que hacía la Ciudad era ajustarse al contenido de una orden ministerial, por eso una buena parte era de índole medioambiental. Luego se incorporó el ámbito educativo, que creemos que ha sido positivo para los centros y para titulados maestros que han tenido su primera experiencia.

Pero el Plan de Empleo estaba encorsetado por la propia normativa reguladora. Ahora, si la Administración del Estado quiere eliminar esas limitaciones y regular la posibilidad de que la empresa privada pueda participar y pueda intervenir es bueno para todos.

–¿Las relaciones pueden reconducirse?... No iremos a volver a épocas pasadas...

–Totalmente. Creo que la estabilidad en Ceuta es fundamental, política e institucionalmente. Me refiero a las relaciones entre ambas instituciones. Si no hubiera voluntad de mantener ese clima, el Gobierno hubiera dejado de prestar servicios que atiende en Tarajal II, embolsamiento y otros ámbitos de competencia del Estado. Lo hacemos y seguiremos haciendo porque lo importante es el ciudadano.

–¿Le asusta o preocupa la situación en materia de seguridad que se vive en Ceuta y la belicosidad entre partidos que acrecientan los enfrentamientos que se producen?

–Todo se retroalimenta y es perjudicial. En Ceuta todas las policías hacen una extraordinaria labor: Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local... son muchas las exigencias que tienen que atender y lo hacen con una notable precariedad de medios. Es un servicio fundamental, que aquí está condicionado por la permeabilidad de la frontera y la necesidad de destinar muchos recursos a la frontera y el puerto. Están faltando cien policías y guardias civiles. Es una urgencia cubrir esa carencia en agentes. Iría en beneficio de la frontera, del ciudadano, de los propios policías que tienen un estrés muy notable en el ejercicio de sus funciones.

Quiero hacerle una precisión: no digo esto porque gobierna el PSOE.

–Eso precisamente le iba a preguntar...

–Lo he dicho antes, ahí están las comparecencias de las visitas ante el ministro de Interior y el presidente del Gobierno donde les hablé de la necesidad de más policías y guardias civiles. Lo hago ahora porque lo hice antes. Esto es un asunto de verdadero interés prioritario nacional.

En materia de Policía Local hemos incrementado la partida destinada al cumplimiento de servicios extraordinarios, hemos sacado 23 plazas y 9 próximas. Hemos llevado a cabo el proyecto de Smart City al servicio de la seguridad...

En cuanto a las relaciones de las formaciones políticas, que me preguntaba, creo que sobra crispación. El ciudadano demanda que seamos capaces de mantener diálogos constructivos y responsables en relación con los asuntos prioritarios. Es legítimo tratar de, a través de la acción política, rivalizar con quien tienes en frente con quien no es de tu partido, pero no es legítimo tratar de destruir al rival, no es legítimo ni bueno. Sería de una absoluta irresponsabilidad que la política, en vez de estar al servicio de la convivencia, estuviera al servicio (por razón de su mal uso) para enfrentar a los ceutíes, dividir y generar tensiones donde no las hay. Esto sería terrible, imperdonable.

–... Y ¿no lo nota?

–Me da temor, no quiero alarmar, pero veo ciertos comportamientos que dan verdadero miedo a la hora de que estemos jugando con fuego y podamos estar creando, desde la política y por generar enfrentamientos entre ceutíes por razones culturales, religiosas, étnicas, diferencias y enfrentamientos que pueden ser irreversibles para el futuro de la ciudad.

–Aludía antes a la petición, con el anterior Gobierno, de más agentes. El ministro de Interior en ese momento, Juan Ignacio Zoido, le recibió, pero no hizo caso. ¿Cómo se queda después cuando visita la frontera que no recorrió como ministro?

–Pero también es verdad que había un plan trazado para la frontera. El gobierno fue relevado de una manera poco habitual. Públicamente he dicho que todos tenemos una asignatura pendiente con la frontera. El PP y el PSOE anterior. El PP vivió una situación de crisis profunda, que ni siquiera la empleo de excusa, pero es verdad que el PSOE tomó la decisión de construir un centro penitenciario. Imagine esa inversión en la frontera y entorno.

–Esa inversión en la cárcel que usted apoyó...

–Pero no con carácter constitutivo, entendía que era un yacimiento de renta y actividad en Ceuta...

–... ¿Y en qué ha quedado?...

–Pero no ha sido culpa mía que esté a un tercio de su capacidad. Pensaba que iba a estar a pleno rendimiento, se crearía empleo, riqueza. Pienso que un elemento fundamental es la presencia del Estado para la supervivencia de Ceuta… primero porque es necesario para que los servicios sean equiparables con los del resto de España y porque genera renta y empleo. Si había dinero para gastarse 150 millones de euros en una cárcel, debía haber para una reforma integral de la frontera. No quiero echarle la culpa a nadie, sí que todos estemos a una a la hora de defender que esto debe ser un asunto prioritario para España y Europa.

Tras la moción de censura, el PSOE, el señor Manuel Hernández, dijo que la frontera se arreglaba en 5 minutos. Han pasado 6 meses y no se ha arreglado, no se ven inversiones y los Presupuestos de 2019, que son indebidamente expansivos, ponen en riesgo la estabilidad económica en su conjunto. Las inversiones en frontera vuelven a aplazarse a medio plazo y a ver si hay financiación europea. Eso no se corresponde con la situación de emergencia que están viviendo guardias policías y la propia frontera.

–La frontera es un monstruo que nos ha comido a todos y todos han puesto su grano de arena...

–Ha faltado previsión, tiene arreglo ahora, pero que se haga. No es de recibo que se aplacen decisiones cuando todos saben qué hacer. El crecimiento demográfico de Tetuán es el mejor síntoma para poder justificar el fenómeno de la envergadura que tiene la presión migratoria, que tiene muchas manifestaciones, una de ellas los menores.

–¿Va con fuerzas para la próxima campaña?

–Sí, esto me apasiona, ilusiona, es lo que quiero hacer y me gusta. Quiero mucho a mi tierra, lo hago voluntariamente, estoy para servir y estoy en condiciones para ello. La satisfacción es el propio servicio, si a quienes uno sirve consideran que no estoy para servir no pasa nada. No sería un trauma, quiero que sean los ceutíes los que tengan la última palabra. Que digan si quieren que siga cuatro años más (por cuestión de edad serán los últimos) o quieren un relevo. Acataré su voluntad, pero quiero aportar mi granito de arena en un momento crucial para nuestra ciudad y que la experiencia que tengo acumulada y las capacidades físicas e intelectuales que tengo, con toda modestia, creo que pueden ser eficaces para ponerlas a disposición de Ceuta y los ceutíes.

–Es un momento crucial... ¿y el peor?

–No, la historia de Ceuta está plagada de situaciones críticas, este es uno de ellos por la presión migratoria, fundamentalmente. Si resolvemos el problema de la frontera y es capaz de relanzarse el puerto para competir, somos capaces de explotar la economía digital, damos repaso al Régimen Económico y Fiscal, prestamos la atención debida al comercio, damos formación a jóvenes y aumentamos la presencia del Estado, Ceuta tiene porvenir. Hemos estado en FITUR y cuando hemos mostrado los atractivos de Ceuta la gente se queda encantada. Ceuta tiene un patrimonio inmaterial casi único que hay que saber explotarlo.

No soy pesimista ni catastrofista con el futuro de Ceuta, pero requiere que nuestras cuestiones de alance nacional: que frontera y puerto se aborden de manera prioritaria por parte del Estado.

–¿Va a ser esta vez más complicado preparar a su equipo?

–Yo agradezco a todos el esfuerzo. Desde fuera se ve de una manera distinta a desde dentro. Estar en política también implica muchas renuncias, a todo el que viene conmigo o con los demás. Dedicarse a la política no es gratificante en los tiempos que corren, hay personas con voluntad pero también sinvergüenzas que hacen daño, pero no son la mayoría.

No lo he pensado. Siempre hemos hecho renovaciones, no sé la intensidad que pueda tener. Pero nos presentaremos con una oferta programática y de equipo que será ilusionante y atractiva.

El monstruo y la pesadilla de la frontera de Ceuta

En esto de la frontera todos lo han hecho mal. Unos incluso han gustado de meter la pata hasta el fondo. Ahora queda un reto por delante ante el que Vivas pide unidad. Quizá Ceuta se está jugando una de las cartas definitivas por salir adelante. De lo que sucede en el paso del Tarajal depende el devenir de muchos comercios pero, sobre todo, la tranquilidad de una ciudad que no puede vivir permanentemente ahogada por unas retenciones, una presión y un bloqueo que es ejercido cuando desde el otro lado se quiere que esto suceda. En esta entrevista con FAROTV, el presidente Vivas deja buenas muestras de su preocupación por lo que sucede en esa línea.

–¿Hubo quien se acercó a su despacho, en algún momento de este proceso de decisión por presentarse, para decirle que no lo hiciera?

–No. Soy sincero. Muchos me han dicho lo contrario, que te necesitamos, que continúes. Sí ha venido gente que, bueno, me dijo que con la edad que tienes (cumplo 66 años en febrero), con 41 años de servicio a la Administración, de servicio intenso porque no he sido de los que me he escaqueado, con 18 años de mucha actividad como presidente… no siguiera. Va a parecer que hago la campaña, pero creo que se ha transformado Ceuta en muchos aspectos… en un conjunto de cosas que son pilares del desenvolvimiento de la ciudad.

La gente me ha dicho eso después de lo que se ha conseguido, la edad, de tener unas expectativas electorales... porque soy consciente de que vamos a tener difícil renovar la mayoría absoluta pero vamos a por eso... me han dicho que no te compensa, que descanse pesando en mí, no en el interés general de Ceuta y de los ceutíes… He planteado en varias ocasiones con absoluta naturalidad en el Comité Ejecutivo, con mucha gente relevante del partido, que si hay alguien que considere que está en condiciones, con ganas, que pueda ser mejor... que lo haga y no ha ocurrido.

–La frontera es una de las obsesiones, ¿y los MENA?

–Los ceutíes tienen que saber, lo saben porque es un pueblo maduro, que los MENA entran por la frontera, que si estuviera dotada de medios necesarios para que fuera eficaz no entrarían. Es un fenómeno relacionado con la frontera, es migratorio, una manifestación más de la presión migratoria en la parte más sensible y vulnerable como es la de un menor.

Hay que dar solución especial y específica para Ceuta y Melilla, la excepción Schengen hace que entre la madre con el pasaporte y se vuelva ella y el menor no, y que este no pueda pasar a la península. Esta situación no puede recaer sobre las espaldas de una ciudad autónoma, atender la presión en el segmento más sensible y vulnerable que son los menores... La solución es el reagrupamiento familiar, el retorno a su país, pero eso no está en nuestras manos, ni siquiera en las del Gobierno de la Nación, pero mientras eso no se consigue hay que buscar fórmulas que eviten la presión que tiene Ceuta.

Tenemos un ejemplo con el CETI, qué ocurre cuando se colapsa: las personas que no caben son trasladadas a la península. Tenemos un CETI de menores, que es ‘La Esperanza’, con capacidad para 100 y tiene cerca de 400. Cuando se produce esa situación esos menores deben ser trasladados, no es cuestión de dinero es de tamaño. Ceuta no puede soportar una carga superior a la que le corresponde por su situación.

–Ceuta y Melilla, ¿están más unidas que nunca?

–Siempre han estado unidas desde que soy presidente e Imbroda lo es en Melilla. Siempre, en lo fundamental, lo han estado. Esa unidad de acción ha reportado ventajas importantes desde el punto de vista de los servicios públicos, financieros... qué hubiera sido de Ceuta y Melilla sin esa compensación de la recaudación del IPSI, o la bonificación en las cuotas a la Seguridad Social, las mejoras en el IRPF, transporte… Las grandes ventajas han sido fruto de la acción conjunta de los dos gobiernos, ahora tenemos el mismo problema por la frontera y los MENA y tenemos una unidad de acción.

–¿Encuentran también el mismo talante en Madrid?

–Tenemos que usar todas las vías de argumentación, convencer a las personas que toman decisiones de que este asunto es peculiar. En la Conferencia de Presidentes vamos a tener que hablar de la frontera terrestre de Europa en África, de los menores...

–¿Teme un futuro incierto?

–Quiero ser positivo, no quiero plantearme ese escenario.

–Pero tiene encima de su mesa datos y estadísticas preocupantes...

–Pero quiero ser positivo, porque creo que son tan sólidos los argumentos que esgrimimos que no se pueden desatender. Las instituciones están subordinadas al interés general y, de manera específica al cumplimiento de los principios constitucionales. El básico es que los españoles somos iguales da igual el lugar de residencia, es un asunto de solidaridad nacional y no se le puede pedir a Ceuta y Melilla que soporten una carga que no están en condiciones de soportar.