Ceuta es una ciudad sometida a riesgos serios. Tan serios como que se puede pasar de la tranquilidad a la mayor convulsión en cuestión de horas. No fue solo la crisis de mayo, sino muchas otras crisis que quizá no han sido tan mediáticas pero que han evidenciado las delicadas bases sobre las que se sostiene la ciudad en muchos aspectos. Sanidad, seguridad, inmigración, educación… No se puede andar con milongas y con un sentimiento rácano cuando se trata de inversiones en estos ámbitos. Mucho menos se puede escenificar una pelea entre partidos cuando se trata de abordar asuntos que afectan a esos campos. Aquí hemos vivido épocas de enfrentamientos duros entre administraciones. Sin duda, una de las peores fue aquella del GIL-PP. Época en la que los dirigentes políticos estaban más empeñados en su guerra sucia que en el bienestar de los ciudadanos, en la buena orientación de las inversiones y en sacar adelante proyectos que afectaban a las competencias de cada una. Este viernes PP y PSOE escenificaban un enfrentamiento pueril a costa de las playas. Al presidente de la Gestora, Melchor León, le faltó ponerse en bañador para meterse en el agua cual Fraga y arremeter también contra la calidad de las aguas. No estuvieron finos, podían haber comparecido en la playa del cementerio para buscar las garrapatas entre rocas y arenales, que las hay. La gestión de una y otra administración está para ser criticada para lograr una mejora, pero deben marcarse unas líneas rojas para que ese enfrentamiento no termine salpicando al ciudadano y se materialice en bloqueo de inversiones. Esos tiempos los hemos vivido y contado, porque había dirigentes que se dedicaban más a buscarse las cosquillas uno a otro que a sacar adelante proyectos clave para Ceuta. León no está a ese nivel, su mando se centra en el puñado de amigos conformado en una Gestora que parece que tiene complejo de partido democráticamente elegido. A ese nivel está Cristina Pérez, delegada del Gobierno de todos los ceutíes, hayan votado o no al PSOE. Como lo está el alcalde Vivas, dirigente de la Casa de todos le hayan o no respaldado en las urnas. Pérez y Vivas, Vivas y Pérez son los que deben tener claro el nivel en el que nos encontramos, a quién representan y a quién se deben. Ceuta no está para más sangrías ni en sanidad, ni en educación, ni en seguridad ni en muchas áreas de continuada flaqueza cuyos riesgos pueden provocar pasar de 0 a 100 en minutos.