Destacó que la convocatoria del XXIV aniversario de la Constitución se realizaba de manera conjunta con la Delegación del Gobierno con la intención de enviar a la ciudadanía un mensaje nítido de que las relaciones están basadas en la lealtad y la estrecha colaboración en defender del interés general de España y de los ceutíes. Recordando la época de aprobación de la Constitución reflejó que tampoco aquellos momentos eran fáciles, sino plagados de “interrogantes, peligros y obstáculos, pero la sociedad española quiso enterrar el pasado y alumbrar un nuevo horizonte de progreso y bienestar, en paz y libertad”.
Comentó que la década de los setenta fue decisiva para la historia de España y que “hemos tenido la fortuna de vivir profundos cambios y ahora en la madurez nos toca vivir la crisis, la más dura, por sus efectos y exigencias de los últimos treinta años. Una muy difícil prueba de la que estoy seguro que vamos a salir airosos. No podemos efectuar el relevo generacional entregando el testigo en peores condiciones, no sería justo”.
En el aspecto de la Constitución dijo que ninguna obra humana era inmutable, “bienvenidas sean las reformas que pretendan adecuar la norma a la realidad actúa, pero sin alterar el consenso originario ni rebasar ciertos límites, sin poner en peligro las raíces y el tronco común de nuestra convivencia democrática: el reconocimiento de la unidad de España, patria común e indivisible de todos los españoles”.
Sentenció que España estaba viva y no necesitaba ser reinventada, “viva en su pluralidad, en la diversidad de sus comunidades, en su proyección exterior, en las legítimas demandas de nuestros jóvenes, en el corazón de los españoles y en el carácter de una sociedad madura, abierta y tolerante y en su irrenunciable vocación europea”.
Destacar el papel de la clase política en estos momentos
Destacó que a los políticos de la transición se les reconocieron los dones de la voluntad de consenso y la sensibilidad para captar el deseo de los españoles de una transición en paz. Reconoció que el crédito de aquellos políticos no se corresponde con el que ahora se dispensa en el ejercicio de la política, pero que “aún habiendo malos ejemplos, la inmensa mayoría de los políticos son personas honradas que han decidido dedicar una etapa de su vida a la función pública y que en una situación como la actual, los políticos estamos llamados a dar ejemplo de responsabilidad, honestidad, tenacidad, austeridad, laboriosidad y prudencia”
Los datos
Primera salutación
Era la primera vez que Francisco Antonio González Pérez participaba en un acto de homenaje a la Constitución desde que es delegado del Gobierno.
Reflexiones sobre Cataluña
Tanto el presidente como el delegado hicieron mención a la actual situación que se vive con el intento de independencia que preconiza CIU en Cataluña. Ambos alabaron la Constitución como marco donde se recoge la patria común de los españoles.
Un cuarteto para amenizar
El cuarteto Septa Cuore, formado por profesores del Conservatorio de Música de nuestra ciudad, intervinieron en el acto de homenaje a la Constitución, interpretando tres piezas tanto al inicio, entre el discurso del delegado y el presidente y al finalizar el mismo. Fue la actuación elegida en el protocolo para amenizar este acto previo al día oficial.
González atacó duramente las aventuras separatistas
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, aprovechó el discurso para atacar de manera dura a quienes están propugnando en estos momentos la ruptura de nuestro país. Sobre este particular aludió a que el artículo segundo de la Carta Magna está hoy en día más en vigor que nunca “a tenor de la intención de algunas formaciones de carácter nacionalista que pretenden convertir sus territorio en micro-estados, desgajándose de nuestro país y convocando para ello un referéndum de dudosa ilegalidad”.
Explicó que España ha sido construida entre todos gracias al trabajo de miles de ciudadanos, “cuya contribución al crecimiento de determinadas comunidades que ahora parece que quieren dejar de ser españolas no podemos ignorar ahora”. Sobre ello aludió a que el trabajo y esfuerzo de esas personas y de la “que se han beneficiado esas autonomías, ¿ahora no sirve? O que gracias a ese estatus del que disfrutan, en la que de una manera u otra todos hemos contribuido les sirve ahora de plataforma para proponer aventuras separatistas”.
Sentenció que toda Constitución es un programa de convivencia a largo plazo “y en ese camino nos encontramos. No tengo ninguna duda de que entre todos vamos a resolverlo bien”.
Puso el dedo en la llaga igualmente en la posibilidad de reforma constitucional al explicar que “ninguna Constitución es perfecta y la nuestra no es una excepción. Todo se puede mejorar y nuestro texto también puede ser objeto de mejoras que de plantearse en un futuro, deberían hacerse desde el consenso como punto de partida y con un grado de acuerdo semejante al que concitó en su día el texto que aprobamos todos en el año 1978”.
Crisis económica
Hizo alusión a la crisis económica explicando que se requiere de cambios estructurales urgentes y que el Gobierno de la Nación los estaba acometiendo y “esas reformas están requiriendo el sacrificio de todos, no son medidas populares, pero si necesarias si queremos reemprender la vía del crecimiento y del bienestar que hemos ido perdiendo en los últimos años”. Dijo que era optimista, a pesar de ser consciente de la “impopularidad” de algunas de estas iniciativas, pero a veces no queda más remedio que “adoptar in extremis soluciones drásticas si queremos recuperar la senda del crecimiento y devolver la esperanza a los millones de españoles que hoy están pasando por situaciones muy difíciles”.
En una mención al PSOE destacó que un día “nos hicieron creer en espejismos e ilusiones vanas, luego la realidad, la crudísima realidad, se impuso precipitando la situación en la que hoy nos encontramos por una clara falta de previsión”.
Aún reconociendo que todos tienen cuota de responsabilidad en la actual situación, “pese a las discrepancias debemos aportar, debemos construir, debemos implicarnos más. No es una opción, es un compromiso crucial para sacar a este país adelante. Es más y a quienes no lo hagan, el futuro les pasará factura si no lo está haciendo ya”.
Compatibilidad de la unidad política con la pluralidad
El delegado del Gobierno aludió a que el consenso y el entendimiento y la firme voluntad de todos los españoles para alcanzar un acuerdo es el verdadero espíritu de la Carta Magna, “que ha logrado hacer compatible la unidad política y económica de España con su propia pluralidad. Y es que la gestión de lo plural rechaza cualquier concepto de poder como imposición y demanda una concepción del poder como acuerdo, como compromiso con los ciudadanos, idea central de nuestra ley de leyes, la Carta Magna”.
Diálogo como elemento clave
Para el representante del Gobierno de Mariano Rajoy en nuestra ciudad la vertebración territorial de España requiere de un entendimiento básico y permanente, “consenso generador de confianza y esperanza, que recoja las aspiraciones de todos”. Por ello, sentencia que el diálogo debe convertirse en el auténtico motor sobre el que se sustente toda actuación política...el diálogo es la esencia de la democracia y por tanto de la convivencia. Un diálogo que no elude la discrepancia sino que se convierte en un factor que posibilita el cambio y la transformación social”.