"Nadie puede pretender que por nuestra situación Ceuta tenga que soportar una carga que nos desborde"

“El grito de Viva Ceuta suena en mi alma cual eco fuerte de un viva España”. Entonando una frase del himno de Ceuta, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, inició su discurso anual por el Día de Ceuta que estuvo cargado de un fuerte tono reivindicativo en torno al hecho fronterizo y la presión migratoria que está viviendo la ciudad y que la ha puesto en el ojo mediático durante este último mes.

Vivas ha cargado sus palabras de una reivindicación constante sobre la singularidad de Ceuta y un orgullo por la multiculturalidad que aquí se vive, sin eximir al patriotismo que a ojos del presidente es una seña de identidad caballa. “Si alguien quiere conocer un lugar donde el patriotismo forme parte del ambiente, de la vida cotidiana, que venga a Ceuta”.

Ello le ha dado pie a enumerar todas las características por las que Ceuta se erige como un pilar, no sólo del patriotismo, sino del respeto constitucional: “de nuestra integridad territorial, la seguridad y confianza en el porvenir; de la solidaridad, la igualdad entre todos los españoles; del imperio de la ley, la convivencia entre personas de distintos credos y culturas”.

Insistió en que Ceuta se asumen las consecuencias de ser frontera terrestre de Europa en África. Invita a todos los visitantes a que comprueben “el cariño y respeto de los ceutíes a los símbolos de la patria y a nuestro ejército, sin complejos, sin ambigüedades”.

Vivas se ha enfrentado en su discurso al tema que hace que en los últimos meses se cite a Ceuta como protagonista de la agenda política nacional: el hecho fronterizo y la presión migratoria. La primera puntualización que ha hecho al respecto ha ido dirigida a la situación, tanto en medios materiales como humanos de la frontera. Como el año anterior, el presidente ha demandado un “esfuerzo” mayor en infraestructuras y en medios humanos, materiales y tecnológicos.

Vivas prosiguió con una reivindicación en la que más tarde profundizó y que remarcó como parte intrínseca del carácter caballa: “a los ceutíes nadie les puede dar lecciones de humanidad ni de solidaridad”. El presidente salió en la defensa de los ciudadanos que habitan en Ceuta, recordando que pese a la presión migratoria, “nunca una manifestación de rechazo, xenofobia o racismo”.

Sin embargo, el presidente fue claro al afirmar que eso no quita que “por causa de nuestra singular situación geográfica, Ceuta tenga que soportar una carga que nos desborde”. Explicado con sus palabras, reiteró que la capacidad de acogida de la ciudad frente a la llegada de inmigrantes “debe estar limitada” a los recursos de los que se disponen.

La tercera acotación referida a este tema se fundó en el significado de la frontera y de la protección de ésta, haciendo una defensa a ultranza de las Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que la defienden. “La frontera no es solo una valla; es algo más, mucho más: es la delimitación territorial de nuestra jurisdicción y soberanía. Por tanto, firmeza y contundencia a la hora de proteger y defender su integridad y la de quienes la vigilan y custodian, nuestros guardias civiles y policías”.

Vivas argumentó que los efectivos que se despliegan por el perímetro fronterizo “desarrollan su trabajo en unas condiciones de extrema dificultad y alto riesgo, y que es bueno que sepan que no están solos, que sus heridas nos duelen, que cuentan con el aprecio y respaldo de todos los españoles, en particular, y de manera muy especial, con el de los ceutíes”.

Dejando atrás el hecho fronterizo, el presidente de la Ciudad ahondó en la condición singular de Ceuta en cuando a su autonomía, algo que junto con la ciudad de Melilla las hace únicas en el territorio español. “Somos un ayuntamiento, y a mucha honra, pero además somos una entidad que, en aspectos esenciales, se asemeja a una comunidad autónoma”. Con base a la experiencia vivida, el presidente cree que los esfuerzos como ciudad autónoma se deben centrar en tres objetivos: la confirmación o refrendo, por la vía apropiada, de esta singular naturaleza jurídica; la solución de las disfunciones que ocasiona la falta de potestad legislativa; y el desarrollo de las oportunidades que aún ofrece la facultad reglamentaria; todo ello desde la responsabilidad y el consenso.

“En interés de los ciudadanos, a los que servimos y nos debemos, creo que el verdadero reto está en gestionar mejor, de manera más eficiente y eficaz, antes que en elevar el rango o aumentar las competencias”.

En el ocaso de su discurso, antes de entrar a felicitar a los premiados, Vivas apeló con sus palabras a la unidad. A la unidad de España para seguir siendo una gran nación, con un gran patrimonio histórico y lingüístico, entre otros. “Unidad para conservar lo que tanto tiempo y sudor ha costado construir, y que tanto bienestar, progreso y libertad ha reportado; unidad para tener siempre presentes, en nuestras conciencias y en nuestros corazones, a las víctimas del terrorismo, y para atender sus legítimas demandas de verdad, memoria, dignidad y justicia”.

Además de esta reivindicación a las víctimas, Vivas alzó el reclamo de la unidad entre los mismos ceutíes. “Unidad para cuidar como oro en paño la cultura común, y con mayúsculas, de la convivencia y el respeto, para no permitir que nada ni nadie siembre la semilla de la división, el odio o el enfrentamiento por razones religiosas o culturales. No hacerlo o, peor aún, hacer lo contrario, supondría empezar a cavar la tumba de nuestro futuro como pueblo”.

El presidente confía en que gracias a la unidad del pueblo ceutí se puedan combatir problemas como el paro, que dañan tanto a la ciudad o defender la singularidad económica y fiscal que tiene Ceuta. “Unidad para mejorar las condiciones de vida de los ceutíes. Unidad para considerar que la educación es la columna vertebral de nuestra sociedad, el factor más determinante de la igualdad de oportunidades; y para fomentar, en el ánimo de nuestros jóvenes, la vocación por aprender y el afán de superación”.

Antes de finalizar, y después de dar un repaso por los logros de los premiados con las Medallas de la Autonomía, el presidente lamentó que en algunas ocasiones, “más de las deseadas, de nuestra ciudad una imagen sesgada, cuando no manipulada”. Defiende lo mágico de Ceuta y su hermosura, aseguran que es una tierra que “enamora a quien la conoce; de buena gente, hospitalaria y amable, que quiere y sabe vivir compartiendo, que quiere y sabe convivir”, culminó.