La plaza de la Constitución fue testigo ayer, como cada 12 de julio desde 1997, de un sentido acto de homenaje convocado por Nuevas Generaciones del Partido Popular para seguir recordando la figura del edil de Ermua asesinado cruelmente por la banda terrorista ETA Miguel Ángel Blanco. Unas 40 personas, en su mayoría personas vinculadas al Partido Popular, se dieron cita ante el Monumento de la Constitución que, como siempre, había sido previamente adornado por los responsables del grupo político juvenil con varias fotos de Blanco, velas y tres banderas: la de Ceuta, la de España y la de la Comunidad Autónoma Vasca. Entre los presentes estaban la presidenta de Nuevas Generaciones y viceconsejera de Educación, Rocío Salcedo, el presidente de la Ciudad, Juan Jesús Vivas, o el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González.
Salcedo fue la primera en tomar la palabra recordando que el homenaje a Blanco sirve, por extensión, a todas las víctimas del terrorismo y aseguró que la organización que preside en nuestra ciudad se sustenta en “fuertes valores morales sin los cuales no se habría llegado hasta hoy”, siendo el principal de todos ellos la libertad frente a las amenazas. Posteriormente cedió la palabra a la afiliada de NNGG, Macarena Casado, para que esta diese lectura al manifiesto que se leyó ayer en todo el territorio nacional. “Queremos recordar un secuestro que conmocionó a todo el país y nos unió en un grupo unánime contra la sin razón terrorista”, aseguró Casado. El manifiesto pintó un joven Miguel Ángel normal, “una persona de su tiempo a la que sus inquietudes, su inconformismo y ganas de cambiar la realidad que le rodeaba le llevó hasta Nuevas Generaciones”. La crueldad de aquellos días de secuestro, esas 48 horas en las que “todos fuimos parte un poco de Miguel Ángel Blanco”, no deben, según NNGG, caer en el olvido ya que supusieron un antes y un después en la lucha antiterrorista.
Por su parte, el presidente Vivas, que recuerda perfectamente que en la tarde del 12 de julio de 1997 estaba en el Parque Marítimo donde la megafonía informó de lo que todo el mundo temía y el silencio espontáneo que precedió a la noticia, consideró que “Miguel Ángel fue una víctima totalmente inocente porque era un joven que creía en la libertad, en la democracia y solo quería cumplir con su vocación de servir a los demás a través de la administración más cercana, el ayuntamiento”. Asimismo, Vivas calificó a Blanco como un “mártir de la democracia española”.
El delegado del Gobierno, Franciso Antonio González Pérez, tampoco dejó escapar la ocasión de recordar, mediante unas breves palabras, la figura de quien fue un compañero de partido. “Esto es una repulsa absoluta hacia aquellos que utilizan medios que nada tienen que ver con la democracia para conseguir sus objetivos”, aseguró el delegado. En un tono bastante escéptico, y a pesar de que este 12 de julio viene marcado por un horizonte de esperanza tras el alto el fuego anunciado por ETA el pasado mes de octubre, González Pérez dijo dudar sobre que “quienes dicen haber abandonado la violencia sean lo suficientemente demócratas como para tratar de conseguir sus objetivos a través de los cauces establecidos por la democracia”.
Las cerca de 1.000 víctimas de ETA estuvieron en el recuerdo de todos y, en la mente del delegado, también la figura de quien fuese su amigo personal Gregorio Ordóñez. “En 1978 todos asumimos y aceptamos el juego limpio dentro de las barreras democráticas y no se puede consentir que durante tanto tiempo hayan asesinado y matado como bandera de una reivindicación que solamente se debería conseguir por métodos democráticos”, apostillo González Pérez.