El presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, ha trasladado este viernes un mensaje institucional de felicitación a la
comunidad israelita de Ceuta con motivo de la celebración de la festividad de Pésaj, la Pascua judía. En ella, este año del 5 al 13 de abril, se conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, relatada en el Pentateuco, fundamentalmente en el Libro del Éxodo. En su alocución, el líder del
Ejecutivo local ha recordado que se trata de “una semana dedicada a cultivar la tradición, a fortalecer los lazos familiares y de amistad, a la oración y al sacrificio”.
“Me dirijo a cuantos integran nuestra querida comunidad israelita para mandarles en nombre de todos los ceutíes un abrazo fraternal y un deseo sincero de paz, salud y bienestar”, ha destacado Vivas, que también ha enfatizado que “Ceuta no se concibe ni reconoce sin nuestra
comunidad israelita, a la que llevamos en el alma, la memoria y el corazón”. “En poco tiempo”, ha aludido a la coincidencia de la
Semana Santa, Ramadán y Pésaj, “estamos viviendo celebraciones muy importantes para todas nuestras comunidades y en poco tiempo estamos poniendo de manifiesto al resto de España y del mundo que esta es la capital de la diversidad, del respeto y de la convivencia”.
"Es algo que los ceutíes construyen de manera auténtica y sincera con su quehacer de cada día"
El presidente también ha valorado que “es algo que los ceutíes construyen de manera auténtica y sincera con su quehacer de cada día”. Las familias limpian a conciencia las casas y algunas guardan el menaje de uso diario en la cocina para sustituirlo estos días por una vajilla especial. Durante Pésaj no se consumen alimentos fermentados en recuerdo de la premura por salir de Egipto que impidió hacer pan con levadura, por lo que el normal se sustituye por ácimo.
La noche del Séder, la más señalada se recuerda en familia el capítulo de la salida de Egipto y se adorna la mesa con un plato especial que contiene seis alimentos simbólicos que evocan la historia de los israelitas: maror (hierbas amargas frescas que simbolizan el sufrimiento del pueblo durante la esclavitud; jazeret (tronco de lechuga que simboliza la dureza de la esclavitud); jaroset (pasta dulce de color marrón que representa la argamasa que los israelitas esclavos fabricaban en Egipto); Karpas (verdura de sabor amargo como perejil o apio, que se moja en agua salada, en recuerdo de la venta de José por sus hermanos que fue la causa del exilio en Egipto); zeroa (pollo o carne cocida que recuerda el sacrificio del cordero) y beitzan (huevo cocido con su cáscara que simboliza el sacrificio que se ofrecía en el Templo de Jerusalén).