Nuevo cambio en el equipo de Gobierno, aunque esta vez no ha sido en forma de dimisión -como en el caso Gordillo- sino de destitución. El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, anunciaba ayer tarde lo que ya se rumoreaba horas antes: que tomaba la meditada “decisión de remodelar el área de Gobernación” para lo que “cesaba como consejero a José Antonio Rodríguez Gómez”. La nota oficial se enviaba a los medios a las 18.37 horas, pero ya esa misma mañana comenzaba a debatirse la decisión. A las doce, el hasta entonces consejero participaba, sin conocer que le iban a destituir, en un acto de Protección Civil. Después era llamado al despacho del presidente en donde estaba también al menos otros consejero, Francisco Márquez. Allí se le informaba de la decisión del Gobierno, instándole a que dimitiera como pasó con el que fuera vicepresidente de la Ciudad, Pedro Gordillo. Decisión ésta que no quiso adoptar Rodríguez Gómez ya que, consideraba, no existían motivos para prescindir de él, por lo que tras una reunión extraordinaria llevada a cabo en la tarde de ayer con presencia de casi todos los miembros del Gobierno se optó por firmar la destitución fulminante.
Y ahora llega la hora de los motivos. Según el Gobierno, “la justificación de esta remodelación se encuentra en razones de oportunidad y conveniencia, entre ellas determinadas disfuncionalidades en los servicios de la Consejería y tensiones con las representaciones sindicales en el área, lo que supone un obstáculo para la reordenación de los servicios”. Rodríguez Gómez es obligado a dejar su puesto como consejero pero sigue de diputado ya que es un cargo nominativo, elegido por el pueblo, que no puede perder. El ya ex consejero de Gobernación seguirá presente en los plenos, teniendo derecho a voto en la forma que él estime oportuna, incluso podría hacerlo, si es su querencia, de distinta manera a la de su partido.
¿Pero qué hay tras esa lectura de justificaciones? De entrada una carta presentada por registro el pasado 23 de septiembre y firmada por los representantes de los tres sindicatos policiales (UGT, CCOO y CSIF) en la que se mostraba el malestar con el consejero de Gobernación y en la que se pedía que se “fiscalizaran” determinadas “gestiones de la administración” llevadas a cabo con las que no estaban de acuerdo los sindicatos. En la misiva se aludía además al “grado de malestar” existente entre los sindicatos y se pedía la realización de obras que no se habían llevado a cabo a pesar de las continuas peticiones, tales como la creación de un área de descanso exclusiva para la unidad de transmisiones. Esas tensiones sindicales y lo llamado por la Ciudad “disfuncionalidad” han motivado ese cese. Coronado vuelve de viceconsejero y depende de Vivas La reorganización del Gobierno provoca cambios importantes. De entrada que regresa Manuel Coronado, que ya fue consejero de Gobernación pero que vuelve como viceconsejero por lo que dependerá directamente de Juan Vivas, que asume la dirección de la Policía Local. Los servicios del Parque Móvil y Protección Civil, incluido Emergencias, pasarán a depender de la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos. Así que Ángel Gómez dependerá directamente de Yolanda Bel. La Policía Local y Bomberos, de acuerdo con la ley, pasarán a depender directamente de la Presidencia de la Ciudad. De estos Cuerpos pasará a ocuparse Manuel Coronado, quien dejará la Subdirección General de Empleo para convertirse en viceconsejero de Gobernación. La decisión de recuperar a Coronado se adoptó en la tarde de ayer y fue adoptada directamente por el presidente. La marcha de Rodríguez Gómez supone la segunda eliminación de un miembro del equipo en casi un año y le sigue a la que ya se produjera con Pedro Gordillo, quien fuera mano derecha del presidente de la Ciudad. Hoy el propio Vivas ha anunciado una comparecencia en el 54 ya que acudirá al lugar para visitar las obras del campus y dará las explicaciones oportunas sobre el cese. Dos hombres y un destino Una de las razones que ha ofrecido la Ciudad Autónoma para señalar el cese del hasta ahora consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez Gómez, son una serie de dificultades en las relaciones con los sindicatos representativos en la Policía Local.
Fue una situación también parecida la que se produjo en el año 2006 con la salida de la misma Consejería del entonces su máximo responsable, José Antonio Rodríguez Ferrón, que fue trasladado a Fomento ante la remodelación que se produjo tras la muerte de Elena Sánchez. Entonces, el ambiente con las centrales sindicales tampoco era el mejor. Coronado
Pues bien, en una y otra ocasión a las personas a la que se buscó para lograr una época de tranquilidad en un puesto que no es nada fácil, fue a Manolo Coronado.
Coronado entró en la estructura de la Ciudad Autónoma, y más concretamente del Gobierno siendo la mano derecha del presidente Vivas como director general de su gabinete hasta la llegada de Francisco Sánchez Paris. Era lo que se decía un auténtico hombre para todo que vivía pegado al teléfono móvil durante las veinticuatro horas del día.
Pues bien, cuando el presidente Vivas le pidió que diera un paso hacia adelante y se encargara de la dirección de la Policía Local como consejero de Gobernación no lo dudó en ningún momento y lo cierto es que las aguas volvieron a su cauce y no llegaron muchos problemas desde el edificio polifuncional hasta la misma Plaza de Africa.
Cuando finalizó ese mandato coincidiendo con las elecciones autonómicas del año 2007 Coronado no tuvo ningún problema en dar marcha atrás porque siempre ha sido leal a Juan Vivas y durante estos tres años y medio ha permanecido en un segundo lugar como asesor en una de las Consejerías.
Se le ha reclamado nuevamente para hacerse cargo de Gobernación y como viceconsejero ahí estará, pero en esta ocasión con un control directo desde la propia Presidencia de la Ciudad Autónoma. Rodríguez
Por su parte, José Antonio Rodríguez ha puesto fin a su estancia de algo más de nueve años dentro del Gobierno del presidente Vivas.
Nada más llegar el mismo al equipo de Gobierno fue nombrado viceconsejero de Telecomunicaciones a lo largo de los primeros dos años.
Después de las elecciones de 2003 ya fue diputado en la Asamblea, a la vez que se encargó de la Viceconsejería de Turismo.
En esos años recorrió los distintos pueblos tanto de las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga para llegar a acuerdos con los distintos Ayuntamientos y fomentar las excursiones a nuestra ciudad. Dejó las competencias en materia de Comunicación, pero a mitad de la legislatura volvió a asumirlas por expreso deseo del presidente Vivas. Eran los tiempos de aquellos mayores con los sombreros paseando por el centro de la ciudad.
Después de seis años en el Gobierno le llegó la hora de formar parte del máximo órgano como es el Consejo de Gobierno, en esta ocasión como responsable de Gobernación. Una competencia que, desde luego, aceptó, pero que no deseaba, porque conocía, desde el principio, todas las dificultades que lleva añadidas.
A lo largo de estos tres años y medio ha declarado siempre que ha fomentado, por encima de todo, la colaboración total con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
A pesar de ser conocido por su capacidad de entendimiento y de diálogo, al final, una de las razones que han pesado para cesarle en este cargo han sido los problemas en las relaciones con los sindicatos.
Aunque haya dejado de ser miembro del equipo de Gobierno, no renuncia a su escaño de diputado y permanecerá dentro del grupo parlamentario popular hasta el final de la presente legislatura. Por lo que ya está claro es que no volverá a repetir en las listas del PP, algo que parecía anunciado desde hace varios meses concretamente.