Son un tesoro para la barriada de Poblado Regulares. Constituyen esa joya, esa leyenda que representa, en Ceuta, parte de la historia olvidada de España. Ellas son las viudas y huérfanas de aquellos soldados Regulares que combatieron con Franco y que se llevaron en vida la promesa de unos derechos que nunca han sido reconocidos. Quedan poco más de 20 con vida. En su memoria y en sus corazones guardan los agravios sufridos, el olvido de las instancias militares que ya ni siquiera son capaces de invitarles a los actos organizados en González Tablas. Unos actos que honran la historia de los Regulares pero que olvidan a los soldados bereberes que se unieron al por entonces general Franco en la Guerra Civil. Ni siquiera la Hermandad, que todos los años tenía un detalle con las viudas, entrega ya los vales al haberse quedado sin subvención. Ellos sí que hasta que pudieron tuvieron un detalle con ellas.
En el salón de una de las casas de Poblado Regulares, los vecinos se afanan en trasladar a las viudas que están en mejores condiciones físicas fuera de sus viviendas. Andando o en silla de ruedas, llegan hasta el lugar para participar de una merienda a la que asiste FAROTV, en este reportaje que no pretende ser más que un homenaje a todas ellas. Mujeres luchadoras que son víctimas también de esa soledad que tuvieron que soportar para criar a sus hijos mientras sus esposos estaban trabajando por un país que ahora nada les reconoce. Algunas llevaban tiempo sin verse. La edad (de media superan los 80), el castigo de los años, hace que no salgan casi de su hogar, así que este encuentro permite que las miradas, los abrazos y las risas vuelvan a asomar en sus rostros.
Reunidas recuerdan los tiempos antiguos, aquellos en los que convivían sin miedo, lo que les lleva a añorar unas épocas preñadas de compromisos y promesas que al final no se cumplieron. Eran tiempos de convivencia, en los que no había miedos y sí mucha unión.
“Los años de antes eran mejor que ahora, todo ha cambiado. Ahora nunca nos recuerdan los militares, se ha muerto mi marido y nos dejan abandonadas. Nosotras hemos nacido aquí en el Poblado de Regulares, nos hemos criado aquí, había dos colegios, teníamos las puertas de nuestras casas abiertas, nuestros hijos jugaban... Ahora todo se ha terminado, no tenemos ni una ayuda de los militares. Nuestros maridos estuvieron en la guerra, nuestros padres... y ahora nos hemos quedado aquí, sin nada”, explican a FAROTV.
Todas se conocen, son una gran familia que comparte recuerdos y que da forma a una historia de Ceuta que incongruentemente está olvidada, abandonada. En el año 2017 se interpeló en una sesión plenaria por su situación. Lo hizo MDyC a través de su portavoz Fatima Hamed; antes ya había llevado este tema también a Pleno la extinta UDCE.
Hace dos años se creó un grupo de trabajo para estudiar los casos: nada se sabe de él
Hace dos años se avanzó en algo: se acordó constituir un grupo que estudiaría lo que constituye un caso de injusticia social. Pero pasa el tiempo y de ese grupo nada se sabe. Las viudas siguen igual. Pero lo más sorprendente, después de años siendo cuidadas al menos por el estamento militar hoy ni siquiera las tienen en cuenta, ni las invitan a actos oficiales, ni organizan meriendas como para poder reunirse entre ellas. Recuerdan de manera insistente al que fuera coronel de Regulares, José Faura quien todavía, cuando se encuentra con los vecinos, pregunta por ellas, por ‘sus’ viudas.
“Cuando entré de presidente de la asociación de vecinos”, recuerda Alí Hamido, “Faura invitaba a las viudas a todos los actos que organizaba en el cuartel de Regulares. Desde que se fue, nunca más las han vuelto a invitar. Con Sebastián Vega también se les invitó alguna vez, pero después nada, ni a ellas ni a la asociación. Hay veces que han traído a gente de Marruecos que no pertenecen siquiera a lo que es el cuerpo militar de Regulares... no sé por qué. Con las que son viudas y familiares de Regulares se han olvidado, se ha dejado de contar con ellas y eso es penoso. Ellas siempre han estado en el cuartel, hemos vivido pegados a él. Con las pocas que nos quedan vivas que sigan sin contar con ellas... imagínate”, lamenta el presidente vecinal.
¿Por qué no se acuerdan de ellas? Se han ido muriendo una detrás de otra...
Durante mucho tiempo la Hermandad de Regulares, como entidad, sí se acordó de estas viudas. Las citaba, les aportaba un vale con motivo de la Fiesta del Borrego que suponía algo más que una pequeña ayuda, porque reflejaba que había quienes se acordaban de ellas, de sus maridos, de los que lucharon por España, de los que llevaron el Cuerpo de Regulares en la sangre y hasta el final de sus vidas. Era un detalle que también se ha perdido en el tiempo. Ni siquiera, para colmo de las injusticias, disponen de un local social para celebrar meriendas como las que les organizan los propios vecinos.
“La Hermandad lo hacía voluntariamente. No tiene que ver con el Cuerpo de Defensa ni nada. Ellos, fíjate qué detalle tan bonito, ponían un poquito cada uno y nos avisaban a los hijos para que las lleváramos y les daban un sobre con 50 euros. No era ese dinero, era que se habían acordado de las viudas de los Regulares y lo hacían con mucho cariño. Cuando se terminó lo de la Hermandad, nadie se acuerda de ellas. No sé por qué, porque ellas son viudas de Regulares que han dado su vida por ser militar, abandonaron a sus mujeres e hijos... ¿Por qué no se acuerdan de ellas? Se han ido muriendo una detrás de otra y si no fuera por el presidente de la barriada no se hacía esta merienda”, explica Habiba Mohamed, vecina del barrio y una gran luchadora por la causa de las viudas de Regulares. Alí, Abdelkader, Abdela, Mohamed Ilies... integrantes de la asociación vecinal posibilitan este encuentro con el apoyo de las vecinas del barrio que no olvidan.
Los recuerdos afloran en este encuentro en el que las risas se entremezclan con sentimientos de tristeza correspondientes con una época difícil, en la que las viudas y los huérfanos de Regulares padecieron mucho.
“No tenían nada con lo que mantener a sus hijos, se alimentaban como podían. Ellos, los maridos, dejaron a sus mujeres e hijos y se fueron. Cuando regresaban, se encontraban con alguno vivo, otro muerto, no tenían nada que comer”, explican. “Mi padre era cabo primero y vino destinado de Larache a Ceuta, estaba destinado en el cuartel”, recuerda una hija de Regular.
El derecho a unas pensiones dignas constituye un objetivo nunca cumplido. Si en algo coinciden todos los que en alguna ocasión se han referido a ellas es en asumir la injusticia que arrastran. Los militares, los políticos… todos dicen que han hecho lo posible para resolver una problemática que está enquistada. De todas las viudas, el 20 por ciento residía en la ciudad. Están olvidadas para todos menos para el Poblado Regulares, que las cuida como una auténtica joya.
“Es un orgullo tenerlas. Para mí son todas unas madres. He vivido con ellas toda mi vida y son unas maravillosas personas, de las mejores que puedes conocer. Cuando la Hermandad les dejó de dar los 50 euros ya no se vieron entre ellas”, explica Hamido, orgulloso de verlas felices compartiendo un encuentro que les ha servido para hacer presentes los recuerdos.
Desde hace al menos 30 años ni tan siquiera Defensa se hace cargo de los arreglos en las casas del Poblado como sí hacía antes. Ahora es la asociación de vecinos la que se encarga de solicitar las ayudas al Ayuntamiento cuando sucede alguna incidencia.
“Desde que dejaron de venir los soldados, ya no viene nadie. Si no fuera por el presidente que lucha en la Federación cuando se necesita las rampas para las abuelas o cuando se rompe algo... estaríamos abandonados. No vienen los militares ni para dar un paseo ni para recordar a los antiguos”, añade Habiba Mohamed.
“Estamos en el olvido”, le sigue Alí Hamido. “Ya mejor que ni las inviten, porque es penoso que ya no se acuerden de las abuelas”. “No se trata de que den o no, estamos hablando de que se acuerden de ellas. Porque es muy penoso que las abuelas se han ido muriendo una detrás de otra, y que cada vez quedan menos... y nada, no se acuerdan de ellas”, completa Mohamed.
Al Poblado de Regulares le gustaría romper con ese olvido, con ese mirar hacia otro lado. Sus vecinos conviven con una historia que no quieren que se pierda. La defienden con uñas y dientes. Pelean por quienes siempre han estado a su lado. Si se trata de pedir algo, su presidente Alí Hamido, lo reclama de forma contundente.
“Nos gustaría que tuvieran un detalle, un recordatorio a estas mujeres, a las que podían ceder el local para que ellas se reunieran de vez en cuando. Me alegra verlas, ahora mismo, reunidas”, explica. “Nosotros no pedimos dinero, solo que no las olviden, que se acuerden de ellas”, añade Habiba Mohamed.
Olvidadas por todos, menos por sus hijos. Eso lo tienen claro, porque para los del Poblado de Regulares tenerlas con ellos es el máximo honor. Honor por ellas y por el último soldado regular que queda, Ayad Ahmed Mohamed, que no ha podido asistir a este homenaje por su estado de salud pero al que siempre se le tiene presente. A él y a todos los que faltan. Habiba Abselam traslada, con energías, el sentimiento común a todas las viudas.
“Mi marido y mi padre lucharon en la guerra y ahora estamos todos abandonados. Nadie se acuerda de la viuda de los Regulares. Ya no quedan militares, solo quedamos las viudas. Solo un militar se ha quedado aquí, Ayad, y que Dios le dé mucha salud”, explica Habiba, rodeada de las demás viudas y aupada por los aplausos de todos los presentes. “Nosotros nos hemos quedado abandonadas, pero tenemos a nuestros hijos que nunca nos abandonarán. Estamos felices con ellos. Nunca pasamos hambre por nuestros hijos. Dios muy grande. Los militares nos han abandonado pero nosotras, todavía, tenemos a nuestros hijos”. En Poblado Regulares tienen un tesoro. Unas joyas únicas: las viudas.
En la merienda organizada en el Poblado Regulares hubiera querido estar presente Ayad Ahmed Mohamed, el último soldado regular que queda con vida de aquella guardia, que supera ya los cien años. Problemas de salud lo impidieron, pero su figura estuvo presente en las viudas que le desean mucha vida a su lado. Es una leyenda, una historia viva de esta situación de injusticia a la que nadie ha sabido poner el punto y final. Una lástima, un eslabón perdido en parte de la historia castrense local.
Son muchas las barriadas de Ceuta que disponen de local social. A las viudas de Regulares les gustaría tener uno, pero ni tan siquiera pueden pedirlo a la Ciudad ya que debe ser Defensa quien se lo facilite. “En Poblado Regulares son los militares los que deben ceder un local social las viudas. Tienen un local aquí al lado cerrado y lleno de basura, la única cosa que pueden ceder a las viudas y ni se lo han dado”, lamenta Habiba Mohamed.
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