El pasado domingo, la Cofradía de San Antonio del Monte Hacho llevaba a cabo una convivencia de confraternidad en la ciudad de Tánger, con motivo del inicio del curso cofrade.
Por la mañana, los cofrades participaron en la Santa Misa que se celebró en la Catedral del Espíritu Santo, sede del Arzobispado de Tánger, y presidida por el arzobispo, Santiago Agrelo Martínez, OFM.
Posteriormente, recibieron una “interesante” charla de manos del vicario de la Archidiócesis de Tánger, director nacional de Obras Misionales Pontificias y Consejero del Gobierno de la Custodia de los Santos Protomártires de la Orden Franciscana en Marruecos, Simeón Stachera OFM. “Simeón nos habló sobre los 800 años de la presencia franciscana en Marruecos, y la labor que desarrollan las diversas comunidades de religiosos y religiosas (hasta un total de ocho) en el norte del país”, señalan los visitantes de San Antonio.
A continuación, hicieron entrega al señor arzobispo (como máxima autoridad del Arzobispado) del escudo de oro de la Cofradía (aprobado en Cabildo de Junta de Gobierno del 29 de abril de 2014), “en agradecimiento por su desinteresada labor en favor de esta Hermandad del Monte Hacho. Fue un momento realmente especial y emotivo”.
Tras el almuerzo de hermandad, visitaron el faro de Cabo Espartel, “donde fuimos recibidos de manera excepcional por su responsable, con visita guiada por todo el museo”.
Por la tarde, visitaron el Monasterio de la Sagrada Familia y Santa Teresita, el Carmelo de Tánger, “en el cual oramos junto a las hermanas carmelitas, que rezaron desde su apartado de clausura de la capilla”.
En la acogedora iglesia realizaron peticiones, rezaron oraciones a la Virgen del Carmen, a San Antonio de Padua, Santa Teresa (con motivo del V Centenario de su Nacimiento), por los cristianos perseguidos, y la oración de la jornada mundial por el cuidado de la creación, del Papa Francisco.
“Visitando el Carmelo de Tánger, ésta ha sido nuestra particular forma de agregarnos a la celebración del V centenario del nacimiento de Santa Teresa. Tras los cánticos a la Virgen, y momentos de íntima oración ante el Santísimo, partimos felizmente hacia nuestra ciudad de Ceuta”.