La espera para disfrutar de Viktorija Pilatovic en el Revellín mereció pena. La lituana debería haber actuado en Ceuta el pasado 12 de noviembre, pero el concierto tuvo que ser aplazado y ha sido esta noche cuando se ha reunido con el público ceutí en el marco del 28 Jazz Festival.
Los asientos del auditorio se iban llenando conforme se acercaban las nueve de la noche. Las ganas y la espera por disfrutar de este concierto que tanto se hizo de rogar se notaban en el ambiente. Una pantalla de grandes dimensiones anunciaba el 28 Jazz Festival mientras que, en el escenario, se podía ver un piano junto al resto de instrumentos que acompañarían a la voz de la cantante. Así fueron los instantes previos al inicio de la actuación.
Unos minutos más tarde de las nueve, las luces se apagaron y Viktorija Pilatovic, acompañada por su grupo de músicos, apareció en el escenario. Los aplausos del público mostraban su inquietud porque el concierto comenzara.
Y Pilatovic no hizo esperar más. Dedicó unas palabras al público y empezó a poner voz al primero de los muchos temas que interpretaría durante la noche mientras que su trío musical se encargaba de poner el toque de elegancia a cada tema. Un maridaje perfecto.
Al terminar la primera canción presentó a quienes le acompañaban en el escenario. A la izquierda estaba Alberto Palau con el piano, en el centro la cantante de jazz con su teclado y a su derecha Mariano Steimberg con la batería y Miquel Álvarez con el contrabajo.
Seguidamente manifestó que interpretaría canciones de todos sus discos y dio la bienvenida a un concierto con el que Viktorija Pilatovuc pretendía expresar su amor por el jazz desde su punto de vista. Todas sus canciones han sido compuestas por ella misma y están recogidas en los tres discos que tiene publicados, más otro que viene en camino.
El público estaba muy entregado a la música y Pilatovik se dejaba llevar por el calor del Revellín, a la vez que iba presentando todos los temas que cantaba. La cantante y su trío musical no solo ofrecieron un concierto, sino que regalaron mucho más: una experiencia única para los oídos.