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La Comunidad Hindú de Ceuta culminó las celebraciones de Ganesh en el mes de agosto con la procesión religiosa y festiva que alborozó las calles del Centro de la ciudad. Una ceremonia en honor al dios con cabeza de elefante que tuvo su momento álgido en la inmersión de dos figuras de la deidad en el mar.
Los fieles despidieron al patrón de las artes y las ciencias hasta el año que viene en el Muelle España, desde donde sus dos reproducciones fueron transportadas en barco hasta aguas de San Amaro. Ganesh volvió así a la tierra de donde procede, llevándose consigo las desdichas después de bendecir a todos los ceutíes. La procesión marítima contó con una flota compuesta por el Desnarigado y 20 embarcaciones recreativas que apoyaron de forma altruista a la Comunidad. “Este años hemos batido el récord y cada vez va a más”, señaló Premi Mirchandani, vicepresidente de la Comunidad Hindú.
Los hindúes honraron su partida con un gran desfile que comenzó en su Templo de calle Echegaray. Los ‘ganeshas’, aupados por miembros de la Comunidad y ciudadanos de otras confesiones, hombres y mujeres, fueron sobre un palanquín adornado con los pétalos que caían de los balcones y acompañados de rezos, música, danza y celebración. La alegría y el colorido de la procesión disipó esa atmósfera gris con la que amaneció este último domingo de agosto. “En estos días decimos que Ganesh está entre nosotros”, indicó Ramesh Chandiramani, presidente de la Comunidad Hindú.
Ganesh tiene un don para unir a sus devotos y se notó en la numerosa comitiva que le arropó con independencia de su creencia religiosa o ciudad de procedencia. Su primera parada fue en la plaza de los Reyes, donde la Academia de María José Lesmes ofreció un espectáculo de danza hindú. Las bailarinas, ataviadas con prendas típicas de la India, tiñeron de brillantes colores el lugar –y a los presentes– con el lanzamiento de polvos de pintura.
La procesión continuó hasta el Santuario de Nuestra Señora de África, donde los participantes realizaron una ofrenda a la Patrona de Ceuta y el coro de la Hermandad del Rocío entonó una salve a la deidad hindú que supuso uno de los momentos más emotivos de la festividad, “un momento único”, como lo describió Mirchandani. Él mismo puso el acento en que cada vez son más las personas de distintos credos que se suman a esta celebración, con lo cual “se está convirtiendo en una fiesta más de la sociedad ceutí”.
El coro rociero esperó a Ganesh a las puertas del templo en un gesto de acercamiento con el que la Comunidad Hindú demostró su respeto hacia la Alcaldesa Perpetua y escenificó la convivencia entre ambos colectivos. Las oraciones y los mantras pudieron oírse en la Iglesia de África. “Como en años anteriores le brindamos nuestro respecto como Patrona de todos los ceutíes”, apuntó Chandiramani.
La procesión continuó su recorrido por las calles hasta reencontrarse con otra imagen, el Cristo de los Afligidos, en el Puente del Cristo, cuando los fieles de nuevo mostraron su respeto hacia la confesión vecina. Un signo más de la apuesta común de ambas comunidades, la cristiana y la hindú, por construir una sociedad multicultural. La ofrenda en las aguas ceutíes fue en honor de Mana Mirchandani, madre del vicepresidente de la entidad, que falleció recientemente y, junto a Sharu Daswani, fueron las promotoras de una festividad que cumple 13 años.
“Son deidades ecológicas y en 48 o 72 horas se disuelven, con lo cual, no contaminamos”, precisó Mirchandani. Una de ellas fue la más grande que han traído a Ceuta con 1,20 metros y que Mirchandani la adquirió en Londres. Una viaje no exento de anécdotas porque tuvieron un problema con la agencia de transporte y estuvieron conduciendo 49 horas una furgoneta para poder llegar a Algeciras. “Pero está aquí, está procesionando y espero que bendiga a Ceuta, España, Europa y al mundo entero”, valoró Mirchandani.
Ganesh regresó así a su hogar, pero como dios de la protección y la buena suerte continuará abriendo los caminos y liberando los obstáculos de los ceutíes.
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