La estampa se repite desde hace días en ese enjambre de bultos, aglomeraciones y cuellos de botella en el que se ha transformado el paso fronterizo del Tarajal.
De madrugada, cuando aún no ha amanecido, cientos y cientos de porteadores se agolpan en las inmediaciones de las naves –y de las que ejercen como consignas ilegales– en busca de las mercancías con las que cargarán camino de Marruecos y de su puñado de euros por cada viaje.
La doble batalla de abrirse camino entre la multitud y sortear la vigilancia policial obliga a agudizar el ingenio. Como en la zona de la nueva puerta que se instaló en el Polígono La Chimenea para evitar que los porteadores accedieran a las proximidades de las naves antes de que llegasen los agentes, cuya misión es intentar evitar las aglomeraciones siempre en la medida de sus posibilidades.
Es la zona conocida como calle del Río, o del Muro, y las imágenes son del lunes. Las grabó alguien cansado de escuchar que era imposible que los porteadores se ocultasen en alcantarillas o trampillas subterráneas. Lo hacen junto a las naves que dan paso a la entrada del Biutz, a la altura de Almacenes Victoria. Allí es donde suelen hacer las colas, pero la Policía les expulsa para evitar tapones como los de los últimos meses. Cuando los agentes se distraen, se esfuman bajo el suelo, en un juego del ratón y el gato. Son las 6:30 o 6:40. Unos minutos después, cuando la puerta se abre de par en par, aparecen del subsuelo y salen a la carrera para lograr un puesto privilegiado en la recogida de mercancías. Quienes frecuentan la zona alertan de que el descontrol puede provocar una tragedia. “Han destruido el vallado, la gente pasa por medio de las calles, con bultos enormes que incumplen las normas... Todo se complica”, asegura uno de ellos.
En ese laberinto de intereses y desorden intentó arrojar ayer algo de luz el Club Residentes Ceuta, que mostró su “profunda preocupación” ante una situación que considera “límite”. A su juicio, “el descomunal movimiento de vehículos ceutíes y marroquíes” y de bultos es “explosivo”. El Club aboga por “fronteras humanitarias”, el respeto a los derechos humanos y un control fiscal en el lado marroquí de la frontera.
, que beneficien a las arcas públicas, lo que redundará en beneficio de todos los ciudadanos marroquíes, a la vez que vendrá a implementar un mayor y mejor ordenamiento del paso de mercancías.
Igualmente, la situación exige la intervención de ambos Gobiernos, pues resulta realmente inaceptable el rol que han tomado ambas fronteras, lugares en los que la lucha por la vida resulta cruel, tanto como el simple intento de paso para comer con los amigos.
El Club iniciará en breve una recogida de firmas en apoyo de una una "frontera humanitaria y por un paso sin estigmas"
Pincha en el enlace y verás la escena:
https://www.youtube.com/watch?v=-1PZtCrVlpg