Categorías: Opinión

Vicente del Bosque

En varias ocasiones he dedicado este espacio a escribir sobre determinadas personas que por su trabajo y contribución a determinados ámbitos del saber son dignas de elogio y admiración. Tal es el caso de Manuel Elkín Patarroyo, científico colombiano, descubridor de la vacuna contra la malaria (de la cual no quiso poseer los derechos para que pudiera ser gratuita en los países pobres) que estuvo no hace mucho en Ceuta para recoger el Premio Convivencia y al que tuve la suerte de escuchar en una conferencia que impartió en el salón de actos de la UNED. Dicha conferencia fue un ejemplo de humildad y de sencilla forma de exponer sus amplios conocimientos científicos a un auditorio profano en la materia y, sobre todo, de mostrar las cualidades humanas de este hombre que se gana la admiración y el afecto de todos los que tienen la suerte de escucharlo.

Dosing regimen effects of modafinil for improving daytime wakefulness in patients with narcolepsy

Abstract

In a multicenter, randomized, double-blind study the authors compared the efficacy of https://www.health-e-child.org/modafinil-dosage/ modafinil 400 mg once daily, 400 mg given in a split dose, or 200 mg once daily for maintaining wakefulness throughout the day in patients (N = 32) with narcolepsy reporting a positive daytime response to modafinil but late-afternoon/evening sleepiness. Efficacy evaluations included an extended Maintenance of Wakefulness Test (9:00 am to 9:00 pm), the Clinical Global Impression of Change scale, and the Epworth Sleepiness Scale. Modafinil demonstrated significant improvement in wakefulness as assessed by the Epworth Sleepiness Scale compared with placebo at baseline

También escribí sobre Leopoldo Abadía, economista español ya jubilado que últimamente se ha hecho bastante popular por su forma de explicar, amena y sencilla, la crisis económica que tanto daño nos ha hecho y aún nos sigue haciendo. Abadía también ha demostrado que una persona jubilada no es en absoluto un inútil y que sus conocimientos y aportaciones pueden seguir siendo perfectamente válidas a pesar de no encontrarse en activo.

Y, por último, escribí también sobre Valentín Fuster, cardiólogo español, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital “Monte Sinaí” de Nueva York, considerado hoy día uno de los mejores cardiólogos a nivel mundial y que es también un auténtico humanista en el más amplio sentido de la palabra.

Pueden encontrar abundante información sobre cada uno de ellos en Internet y también pueden disfrutar del placer de escucharlos porque son personas que no dejan indiferentes, ya que además de hablar de la materia de la que son expertos, pueden hablar sobre otras muchas cosas de forma amena, sencilla e interesante.

En esta ocasión, quiero volver a escribir en este espacio sobre otra persona muy diferente a las anteriores pero que también considero digna de admiración, no sólo por sus recientes éxitos con la selección española de fútbol, que nos ha hecho olvidar por unos días muchas de las complicadas circunstancias por las que atraviesa nuestro país, sino también porque ha hecho reverdecer viejos sentimientos patrióticos y de cohesión que teníamos más que olvidados. Como ya habrán comprendido, me estoy refiriendo a Vicente del Bosque González.

La Federación de Fútbol de Ceuta tuvo hace poco el acierto de hacer que Vicente del Bosque viniera a nuestra ciudad a pasar una jornada de convivencia en la que tuvo la agenda llena de actividades. Que yo sepa, vino acompañado por su segundo en la selección, Toni Grande, y por nuestro paisano Pirri.

¿Por qué creo que Vicente del Bosque es digno de ser traído a este espacio?. Como dos años antes había hecho Luís Aragonés en el Campeonato de Europa, Vicente del Bosque ha dirigido con maestría y estilo muy peculiar a la selección española de fútbol haciéndonos pasar unos momentos irrepetibles tanto a los aficionados como a los no aficionados al fútbol.

Además, el caso de Vicente del Bosque es muy curioso. Sin ser nada mediático ni muchos menos “galáctico”, es una persona que se ha metido en el bolsillo prácticamente a todos los españoles, lo cual no es fácil. ¿Cómo lo ha hecho?.

En esta sociedad española en la que políticos y sesudos tertulianos y analistas televisivos compiten por ser los que más gritan, insultan, desprestigian e interrumpen para no dejar hablar a los demás, Vicente del Bosque ha destacado y se ha diferenciado de todos ellos por imponer un estilo educado, cuerdo y mesurado en todas sus intervenciones públicas. Esto no ha pasado inadvertido entre la gente de a pie, entre esa mayoría silenciosa que no gusta de manifestarse en público, pero que se da cuenta de todo y sí que opina y valora de forma anónima cuando tiene la oportunidad de hacerlo. Creo que este es el secreto del por qué Vicente del Bosque cae bien a todo el mundo. Esto, claro está, unido al éxito en el Mundial de Sudáfrica.

Vicente del Bosque lo sabe bien. Creo que los entrenadores de fútbol son de las personas que más saben que todo depende del resultado. Como bien dijo el propio del Bosque después de ganar el mundial: “Creo que muchos de los reconocimientos son producto de la victoria y que, con los mismos comportamientos, sin el triunfo final no habrían sido tan valorados”.

Pero detrás de esa apariencia de hombre afable y bonachón (que lo es) en su faceta profesional como entrenador, se muestra como una persona que sabe manejar perfectamente el complejo mundo de un vestuario de fútbol.

Ignacio Tylko, periodista que ha seguido de cerca la trayectoria de del Bosque, ha dicho de él: “Es el equilibrio hecho entrenador. Detrás de esa apariencia de hombre bonachón se esconde un tipo que maneja de maravilla los vestuarios. Su educación no le impide ser directo en los mensajes críticos. En la selección todos lo consideran como un padre”.

Creo que sin proponérselo, ya que he dicho que no es nada mediático ni “galáctico”, Vicente del Bosque se ha convertido en un fenómeno social que trasciende el ámbito estrictamente futbolístico

Mi colega el psicólogo Francisco Gavilán destaca su positivismo y dice de él: “Es precavido y conservador. Procede cuidadosamente y con precaución en todo lo que hace. Posee una personalidad equilibrada tendente a la introversión, que no necesita pregonar sus logros para buscar el reconocimiento social”.

Joaquín Maroto, exdirector de comunicación del Real Madrid, enviado especial con la selección al Mundial de Sudáfrica y gran conocedor de la vida y obra de Vicente del Bosque, ha escrito un libro titulado “El método del Bosque”, en el que se recopilan capítulo a capítulo, cuentos de “El conde Lucanor”, uno de los libros favoritos del seleccionador español. El autor afirma en dicho libro que el tiempo le ha dado la oportunidad a del Bosque de ratificar un estilo que lo ha llevado hasta lo más alto, a un continuo trasiego de premios, discursos y variados eventos. “Y eso que había quien decía que no sabía gestionar un vestuario”, concluye el autor.

Por su parte Sergio Fernández, autor de “Vivir sin jefe” y “Vivir sin miedo” nos aporta su opinión sobre el éxito de un sistema de trabajo aplicable al mundo de la empresa y a la vida misma. Dice de él: “Es un buen ejemplo de lo que se llama liderazgo representativo, al que vamos a tender cada vez más en el siglo XXI, frente al liderazgo autoritario más propio del siglo XX. El talentismo y la colaboración frente a la competencia son dos factores que él sabe conjugar a la perfección”.

He querido resumir todas estas opiniones sobre del Bosque procedentes de personas muy diferentes en formación y ocupación porque en un país como España, tan proclive a la crítica destructiva, donde tanto trabajo cuesta reconocer los aspectos positivos de los demás, que tantas y variadas personas se deshagan en elogios a favor de de Bosque, es bastante significativo.

Sin embargo, el seleccionador no se deja embriagar por los halagos y es bastante realista. Piensa que se encuentra al final de su carrera (el próximo 23 de diciembre cumplirá sesenta y un años). Cree que como profesional del fútbol ha tenido cinco etapas: primero como jugador de cantera, después jugador profesional, luego entrenador de cantera, a continuación como entrenador del primer equipo del Real Madrid y del Besiktas de Turquía y la quinta y última etapa, como seleccionador. Dice textualmente del Bosque: “No puedo asegurar que vaya a ser la última etapa, pero sí es verdad que no soy ningún niño y probablemente después de la selección me retire. Pero no pongo fecha”.

Mucho se podría hablar también de la faceta humana de Vicente del Bosque. Juan Manuel López Iturriaga, antiguo jugador de baloncesto del Real Madrid y de la selección española, es ahora asesor en una empresa de asesoría y consultoría que aplica los principios del deporte al mundo de la empresa y la superación personal.

Dice Iturriaga refiriéndose a del Bosque: “Es un claro ejemplo de liderazgo sin gritos, sin ruido. Ha demostrado que no hay que ser Braveheart para triunfar en un banquillo. En el caso de la selección, supo modificar y retocar un equipo muy bueno y mantener sus ideas y la calma en situaciones límite. El factor del Bosque le ha venido muy bien a este país”.

Cuenta también Iturriaga cómo con ocasión del nacimiento de su hijo, que tuvo que estar ingresado en la unidad de neonatos, Vicente del Bosque habló con él y le ayudó a superar esos difíciles momentos explicándole cómo afrontaba él con espíritu positivo la situación de su hijo Álvaro, con síndrome de Down.

Hablando de Álvaro, el hijo de del Bosque, debo recordar aquí uno de los momentos más entrañables y emotivos de la celebración tras la llegada de la selección española a Madrid. El momento en que el hijo de Vicente del Bosque, en presencia de los jugadores, su padre y el Presidente del Gobierno, de manera espontánea cogió la copa de campeones, la besó y la alzó con todas sus fuerzas, ante las manifestaciones de júbilo de todos los presentes. Su padre miraba con ojos emocionados cómo ese hijo que le habrá producido tantos sentimientos contrapuestos desde su nacimiento, le daba ahora la enorme satisfacción de levantar la copa de campeones del mundo de fútbol, ante el reconocimiento de prácticamente todos los españoles.

Ya he comentado que, según el propio del Bosque, su carrera está próxima a su fin. Pero, al menos, le queda todavía un reto importante, como es el Campeonato de Europa de selecciones que se disputará el próximo año 2012. En la charla que impartió hace poco con motivo de su visita a Ceuta, del Bosque dijo que en el Mundial de Sudáfrica habían tenido mucha suerte y que sin ella no habría sido posible ser campeones. Que había una gran igualdad entre los equipos y que un pequeño detalle podría decidir un partido.

Sabia lección de humildad de un hombre que está en la cresta de la ola. Él mejor que nadie sabe que en el mundo del fútbol, como en la vida, lo bueno se olvida pronto y un traspiés tira por la borda toda una trayectoria de trabajo bien hecho.

Ojalá en el próximo Campeonato de Europa Vicente del Bosque vuelva a tener la suerte que merece y de nuevo nos haga olvidar por unos días los muchos y variados problemas que tiene este país. Falta nos hace.

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