Si usted decide visitar Marruecos en un vehículo a motor necesita cumplir unos requisitos que deberá tramitar para acceder al vecino país. Son trámites sencillos que garantizan a las autoridades marroquíes que los vehículos no son robados, que en caso de accidente tienen la carta verde “seguro en vigor”, además de tener en vigor la Inspección Técnica y tramitar la importación temporal del turismo. En primer lugar, debes sellar el pasaporte, el titular debe gestionar personalmente la importación y el vehículo debe conducirlo su propietario, en caso contrario, debe tener una autorización notarial en árabe que autorice su conducción. De estos requisitos pueden informarse en la página que tiene Marruecos en Internet, siempre son los mismos, no cambian continuamente.
Esta semana hemos conocido, una vez más, los requisitos que se pedirán a los vehículos para acceder a nuestra ciudad. Son los siguientes: “Queda prohibición de entrada de vehículos que no cumplen las condiciones técnicas necesarias para circular por territorio nacional, que se venía aplicando desde hace algún tiempo, se une ahora la exigencia de portar la denominada carta verde, o seguro internacional de vehículos a motor, así como la coincidencia del conductor con el titular del vehículo”.
A esta organización nos sorprende que como novedad se aporte la exigencia de portar carta verde, es decir, seguro en vigor, porque sería como decir que estamos permitiendo que un vehículo acceda a nuestro país sin seguro y, por tanto, en caso de accidente estemos desprotegidos. En segundo lugar, prohibir la entrada de vehículos que no cumplan las condiciones técnicas necesarias para circular, qué quiere decir: que hasta ahora se estaba permitiendo. La tercera novedad, decisión que apoyamos, la prohibición de entradas de vehículos que no los conduzcan sus legítimos propietarios, porque como hemos denunciado desde AEGC el 80% de los vehículos pertenecen a tres o cuatro personas que se permiten el lujo de alterar la seguridad ciudadana y bloquear el paso de personas y vehículos hacia el vecino país. Los conductores son simples empleados que cumplen las órdenes o pierden el puesto de trabajo. Desde AEGC lo hemos denunciado continuamente, como hemos denunciado que las mafias de porteadores no pararan hasta conseguir hacer lo que quieren. Lo advertimos con el reparto de las nuevas tarjetas y advertimos de que “no funcionará si no le viene bien a las mafias de porteadores”.
Vender humo es la expresión que se utiliza para definir a las personas que ofrecen cosas que no son muy creíbles o que proponen cosas que después no son capaces de cumplir. Esta semana hemos conocido las órdenes de la Delegación del Gobierno, algunas no las entendemos, porque son requisitos obligatorios -es decir leyes de obligado cumplimiento- y, por tanto, poco o nada aporta la Delegación del Gobierno, entre otras cosas, porque la Delegación no puede eximir a los conductores de llevar seguro en vigor y, mucho menos, suavizar el cumplimiento de las condiciones técnicas de seguridad de vehículos.
En el Tarajal hacen falta guardias civiles para controlar exhaustivamente los vehículos sin que este control perjudique el acceso fluido; hace falta -como en Marruecos-, que los ciudadanos conozcan claramente lo que necesitan para entrar y salir de nuestro país, es decir, que no se cambie de criterio, porque los cambios de criterios dan sensación de falta de autoridad. Hace falta que se valore con rigor la situación, quién provoca los problemas, identificarlos para prohibirles el paso; hacen faltan medios –grúas, cepos, personal- para actuar de forma contundente, ágil y coordinados para que los infractores comprueben que estamos preparados y no vamos a permitir presiones intolerables. Todo eso hace falta y, por supuesto, que estas medidas no cambien todos los días.
Decía el portavoz del Gobierno, Jacob Hachuel: “Hay personas con intenciones perversas”. Y lleva razón, porque esas razones perversas se llaman avaricia por el dinero, sin importarles los daños que causan, los problemas que generan y, mucho menos, el daño que hacen a las Instituciones y a los países. Sólo hay que darle un repaso a los medios de comunicación para saber que hay muchas personas con intenciones perversas; resumiendo yonquis del dinero.