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“Vengo al trabajo con la motivación del primer día”

Aprovechando la festividad de San Urbano, que se celebra hoy, en esta entrevista con el superintendente de la Policía Local hacemos un repaso a sus 32 años al frente del Cuerpo, donde han existido sus luces y sus sombras, pero donde se debe reconocer que ha sido la piedra angular de la transformación de este Cuerpo.
–Treinta y dos años en la Policía Local. Este Cuerpo hoy, comparado con el que se encontró usted en los sótanos del Palacio Municipal, no tiene nada que ver…
–No tiene nada que ver y los ciudadanos de Ceuta de entonces han visto el cambio, la profesionalización y progresión de la Policía Local. Me encontré un Cuerpo formado por 120 agentes que no disponía de instalaciones, nada más que contaban con dos habitaciones en los bajos del Palacio Municipal. Como medio técnicos, una grúa, un Land Rover y dos motociclistas.
–¿Se puede decir que ese primer alcalde que apuesta de manera importante por la Policía Local se llamaba Ricardo Muñoz Rodríguez?
–Se puede decir y a boca llena. Cuando Ricardo Muñoz me encomienda la tarea de cambiar la Policía Local brindó todo su apoyo. No me olvidaré nunca de esta persona, tengo mucho que agradecerle y soy agradecido. Fue un apoyo total, incondicional.
–El primer paso fue cambiarse al antiguo cuartel del Revellín…
–Irnos a las nuevas instalaciones era como cambiar de la noche al día. Era otro mundo distinto. Pero se dieron más transformaciones, como el cambio de uniforme, abandonando el gris por el azul marino. Se aumentaron plazas de policías, se organizó el Cuerpo por unidades, servicios y secciones. Además de disponer de un mayor número de medio técnicos entre vehículos y motocicletas. Una auténtica revolución que coincidió con la revolución de todas las Policías Locales de España. No fui el más listo de la clase, cualquier otro que hubiera venido lo habría hecho igual o mejor, porque la Policía Local estaba tan mal y tan abandonada que cualquier cosa que se hiciera iba a notarse y se notó.
–Sin embargo, en estos 32 años en la Policía Local no todo han sido luces, también se han producido sus sombras. No llevaba usted ni dos o tres años en el Cuerpo cuando un alcalde, Francisco Fráiz, le abre un expediente, le manda a su casa y al final lo gana usted en los tribunales.
–Con la mayoría de los alcaldes he mantenido una relación cordial. Soy un profesional de la Policía y me dedico a mi trabajo. Tuve un problema con este alcalde, quien me abrió un expediente y me suspendió de empleo y sueldo. Comencé una batalla legal y jurídica, en Sevilla fallaron a mi favor y automáticamente me fui al Juzgado de lo Penal. Mi abogado era Pablo González, a quien le tengo que estar agradecido, no solamente por su asesoramiento legal, sino porque me ha demostrado que más que la relación cliente-letrado, era un amigo. Me demostró que era una persona muy humana. Se ganó en los dos juzgados y al instructor del expediente le condenaron a ocho años de inhabilitación, a una indemnización y aquel lunar pasó.
–A usted le abrieron un expediente que sabía que no tenía ni pies ni cabeza y que era totalmente injusto. ¿Cómo se siente uno cuando se ve obligado a entablar una batalla legal, estando en su casa y apartado de su trabajo?
–Sientes rabia, sientes impotencia, sientes la injusticia de que has llegado a un puesto de trabajo, lo has  dado todo, se había cambiado, pero que estás injustamente tratado y desconoces los motivos. A mí el expediente que me abren, según se me acusa, era por haber vertido palabras insultantes hacia el alcalde. Mi forma de ser, y quien me conoce lo puede atestiguar, es el de una persona respetuosa con todo el mundo, con lo cual aquello se salía de madre. Se siente uno dolido, lo pasa mal... pero cuando uno no lo hace y lo paga es cuando te duele. Pero gracias a mi mujer Cristina, a mis hijos, a mis padres, que me apoyaron y me animaron, al final todo salió bien…
–¿A lo largo de ese año y medio que duró toda esta batalla legal se le pasó en algún momento por la cabeza tirar la toalla y volverse al Cuerpo Nacional de Policía?
–La verdad es que no, porque soy un luchador. Yo tenía mi plaza de inspector en la Policía y reservada en Ceuta. No se me pasó por la cabeza, porque sería haber dado la razón a quien me abrió el expediente y decirle que el mismo estaba justificado.
–Luego llega el GIL y le ponen usted un despacho en San Amaro.
–El señor Sampietro, al principio me dijo que contaba conmigo. Pero ya habían pasado unos años, con el anterior conflicto tenía poco más de 30 y con éste no tenía ganas de conflictos. Sin embargo, a los pocos días me llama el consejero de Presidencia y me comenta que se ha nombrado a una cúpula militar para dirigir a la Policía Local. Para lo que yo hacía solo, se había nombrado a cinco personas: un general de Brigada, un teniente coronel y tres comandantes. Que me parece bien, porque todo lo que sea más personal... mejor gestión. El consejero de Presidencia me comentó entonces que no contaban conmigo. Le respondí que mi plaza era en propiedad y me lanzó una amenaza: que o aceptaba el puesto que me ofrecían o me abrían un expediente por bajo rendimiento. Técnicas mafiosas a todas luces, pero en esos momentos no tenía ganas de pelear y me fui como director de la Academia de la Policía, que era el cargo que me ofrecieron. Acepté la situación por no volver a la lucha, a los pleitos, de los cuales salí muy cansado. Pero a Dios gracias, el GIL estuvo en el Ayuntamiento muy poco tiempo e inmediatamente que accedió el PP al Gobierno de la Ciudad me reintegré a mi puesto.
–También en estos doce años del presidente Vivas han existido dos ocasiones en que ha contado con usted para responsabilidades como director general de Protección Civil…
–Al presidente Vivas le tengo un gran respeto, en primer lugar porque es el presidente de la Ciudad, en segundo lugar porque es el presidente del partido al cual pertenezco y en tercer lugar porque creo que es amigo. Le conozco hace más de treinta años cuando era funcionario de Intervención y yo jefe de la Policía Local. Un día me llama al despacho y me dice que necesita de mi persona para ocupar un área como Protección Civil y Relaciones Institucionales, que me quería tener cerca de él para la realización de determinadas gestiones. Entonces en un acto de disciplina y por las razones que he comentado antes, acepté. Llegué a Protección Civil y puse en marcha el área, que estaba prácticamente dormida, se adquirieron los materiales, se hicieron simulacros, se realizaron planes de emergencia y la verdad es que me siento satisfecho.
–Sin embargo, al inicio de la presente legislatura usted vuelve a pedir reintegrarse al puesto de superintendente de la Policía Local…
–Fui a ver al presidente, le comenté que pensaba que había cumplido una etapa y que deseaba reincorporarme a mi puesto de trabajo. No me puso ninguna pega y aquí estoy.
–Con 62 años, ¿uno está en la Policía Local como el primer día que llegó?
–En mi caso, sí. Lo único que a veces te topas con paredes, y las cosas que quieres llevar a cabo, por circunstancias, no se puede. Mi motivación es la misma. Continuo pensando que la Policía Local es un Cuerpo al que se debe ayudar, que hay que potenciar, proteger y tecnificar porque es la Policía la que más competencias tiene. La Policía Nacional tiene sus competencias en materia de seguridad ciudadana, de control de extranjeros, de expedición del DNI y del pasaportes y luego sus Brigadas de Investigación. En el caso de la Guardia Civil, su frontera, su puerto, su brigada fiscal, sus unidades... pero la Policía Local abarca esa colaboración con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en materia de seguridad ciudadana y nos pilla de lleno. También las funciones de Policía Judicial en los casos que nos marca la ley, pero luego las funciones específicas de las distintas materias que abarcan todas las consejerías del Gobierno autonómico. Por un lado, el tráfico en materia exclusiva, pero luego Urbanismo, licencias de apertura, informes de empadronamiento, informes judiciales, medio ambiente, festejos, sanidad… Para ello hace falta una motivación y quizás no físicamente, porque ya no tengo 30 años, pero vengo todos los días a mi trabajo con la misma fuerza mental.
–¿Se puede decir que los sindicatos han tenido buena relación con Ángel Gómez? Porque recuerdo épocas de UGT con Manuel Muro o el CSIF con Delicado que no fueron nada fáciles.
–Vemos a las organizaciones sindicales, a las cuales respeto, haciendo su labor donde muestran su disconformidad con determinadas acciones que se toman y como ya he dicho antes, no soy el más listo de la clase. En ocasiones me he podido equivocar, pero también tengo que decir, en relación con la época que ha comentado, que existía mucho de cuestiones personales. Hubo algunas personas que querían mandar en la Policía, me vieron a mí demasiado joven y deseaban que me pusiera en manos de ellos para el mando de la Policía realizarlo a través de mí. Mi negativa fue rotunda y a partir de ahí comenzaron a desmadrarse los temas. Todos sabemos que ninguna obra es perfecta. Los sindicatos, amparados en esa fuerza con la que cuentan, pueden decir muchas cosas y a veces tienen razón y se les escucha, pero otras veces no la tienen y se les debe decir. Pero no solamente sucede con los sindicatos en la Policía Local, sino a todos los niveles. Sin embargo aquella época pasó y está olvidada.
–¿Cómo son ahora los funcionarios que representan los intereses de sus compañeros en la Policía Local?
–Lo cierto es que son personas dialogantes y con las que se puede hablar. Las puertas de mi despacho las tienen abiertas y a veces desde la Jefatura hay cosas que no se ven y ellos te las hacen ver. Cuando vienen con una reivindicación sobre la que tienen razón, se lucha por lo que piden. Pero en otras ocasiones, entendemos, tanto desde el punto de vista del Gobierno como del mío mismo que no tienen razón y es cuando se endurecen un poco las posturas. Sin embargo, entiendo que con el diálogo siempre hay puntos de encuentro y se solucionan las cosas. Ahora mismo estamos en una fase de muy buenas relaciones, donde llegamos a entendimientos en todos los temas.
–También se ha llegado a decir que Ángel Gómez ha manejado los sindicatos…
–Eso es mentira, los sindicatos siempre han tenido su independencia. Hay ocasiones en las que he podido llamarles para contar con ellos y han estado al pie del cañón, colaborando y poniendo todo lo que tenían que poner para que los temas se solucionaran. Pero nunca he llegado a manejar a las organizaciones sindicales, entre otras cosas, nunca se hubieran dejado.
–¿No se han quedado ya pequeñas estas instalaciones?
–Estas dependencias fueron concebidas para una plantilla de 150 funcionarios y somos 300. A todas luces es insuficiente. Ahora mismo, con la entrada en funcionamiento de la Unidad de Proximidad al Ciudadano, no tenemos ninguna dependencia para ellos. Son modernas, porque no tienen muchos años, pero se han quedado cortas, de verdad, para las propias necesidades de la Policía Local.
–¿Será una espina cuando se marche dentro de dos años y medio el que no haya podido lograr ese objetivo de un nuevo cuartel?
–Es difícil que en dos años y medio se pudiera lograr, porque no olvidemos que estamos en crisis. Sin embargo, es algo que el que me suceda tendrá que seguir luchando por ello. Pero lo mismo le sucede al Cuerpo Nacional de Policía, cuyas instalaciones son tercermundistas, y a la Guardia Civil, aún más vetustas. Es cierto que en cuanto a instalaciones, nosotros estamos mejor que ellos, a pesar de las dificultades. Pero se nos ha quedado pequeño y lo cierto es que me gustaría que tuviéramos unas instalaciones como algunas que conozco en Estepona, Torremolinos o Valladolid. A mí, como es lógico, en estos momentos no se me ocurre pedirlo.
–¿Ahora mismo tiene todos los medios que necesita, agradece la gestión de algunas personas en concreto?
–Quiero decir que estamos bastante bien dotados de medios. Tengo que recordar a grandes concejales que estuvieron conmigo, por un lado Emilio Lamorena y por otro, Manuel Gómez Berlanga además de Jesús Cordente. Lamorena fue un hombre que apoyó todas las peticiones y luchó por la Policía Local. Gómez Berlanga, que a pesar de que no tenía una alta preparación técnica para asumir una responsabilidad como ésta, fue luchador, dio la cara y lo he considerado siempre como uno más entre nosotros. También destacó a Cordente y, ahora, a la actual consejera, a Yolanda Bel, quien me demostró cuando estaba en Protección Civil y ahora en la Policía Local, que es una mujer luchadora, de ideas fijas y que a este Cuerpo lo tiene muy metido. Ahí tenemos los diez vehículos que nos llegaron el año pasado, los siete que vendrán éste, la uniformidad de gala que está prevista para el año que viene destinada a toda la plantilla… Igualmente también recordaría a Fructuoso Miaja. Te diría muchos que han dejado en mí la huella de buenos políticos, también nombraría a otros que dejaron una huella muy negativa, pero es mejor olvidarlos.

Gómez, con 32 años al frente de la Policía, ha conseguido los cambios que necesitaba el Cuerpo. Ahora hace un balance de algunos de esos episodios históricos.

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