La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta condenó ayer a los llamados M.P. y S.G. por un delito de estafa. Los acusados aceptaron la pena de 3 meses de prisión, que fue sustituida por una multa de 2 euros diarios durante 6 meses. Se aceptó ese cambio porque los acusados no contaban con antecedentes penales computables en dicha pena. La figura jurídica de la conformidad sirvió para que se diera un acercamiento entre las partes, Defensa y Ministerio Fiscal, evitándose por tanto la celebración de la vista oral que tenía a sus espaldas dos suspensiones previas.
Antes de la celebración del juicio, los acusados pagaron integramente los 450 euros
Los hechos a la que se hace referencia en este suceso se produjeron en junio de 2015. Desde ese año se lleva intentando poner fin a este juicio, que se ha visto suspendido en múltiples ocasiones por diversos motivos. Todo comenzó cuando ese mes de junio de hace 5 años los acusados difundieron en la página web: segundamano.es, la venta de un vestido de novia por la cuantía de 450 euros. Para su compra contactó L.C., la denuciante, con ánimo de comprar el vestido y acordar la forma de pago. Tras varias conversaciones por teléfono móvil le hizo la transferencia a los acusados, pero nunca recibió el vestido a pesar de que sabía que lo necesitaba con urgencia.
La conformidad tuvo que esperar más de 1 hora por problemas en la videoconferencia
La estafada intentó ponerse en contacto en múltiples ocasiones con los procesados, pero estos hacían caso omiso quedándose el dinero. L.C. desesperada ante ese hecho, no dudó en ningún momento en poner el caso en manos de la Justicia y esta le ha terminado dando la razón 5 años después, ya que los acusados reconocieron los hechos. Ambos, antes de la celebración del juicio, hicieron el pago íntegro de los 450 euros a la denunciante por lo que eludían cualquier responsabilidad civil. La conformidad se pudo llevar a cabo años después, pero no fue nada fácil la celebración de este acto por culpa de las tecnologías. De nuevo, la sala virtual del Ministerio de Justicia deja a las claras que está muy lejos de estar al nivel de la tecnología del siglo XXI.