El entorno de la estación marítima acogió la pasada madrugada una auténtica batalla campal. Los resultados se apreciaban ayer, a plena luz del día: una decena de coches con las lunas destrozadas, un par de autocares con similares daños y parte de las cristaleras del techado de la estación marítima dañadas por el impacto continuado de las piedras. Las mismas que la empresa de limpieza se afanaba en retirar del lugar al igual que los restos de cristales.
La revuelta comenzó pasadas las 2.00 horas, una vez se cerró la estación marítima, y fue protagonizada por varios menores de los que habitualmente duermen en la zona portuaria. Según testigos presenciales mostraban apariencia de haber tomado sustancias tóxicas, así que subidos en los techos de la estación empezaron a apedrear no solo las lunas de la marquesina de entrada sino también a destrozar coches y autobuses estacionados en la propia estación o dentro del aparcamiento que lleva más de un año abandonado, desde que el Puerto lo dejó sin concesionar tras la marcha de la empresa que lo controlaba al no ser rentable.
El resultado es que dicho aparcamiento queda abandonado y sin vigilancia, repleto de coches que o bien son robados o bien terminan destrozados como sucedió de madrugada.
A plena luz del día podía verse el resultado. El aparcamiento seguía igual de abandonado, los coches con las lunas rotas y algunos incluso violentados, después de haber robado las ruedas o distintos elementos a los que se les puede dar uso posterior. Algunos dueños de estos turismos no sabían siquiera lo sucedido, mientras que los de los autocares los retiraron del lugar para evitar posteriores saqueos.
Lo ocurrido ayer incrementa un grado más la problemática que, en materia de seguridad, se produce en el entorno portuario y que ya ha sido denunciado en varias ocasiones.
La solución no es tan sencilla como pudiera concluirse. Los menores que han convertido el puerto en su zona de estancia rechazan su ingreso en el centro de Hadú y a pesar de ser interceptados por las fuerzas de seguridad y trasladados al albergue de acogida, huyen de allí en cuestión de horas. Al no tratarse de un centro de internamiento, su escapada termina siendo una más de la hilera de fugas que se producen a diario.
Estos menores dicen que en el centro sufren acoso y presión por parte de otros internos, pero el hecho es que en algunos casos rechazan el estar allí para no cumplir las normas y porque su intención inmediata es introducirse en alguno de los barcos que emprende travesía hacia el otro lado. El consumo de drogas está a la orden del día así como las quejas de las empresas comerciales de la avenida Cañonero Dato por los robos que se producen. De manera aleatoria se han realizado batidas por parte de las fuerzas de seguridad para localizarlos, retirarlos de las calles y llevarlos al centro de Hadú, sin que hayan resultado efectivas.
A los daños ocasionados ayer en varios de los vehículos aparcados en la estación marítima, se suman otros: los que sufren más vehículos que, a diario, son objeto de robos. Se les retiran hasta las ruedas o se quedan con objetos del interior. Ahora el aparcamiento no tiene concesionaria ni tampoco cámaras de vigilancia. Está completamente abandonado.
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