Los vecinos del Sarchal se sienten abandonados. Esa es la impresión que El Faro de Ceuta pudo constatar ayer domingo en su recorrido por el barrio. El principal problema que tienen desde hace varios meses viene derivado de los insectos, que se pegan a las mosquiteras y les hacen prácticamente imposible a los ciudadanos que viven allí el acceso a sus vehículos, ya que se meten dentro al abrir la puerta.
Como apenas se limpió la zona un poco por parte de los trabajadores de los planes de empleo, la situación es “insostenible”, dijo Laura García, quien teme que en verano no puedan “vivir, ni estar en la azotea, ni abrir las ventanas”. Esta ciudadana aseguró que, solo en su edificio, viven diez niños y que “es una locura, porque hay que sacarlos tapados”.
Otro vecino, Fernando Aguilar, se mostró de acuerdo con la versión ofrecida por García. “El bicho este está destruyendo las chumberas y toda la flora de aquí y eso afecta en que hay olores, sobre todo cuando no hay viento, y produce alergias”, explicó Aguilar. Este ciudadano lamentó que, en su casa, no pueden abrir las ventanas y los niños no pueden salir a la calle, porque se trata de “millones de mosquitos”. Al entrar en el coche, los mosquitos lo hacen también y “la cabeza, la chaqueta y todo se quedan blancos”, añadió. Por lo tanto, Aguilar reclamó que las autoridades saneen la zona para permitir una mejor convivencia entre los vecinos.
Lamentablemente, no es este el único problema del barrio, que tiene los mismos “de siempre”, señaló García. Se trata, dijo, de asuntos tan “gordos” como de espacio para aparcar, porque no hay zonas, o de que no se asfalta la calle.
Otro vecino, quien prefirió mantenerse en el anonimato, corroboró que faltan aparcamientos y anotó que es necesario arreglar la entrada, donde hay coches hasta “en triple fila”, y eso es un problema, puesto que “no pueden pasar los Bomberos ni las ambulancias” en una calle estrecha, donde coches que se cruzan a la entrada y la salida tienen que hacer verdaderas virguerías para lograr pasar sin chocarse el uno con el otro.
Igualmente, García protestó por el hecho de que la calle no se asfalte o que los vecinos no tengan contenedores para reciclar vidrio o cartón y alguna zona para que los niños jueguen. Para salir del barrio, además, hay que dar la vuelta, aseguró, en “una pista de tierra que cada vez está más hundida”.
Como confirmó Aguilar, es la única barriada con una calle de un estrecho carril único en ambos sentidos que no dispone de una acera, con lo que, “si un coche está mal puesto, no puede pasar el camión de la basura, ni la ambulancia, ni los Bomberos”. Así, si se produjera allí un incendio, añadió, “podría producirse una tragedia, porque no hay acceso”.
García declaró que “nunca” ha visto en las noticias intención de querer arreglar el barrio, lo cual no entiende tratándose de una vía pública –aunque hubiera que contar con la Ley de Costas- que mucha gente aprovecha para caminar o hacer senderismo.
No hay zonas de juego para los niños, quienes tienen que llevar cuidado con unos coches que se acercan “disparados”, según otro vecino del barrio que prefirió mantenerse en el anonimato.
García sugiere que en la plazoleta podrían poner algo para ellos o para la gente que va por allí a caminar. “Hacer algo por la barriada”, dijo. En su día la hubo. Aguilar recuerda un parque infantil cuando él era niño. Ahora tiene 50 años. García lleva en el barrio casi diez años y no tiene constancia de eso.
Otro asunto que preocupa al vecindario son los cables de telefonía, que, recordó Aguilar, deberían ir bajo tierra y, sin embargo, parecen “una telaraña”. Así, dibujó una imagen de “cables de un lado a otro y siempre con follones, como cortes de luz y de internet”, lo cual le parece increíble en pleno siglo XXI.
No hay cobertura y, cuando la hay, es perteneciente a Marruecos. Alguna vez, según García, se han caído cables cuando ha venido un temporal y han tenido que retirarlos ellos mismos de la calzada, con la incertidumbre de no saber si podrían sufrir algún daño. Además, el “miedo” –dijo- es que se queden incomunicados como ya ha sucedido alguna vez. Efectivamente, el vecino anónimo lo certificó: “no hay cobertura, estamos incomunicados y si hay un accidente o lo que sea…”.
En conclusión, los vecinos del Sarchal consultados coincidieron en que el barrio está “abandonado”, “descuidado” o “dejado” en una situación que califican de “insostenible”. “Una pena”, afirmó García, sobre todo, porque, como describió Aguilar, el barrio “es realmente bonito para disfrutar de las vistas y de la tranquilidad, porque lo único que se escucha es el oleaje”.
García aseguró desconocer si hay alguna asociación de vecinos, pero añadió que, si la hay, ella no la ha visto nunca denunciar la situación. Lo único con lo sí que cuentan es con una tienda de comestibles que “menos mal que tiene de todo”, afirmó García. “Al menos, nos surte de pan y de leche y nos ahorra salir en los días malos”, explicó García, quien aseguró que incluso le llevan la compra a casa cuando está enferma. Por tanto, lo que pide es “que no se mueva esa tienda de ahí”.
La ficción se ha colado en el escenario del Auditorio del Revellín. Melodías conocidas que…
Es el contraste de dos mundos. El que refleja un yate de lujo y el…
No es común ver producciones de ficción enmarcadas en el Estado Islámico. Sin embargo, Gerardo…
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, expresó este miércoles en…
Los aeropuertos de Marruecos registraron un nuevo récord en los primeros ocho meses de 2024…
Cada vez se acerca más este evento tan esperado por los consumidores. Los comercios en…