El vandalismo del fuego no cesa. La
quema de un vehículo en
Los Rosales ha alertado este jueves por la noche al vecindario, que ha tenido que movilizarse antes de la llegada de los bomberos para retirar los coches que se encontraban aparcados junto al que estaba en llamas y evitar así más daños pero también que estos hechos tuvieran un desenlace fatal. Para evitar que el resto de los vehículos aparcados también resultara calcinado, los vecinos han tenido que moverlos incluso rompiendo uno de los cristales para quitar el freno de mano y alejarlo del que estaba ardiendo. Se han vivido momentos de tensión cuando uno de los vehículos ha circulado cuesta abajo metiéndose en una jardinera sin que, por suerte, haya arrollado a nadie. La situación exigía actuar con rapidez y determinación, como así ha sido. Los vecinos, que han acudido a la carrera para eludir que ocurra una desgracia, han telefoneado al 112 que ha dado traslado del aviso al Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Ceuta (
SEIS). Minutos más tarde, en torno a las 22:00 horas, llegaba la dotación de Bomberos que se ha encargado de apagar las llamas y restablecer el orden.
Las quemas indiscriminadas que no cesan
Son auténticos atentados que rompen la tranquilidad de los vecinos de las distintas barriadas y que además pueden tener graves consecuencias. A las quemas de contenedores que se producen casi a diario se añaden las de vehículos por diversos motivos. Algunos por puro vandalismo, otras veces buscando un fraude y también por generar daños directos a sus propietarios. Lo que ha sucedido esta noche en Los Rosales se enmarca en esa particular cultura del fuego que se ha tejido en torno al vandalismo puro y duro contra el que intentan lidiar las fuerzas de seguridad. Queman todo: coches, contenedores, también provocan incendios en vertederos repletos de basura de todo tipo. Y ante esto tienen que actuar los Bomberos, que se ven además erigidos en víctimas de ataques indiscriminados a base de piedras por lo que han tenido que solicitar protección policial cuando se adentran en algunos barrios. Está el daño material, el daño social y también el económico porque cuesta, y mucho, reponer los contenedores calcinados y atender las pérdidas sufridas por particulares.