El
incendio que ocurrió la noche de ayer en uno de los garajes de la barriada de La Reina, en Ceuta, no parece algo casual, como explican los propios
vecinos. Desde que comenzara la pandemia, allá por marzo de 2020, unos individuos se han apoderado del aparcamiento y utilizan los trasteros como viviendas.
En el lugar se pueden encontrar televisores, sofás y todo tipo de enseres, un hándicap para la vecindad que vive en el lugar, que no deja tranquila sus coches estacionados. Hasta ahora no había ocurrido nada extraordinario, pero la madrugada de ayer tres coches quedaron calcinados y las llamas afectaron a un trastero en el que dormía una persona que pudo salvar su vida gracias a la rápida actuación de los
Bomberos.¿Por qué salieron los vehículos ardiendo? Esta es la cuestión, pero los vecinos parece que tienen la respuesta clara: todo se debe a que han querido que los individuos abandonen el garaje. A modo de represalia, se han quedado sin coche de la noche a la mañana. Una situación de la que los vecinos de la barriada son conscientes desde hace tiempo y que los lleva a no querer ni mostrar sus rostros a El Faro ni dar a conocer su identidad para no convertirse en la siguiente víctima.
El trastero afectado y por el cual se salvó a una persona parece un daño colateral, pero que pudo tener grandes consecuencias. En ese trastero conviven dos personas, un hombre que lleva mucho tiempo y otro solo unos meses tras padecer problemas familiares y no tener donde vivir. La persona que suele estar más tiempo respira tranquilo, ya que no se encontraba en la zona en el momento de los hechos. De haber estado podría haber supuesto una desgracia, ya que tiene problemas pulmonares, una situación que les lleva a tener miedo y a no saber qué hacer en un futuro.
El problema de ahora es que se han quedado sin lo poco que tenían. Todo ha quedado para el desguace, ya que se ha convertido en un lugar dantesco: todo quemado, carbonizado, sin luz y con los cables colgando. Una situación preocupante en la que las fuerzas de seguridad tienen bastante trabajo ya que se ha convertido en algo habitual. El miedo empieza a extenderse y los vecinos no saben hasta dónde puede llegar esto.