Vecinos de la barriada
Príncipe Alfonso ya no saben qué hacer para que se retire la
basura de enseres de lo más variado que se acumula en sus calles y que impiden incluso el libre tránsito de las personas por las vías, lo que supone un auténtico hándicap cuando se producen traslados en ambulancia o hay personas mayores que intentan pasar por sus calles. Colchones,
las famosas bombonas de gas que proceden de Marruecos y que están provocando una auténtico problema, palés y restos de muebles desmontados, marcos de cuadros y sillas dan lugar a un esperpéntico cuadro al que se enfrentan los vecinos en su día a día. Incluso han hablado con los operarios que habitualmente trabajan en la zona para dar cuenta del problema. Ellos han realizado fotos para trasladar este asunto y ver cuál puede ser la solución pero, semanas después de que otros los colocaran allí , siguen en el mismo lugar.
Su acumulación es tan grande que incluso ocupan toda la parte de la acera destinada a los viandantes y allí es donde surge el principal de los problemas, sobre todo con las personas de edad más avanzada, los niños y las madres con carritos de bebé, que tienen que trasladarse al asfalto para esquivarlos. Los vecinos ya no saben qué hacer. No les gusta ver su barriada así, con ese aspecto de insalubridad que la rodea a causa de esa acumulación de basura que, en parte, es provocada por el incivismo de algunos de sus conciudadanos. Ni si quiera la proximidad de un colegio, el CEIP Reina Sofía, hace que retiren esta acumulación de enseres, que hace totalmente impracticable el paso por algunas zonas del barrio. Un hecho que les preocupa especialmente es el abandono de varias bombonas de butano procedentes de Marruecos que, aunque en principio se dan por vacías de gas, la duda siempre está presente, con el consiguiente peligro que suponen.
Un problema que se repite
El conflicto entre los vecinos y la basura en sus vías es un problema que se repite día a día y no afecta solo a las calles del Príncipe, pues prácticamente todas las barriadas se ven afectadas por la acumulación de enseres que son tirados sin ningún remordimiento por aquellos que no respetan los modos indicados por la propia ordenanza municipal. Incluso bienes calificados como de interés cultural, como el Fuerte del Príncipe o las propias Murallas Meriníes, se ven afectadas sin pudor alguno por estas conductas que, probablemente, precisen más sanciones para evitar que se repitan con más asiduidad de la esperada. Restos de escombros, de obras, enseres, restos de electrodomésticos e incluso coches abandonados o quemados, ha terminado formando parte de un paisaje que nadie quiere ver pero que observan con cansancio aquellos vecinos a los que sí les preocupa cuidar el entorno en el que viven, su barrio, y hacerlo más amable en su día a día.