La contaminación acústica no se olvida entre aquellos vecinos de Ceuta que la sufren directamente y que, ahora, recelan tras conocer la medida por la que ha apostado la Ciudad para solucionar el conflicto suscitado con el sector Hostelero. Finalmente las terrazas abrirán a partir del próximo lunes si Ceuta entra en la fase 1 del Plan de Desescalada y una de las bases que se ha tornado favorable para dar este paso es la ampliación del espacio para que puedan cumplir con ese 50% de aforo.
A la batalla emprendida y ganada en la plaza Teniente Ruiz tras un empecinamiento particular y constante de un vecino que se convirtió en un David contra Goliat y al que los tribunales dieron la razón, se suman ahora las quejas o más bien temores de vecinos del Paseo del Revellín y de Daoiz en cuyas viviendas se ha dado positivo por una elevada afección en decibelios que tiene su foco en esa plaza. Los vecinos de estos dos puntos a los que se suman los de Teniente Ruiz y la Plaza Ricardo Muñoz han remitido un escrito al presidente de la Ciudad para que tenga conocimiento también la Consejería de Fomento -la competente en también salvaguardar los derechos de los ciudadanos- y la Policía Local.
En dicho escrito, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, los afectados se muestran indignados porque la plaza sea entendida como “zona de ocio”, como se ha llegado a denominar la Teniente Ruiz. “Son tramas urbanas de uso residencial aunque la realidad, por dejación del Gobierno se traduce en eso. El único centro de ocio por ley que existe es el Poblado Marinero”, recuerdan. En dicho escrito se pide que se aclare la situación en que se encuentran los locales, haciendo especial mención a si se dispone o no de informe de valoración ambiental para, por ejemplo, poder poner música proyectada al exterior. También se hace especial hincapié en que se valore qué locales pueden tener licencia o no de terraza en base a las normas que se deben cumplir para no entorpecer el descanso de los vecinos.
Se recuerda que “el mapa de ruido de Ceuta que se aprobó en 2016 arroja para esta zona”, en referencia a la Plaza Ricardo Muñoz y Teniente Ruiz, “unas mediciones mayores de 70 decibelios y la Ciudad tenía 6 meses para desarrollar los planes de acción sin que lo haya hecho hasta ahora” siendo por tanto zonas saturadas acústicamente, al superar los decibelios el objetivo de calidad acústica.
Las críticas de los vecinos tienen su amparo judicial en sentencias ganadas en las distintas instancias. La contaminación acústica no es una broma y la propia ordenanza de ruidos de la Ciudad Autónoma deja claro la “acción preventiva” que debe garantizarse para que se cumplan las normas.
El escrito firmado por vecinos que hacen valer sus derechos se basa en cuantiosas ordenanzas y normas que, recuerdan a la Ciudad Autónoma, deben ser cumplidas. “Nos parece una temeridad prometer algo que no está en la mano de la Ciudad Autónoma”, advierten, solicitando que por parte de la institución municipal no se autorice nuevas licencias de terrazas de los locales de la plaza, no haya modificación de horarios de las mismas debiendo respetar las ordenanzas de ruidos y de terrazas veladores así como las leyes medioambientales, y que no se autoricen chiringuitos ni habitáculos ni barras en el exterior si no existen informes ambientales de los técnicos municipales de que la contaminación acústica y ambiental no alcance valores que perjudiquen la salud.
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