Suciedad, contenedores rotos, plantas secas y rincones olvidados. Esa es la situación de
la barriada del Morro, en Ceuta. Isabel Paniagua, presidenta de la
asociación de
vecinos, ha querido alzar su voz en nombre de todos para conseguir mejoras para el
barrio. “En primer lugar, me gustaría resaltar el tema de los badenes que en varias ocasiones he pedido que se implantaran en el llano de las Carmelitas y en la calle Zuloaga, pero sin éxito. Hace unos días, si no me equivoco, atropellaron a un chiquillo que está hospitalizado. Si me hubieran escuchado, y aunque a veces un accidente es difícil de evitar, si esa moto hubiera tenido que frenar, tal vez se podría haber evitado”, denuncia. “La cuestión que más me preocupa y que estoy cansada de reivindicar es en relación a la asociación de vecinos. Nos quitaron el local social para hacer el campo de deporte de la Federación de Fútbol. Esto fue hace muchos años y todavía no hemos conseguido que nos lo devuelvan o que nos faciliten otro espacio para poder celebrar nuestras reuniones. Esto es una reivindicación que ya es cansino repetir porque no nos hacen ni caso. Y esto me gustaría que quedara muy claro”.
Otra de las cuestiones es en relación a la antigua ‘Normal’, el nombre que se le daba al lugar donde se estudiaba Magisterio en la calle del Greco. “Ahora es un instituto, formación profesional y una guardería. Hay mucha gente estudiando, con todos los profesores que eso conlleva”. “Digo esto porque existen numerosos discos de prohibición de aparcamiento. El centro no está funcionando todo el día, ni sábado y domingo. Los residentes no pueden aparcar y, si lo hacen, los multan. Esto conlleva bastante malestar, a parte de lo que supone la circulación a la hora de la entrada y salida del colegio. Son calles estrechas”, añade la presidenta. “Además, cuando los padres recogen a los niños de la guardería o instituto, como no hay aparcamiento, dejan el coche en doble fila y se crea un atasco importante. Esto también es para resaltarlo. Necesitamos zonas habilitadas para aparcamiento”, expone molesta.
En cuanto al final de la vaguada, denuncia la existencia de “chumberas secas que tuvieron como una plaga y esto todo feo y
sucio debido a la porquería que se ha ido acumulando y que nadie se encarga de quitar. Todo esto con el riesgo de que todo matorral seco puede provocar riesgo de incendio, sobre todo en este tiempo en el que está empezando el calor”. En relación a la calle Joaquín Soroya, “el peligro se encuentra junto a una zona verde vallada por un vecino. El problema es que hay una rama de peral que trepa por los cables de la luz con el consiguiente riesgo que eso conlleva, sobre todo porque está a la altura de la cabeza de las personas. No de la mía porque yo soy bajita y no llego, pero para los demás, sí”, explica entre risas. Pero seriamente llama la atención para pedir que fueran profesionales los que se encarguen de eliminar ese peligro para los vecinos.
“En cuanto a la parte baja de la misma zona, podemos ver que el servicio de limpieza es cuestionable. Está todo sucio y la imagen que da del barrio, no es buena”. Respecto a los enseres olvidados en la calle (muebles, colchones…), “aunque debo admitir que los camiones pasan con frecuencia, creo que habría que buscar la forma de que eso llegue ahí, ya que atrae roedores y tampoco es algo de buen gusto para el barrio. Bajo mi punto de vista se podría llevar a cabo un proyecto de punto limpio para los barrios de Ceuta y mejorar la apariencia de sus calles. Además, esto también afecta a la convivencia con la gente”, relata. Contenedores rotos, plantas que ocupan la acera y que nadie acude a cortarlas, matorrales secos, suciedad… Los vecinos piden mejorar el aspecto del barrio, y entre lo más importante, atender la cuestión del aparcamiento y badenes.