Los vecinos de las 317 de
Loma Colmenar estrenaron sus casas hace dos años sin pensar que, en algunos casos, se iban a ver atrapados en una hilera de injusticias. En pleno invierno, hay quienes no pueden siquiera ducharse en su hogar porque los calentadores están estropeados y no se los cambian. De todos ellos hay casos extremos. Como la historia de un residente que lleva 15 días teniendo que acudir a casa de un familiar para poder asearse, lavar la ropa… mantener una mínima higiene. Su calentador reventó entonces, acudió a
Emvicesa para solicitar el arreglo que todavía no se ha producido. Tiene un 86% de minusvalía, movilidad reducida, necesita ayuda incluso para poder salir a la calle… y en esta situación ni siquiera puede disponer de agua porque se produciría una fuga. Atrapado en su vivienda, lleva medio mes teniendo que desarrollar funciones básicas con apoyo familiar o de otros residentes. La queja está presentada. Primero le respondieron que no había dinero suficiente para todos los daños presentados por más vecinos del lugar. Después le comunicaron que lo arreglarían. Medio mes ha pasado y no hay respuestas. “No debo ni un recibo”, advierte el afectado, pero nadie le coloca un calentador que, por sus propios medios, no puede cambiar. Como él hay más casos, aunque el suyo es extremo. Pero no solo suceden situaciones de este tipo. Hay vecinos intranquilos porque han aparecido grietas en su garaje y temen que pueda producirse algún accidente mayor. También lamentan que no son atendidos, que han acudido a dar las quejas a Emvicesa sin que hasta la fecha se les haya solucionado esta hilera de deficiencias.