“De vergüenza”. Son las dos palabras que más repiten, entre murmullos, un grupo de vecinos de la barriada Juan Carlos I, en Ceuta. Todos coinciden en que se sienten “abandonados” ante el mal estado de sus calles.
Han dado la voz de alarma a raíz de las inundaciones de aguas fétidas próximas a una peluquería en las inmediaciones de los aparcamientos municipales.
La situación constante de balsas de agua los ha llevado a exponer de manera pública su situación y a expresar que no sienten como vecinos el mismo respaldo que se le brinda a otras barriadas de la ciudad.
El problema de los derrames de agua se ha dado de forma más frecuente en los últimos días. Los propietarios y vecinos tratan de mantener la zona limpia, pero siempre vuelven al mismo punto de partida.
Aseguran que no cuentan con los recursos o con una comunidad de vecino con la que poder permitirse el pago del arreglo de los estropicios causados por las inundaciones.
Aguas fétidas
Los charcos incluso llegan a la calzada y la basura se acumula a su alrededor. Naima Maimón Ahmed, una de las vecinas, asegura que este problema propicia, a su vez, la proliferación de ratas y moscas en la zona.
“Esto es un centro de infecciones para los niños y para nosotros”, comenta. “Y el olor. Cuanto más calor hace, más huele. A ver si pueden ayudarnos, que miren esto y ver qué pueden hacer. Algún día los cimientos de los pisos se nos van a venir abajo también”, resalta.
Estas balsas se producen “cada dos por tres”, según Maimón. Cada año tienen que retirar el agua entre tres y cuatro veces, tal y como indica este grupo de vecinos. “Ahora es más”, enfatizan.
Señalan que el origen de este problema tiene su origen en los cambios en las tuberías tras las obras que se realizaron en el edificio de la Pantera. “Se juntaron las cañerías con las de los pisos y locales, que son pequeñas. Se hace un tapón de agua. Antes de ese arreglo no salía el agua”, explica la vecina. Han tratado de pedir una solución a este problema, pero les aseguran que el arreglo de estos incidentes son responsabilidad de los vecinos.
Abandono, el sentimiento del barrio
Aseguran que desde que la anterior presidenta de la asociación de la barriada dejó su cargo, la situación ha ido a peor. Consideran que actualmente “el presidente es como si no estuviera”. Expresan que tampoco se sienten apoyados por las autoridades y que solo visitan la barriada “cuando hay que votar”. Sienten que solo escuchan promesas, pero que no se dan cambios que piden en sus calles
No solo critican las balsas de agua. Aseguran que la limpieza en esta barriada se produce cada mes, que no se les ofertan actividades como, por ejemplo, excursiones, y que hay espacios desaprovechados como una zona de descampado próxima. Consideran que “hasta los niños están abandonados”.
Baldosas descolocadas, basuras, suciedad y cableado suelto son algunas de las quejas de este grupo de vecinos que pide que “estén más pendientes” de su barrio. Un ejemplo de ello es el paso que hay cerca de la Asociación de vecinos de la barriada. Allí, las paredes están quemadas, hay cristales y residuos repartidos.
Los vecinos han pedido tapar la zona ante los constantes problemas de suciedad, un lugar donde, incluso se han llegado a producir incendios. Aseguran que desde las autoridades competentes se les ha denegado tapiar este paso al ser un lugar de acceso a calles colindantes.
“La barriada está muy dejada, muy abandonada. Aquí no pasa nada. Ni pintan, ni arreglan”. Denuncian que hay elementos sin arreglar o descuidados con los que los vecinos corren el riesgo de sufrir accidentes. “Está dejado de la mano de Dios”, aseveran. Los vecinos han llegado a dar aviso a la Policía Local en busca de alguna respuesta o medida que mejore la situación de la barriada.
Problemas en la sede de la asociación vecinal
El local habilitado para talleres y actividades vecinales se encuentra también en mal estado. Los vecinos piden que, al menos, se le dé solución al techo de la cocina, que se ha desprendido por completo y a la ausencia de agua en el establecimiento. Son ellos los que acarrean agua al lugar. Piden una solución para mejorar el estado de la sede de la asociación, sobre todo, de cara a las próximas fiestas de fin de curso que están por llegar.
El local se utiliza principalmente para encuentros entre vecinos y para clases de costura, en la que participan algunas personas mayores. Los vecinos incluso han contribuido con mesas y sillas para tener mobiliario para desarrollar su vida vecinal en el interior. Solo quieren una solución para el hueco del techo y el problema de agua que atraviesan.