Entre otras razones, protestan por el estado del garaje. La Ciudad emitió un requerimiento al dueño para su reparación.
Disgustados, aburridos de solicitar ayuda sin recibir respuesta y decepcionados con las autoridades. Así describieron ayer los vecinos de Plaza Nicaragua cómo se sienten “después de años de abandono, dejación y caso omiso” a sus peticiones. El vecindario criticó ayer la gestión que se realiza de los distintos frentes que, aseguraron, la Ciudad tiene abiertos en la zona.
El primero de los problemas a los que aluden los residentes apunta a los garajes bajo los conocidos como pisos de Galo. Dos vehículos salieron ardiendo a finales de septiembre de 2013 a consecuencia de un acto vandálico que, como daños colaterales, provocó que los bajantes de PVC se derritieran y el sistema eléctrico quedara abrasado entre otros desperfectos ocasionados por la acción del fuego extinguido con éxito por Bomberos pese a las dificultades de acceso al subterráneo.
Casi cuatro meses más tarde, el techo continúa apuntalado y los vehículos calcinados donde estaban aquella madrugada. La presencia de estos soportes metálicos bloquea el paso a los propietarios que tienen sus plazas tras los pilares, de modo que se han visto obligados a aparcar fuera del garaje, como explicaron. No obstante, las tuberías y la luz sí fueron restablecidas por el Ejecutivo local.
Este párking, al tratarse de una propiedad privada, obligó a la Ciudad a remitir un requerimiento a su dueño para llevar a cabo su limpieza y reparación. En el caso de que el propietario no acometa su arreglo, el Gobierno se hará cargo de la mejora y se le pasará la factura al propietario. Por otra parte, la administración local señaló que el garaje de Sidi Embarek, víctima del incendio de dos motocicletas en diciembre, solo está pendiente de las labores de pintado, actuaciones que desarrolla la Ciudad.
Hamido Frugui, presidente de la barriada San José-Hadú, donde se encuentran los pisos de Galo, invitó a la Consejería de Fomento a visitar los garajes y se preguntó por qué la Ciudad atiende los incendios en otros aparcamientos –como en Parques de Ceuta o La Marina– pero ignoró la peticiones de ayuda de su barriada.
En segundo lugar, los vecinos de Plaza Nicaragua protestaron por el abandono, por parte del constructor, de la explanada donde estaba prevista la edificación de viviendas, una plaza y un párking. Los trabajos comenzaron en 2009 y estaba prevista su finalización en 2011, sin embargo, lamentaron los residentes, las obras se interrumpieron poco después de sus inicios.
El máximo representante de San José-Hadú propuso que ante la falta de ejecución de la obra, la Ciudad expropie la parcela a su actual concesionario y se encargue de un proyecto que reactivaría la zona cuya situación “empeora cada día”. Los residentes en los bloques de Galo denunciaron de forma pública que, en la actualidad, esos terrenos han sido vallados y se emplean como aparcamiento donde, además, se acumulan los vehículos abandonados.
A este respecto, la Consejería de Fomento denegó esta semana la solicitud de autorización para ejercer la actividad de párking al aire libre en Plaza de Nicaragua porque se encuentra en una obra con licencia para la construcción de viviendas, locales comerciales, garajes, una plaza pública además de la urbanización de la zona, como publicó el BOCCE.
El portavoz de los residentes sostuvo que no es la primera vez que le trasladan sus quejas. “Confían en este Gobierno y en la palabra del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, quien aseguró que le iba a meter mano al problema de Plaza Nicaragua”, explicó al máximo representante de los habitantes de la barriada San José-Hadú.
Por otra parte, Frugui recordó que llevan “20 años reivindicando un polideportivo para una de las barriadas que más ha crecido y tiene cuatro equipos de fútbol que hay que llevar a entrenar a la playa del Chorrillo”.
Quejas por el abandono de la explanada. Basura, aguas fecales y riesgo para los niños
Los vecinos de Plaza Nicaragua insistieron ayer en su reclamación de mejoras de la parcela cuya urbanización y edificación estaba planeada. Denunciaron de forma pública que la explanada se ha convertido en un vertedero y escombrera donde proliferan las ratas y otras alimañas. Asimismo, protestaron por los malos olores que emiten las alcantarillas al descubierto ubicadas en el mismo llano. Ahora, éste se encuentra vallado por el desnivel pero, añadieron, la protección suele estar derribada. “Supone un peligro para los niños, que pueden caerse”, dijeron. Además, este espacio donde antes aparcaban los vecinos se encuentra cerrado al paso detrás de Caja Madrid.