Situación esperpéntica la que se ha vivido este miércoles en uno de los bloques de viviendas que da a la
plaza Nicaragua, en Ceuta. Los vecinos del portón número 3 se han topado con una desagradable e inhumana decisión: la gestora que lleva la comunidad había cortado el suministro de luz impidiendo que el ascensor pudiera estar operativo y desatendiendo la existencia de hasta 3 vecinos que sufren de movilidad reducida. Dice el refrán que pagan justos por pecadores y eso es precisamente lo que ha sucedido en este rincón de Ceuta. Los
vecinos de bien que abonan sus recibos se han topado con que no podían beneficiarse de los recursos comunes porque así se había decidido desde la gestora que lleva la comunidad, castigando la acción de alguno en concreto con la suspensión de la luz sin previo aviso para todos.
Así, José Luis, vecino del sexto piso y que este mismo jueves quiere emprender viaje a la Península, se veía imposibilitado para acceder a su propia vivienda. Es el claro ejemplo de esta dura decisión. “He venido y los vecinos me estaban esperando para contarme lo sucedido. Mire la situación en que estoy, cómo voy a subir a mi casa. ¿Dónde está la responsabilidad de la gente?, ¿quién me ayuda y quién es el culpable? Denunciaremos a los responsables, no hay derecho la poca vergüenza de quienes no se hacen responsables de esta situación”, explica José Luis, que como principal afectado dio parte al
112 para que se personara la Policía, que llegó sobre las 16:15 horas. Emilio, vecino del bloque, se ha sumado a estas quejas lamentando que habiendo residentes en esta situación, con movilidad mermada, nadie les haya dado una pronta solución.
Lo que más les duele es que se hayan topado con una medida de estas características, dejando a vecinos en la calle sin poder acceder a sus casas porque están en silla de ruedas y necesariamente tienen que hacer uso del ascensor. Subirlos por las escaleras era labor imposible. Se ha escenificado la clara representación de la lucha de David contra Goliat, la incongruencia de tener que reclamar humanidad sin hallar respuesta a estas alturas de la vida. La llegada de la
Policía Local ha servido para dar fe de lo ocurrido y para conseguir el compromiso de que recibirán luz para poder acceder a sus viviendas. Queda en el aire la posibilidad de presentar denuncia por todo lo que ha pasado y por el castigo asestado para todos sin merecerlo.