Varios partes internos del 112 cuestionan la operatividad del teléfono de emergencias

El programa SÉNECA, con el que el 112 maneja el sistema de comunicaciones, sufría esta misma semana una nueva caída, obligando a los profesionales del servicio al empleo del sistema analógico.

No es la primera. Los jefes de sala y empleados del servicio han firmado de puño y letra múltiples partes internos en los que dejan buena muestra del malestar existente por los bloqueos  continuos del SÉNECA. ¿Qué significa esto? Significa que cuando el sistema se cae el teléfono único de emergencias, tan vanagloriado políticamente por los políticos responsables, queda en evidencia. A saber, no se puede identificar las llamadas entrantes, no hay ni plataforma ni base de datos operativa, ni, tampoco, se puede transmitir telemáticamente datos a un organismo concreto ni mucho menos grabar las llamadas. ¿Resultado? Que los trabajadores tienen que coordinar los desvíos de las llamadas como si atendieran al ciudadano con un ‘teléfono casero’. ¿Consecuencia? Los tiempos de respuesta  no son ni los esperados ni los que publicita la clase política.
De este cúmulo de incidencias tiene conocimiento la Ciudad. Y lo tiene porque hace unos meses el propio director del 112, Javier Romaguera, lo resaltaba en un informe interno al que ha tenido acceso este medio. Un informe que deja constancia de la ristra departes internos realizados por los jefes de sala en los que mencionan las continuas caídas del sistema. Así viene sucediendo desde hace meses, hasta que esta misma semana, en pleno preludio de la organización del simulacro de la catástrofe perfecta, el programa SÉNECA volvió a fallar.
Las caídas del sistema son, en algunos casos, de escasos minutos. Pero también los hay de mayor gravedad, aunque nunca, hasta ahora, hayan salido a la luz pública. Es el caso del ocurrido el pasado 12 de agosto, hace escasamente medio año. La sala del 112 se vio afectada por un apagón que dejó anulados todos los aparatos eléctricos. ¿Qué fue lo más grave? Que, sorpresivamente, no funcionaron los sistemas de protección auxiliares por lo que quedó únicamente operativo un teléfono exterior tipo DOMO “el cual durante 45 minutos no recibió ni una sola llamada, hecho nunca ocurrido con anterioridad”, señala el informe. La anulación de los sistemas se produjo a las 18.30 horas, según el parte interno realizado. Pues bien hasta las 19.15 no se activaron las líneas telefónicas manuales. Ahí está la explicación de por qué no se recibió llamada alguna. “Se da la circunstancia de que las líneas telefónicas manuales hay que activarlas en un cuarto cerrado con único acceso de los técnicos del CPD”, se indica en el informe. Y eso no se produciría hasta las 19.15. “Al parecer dicha avería ocurrió por un sobrecalentamiento en el cuarto de servidores que hizo saltar el generador auxiliar y éste a su vez también causó un fallo en el SAI provocando el colapso del sistema, permaneciendo la sala del 112 totalmente ajena a todo lo acaecido”, se añade.
El propio responsable del 112 lamenta en este informe que el programa SÉNECA se ha convertido “en inestable”, cayéndose “periódicamente en todos los turnos, estando logados en cada corte 15 minutos”, advierte.
Otras fuerzas de seguridad son las que reciben directamente los resultados de estas deficiencias, ya que son las que llegan a los lugares en donde se ha producido la emergencia y reciben o bien los insultos de quienes dicen haber llamado hace tiempo o bien las emboscadas.
De esto último sabe bien la Policía Nacional, cuyos agentes han acudido a llamadas derivadas desde el 112 sin la comprobación debida topándose con emboscadas o con reprimendas de vecinos que denuncian haber avisado con más tiempo. Bomberos tampoco se queda atrás. El pasado 3 de septiembre, con motivo del incendio de varias motocicletas en un bloque del Polígono Virgen de África, eran recibidos a gritos por los vecinos, encontrándose no con un incendio recién originado sino con todo un bloque de residentes ya evacuado. ¿Cómo es posible? Fallos de comunicaciones, de nuevo. El 112 recibió la llamada de alerta de un vecino a las 3.12 horas. Pues bien, Bomberos no supo de esa llamada hasta las 3.21 horas, porque un operario del 112 se desplazó hasta el cuartel ya que era imposible el aviso por vía telefónica. Desde ese aviso hasta la llegada al lugar pasarían otros seis minutos más. Las críticas y amenazas vecinales las recibieron los agentes de Bomberos.
Denunciados los hechos por los propios vecinos a este medio los políticos primero lo negaron, después lo investigaron, y por último supieron de los fallos de comunicaciones habidos reflejándolo en un informe interno pero nunca reconociéndolo ante la prensa.

La muerte de un buceador en San Amaro y los problemas judiciales

El sistema SÉNECA implantado en el 112 ha dejado, con sus continuas caídas, varias notas negras en el camino. Durante la ristra de incidencias ocurridas hace unos meses se encuentra la acontecida en la jornada en la que desapareció un buceador en San Amaro, encontrándose después el cuerpo. Pues bien, en otro parte interno del 112 se hace mención a este caso concreto reseñándose que durante un periodo concreto de la búsqueda, desde las 23.15 horas hasta las 23.45 horas de aquella jornada “el sistema SÉNECA no funcionaba y todo el personal del 112 permanecía logado manualmente, por lo que no se han grabado las primeras llamadas de emergencia ni las alertas”. Esto lo advierte la propia jefa de sala de esa noche y queda reflejado en un informe posterior. “Esta caída del sistema coincidió con la petición de auxilio por la desaparición de un buceador recibiéndose dos llamadas de alerta y teniendo que alertar a los organismos sin el uso del soporte informático... no se ha podido grabar las llamadas ni se tiene constancia de ellas. Es un hecho que ha podido pasar en cualquiera de los cortes y que pudiera acarrear algún tipo de problema en el supuesto de que se judicializara el caso y solicitaran dicha información”, dice el director del 112.

Los partes más graves y las quejas importantes cursadas

Averías En uno de los partes internos facilitados a este medio se hace constar de la existencia de una avería general que produce un apagón en la sala. Sólo funciona un teléfono que durante 45 minutos está inoperativo. Es decir el 112 no existe ni es efectivo. Sólo técnicos del CPD tienen acceso al lugar en donde se produce la avería. A las 20.30 horas se consigue arreglar el sistema pero el sistema Séneca sigue caído. Al día siguiente continúan fallando los sistemas. Se avisa al CPD a las 6.40 horas y el encargado llega a las 8.00, el sistema Séneca funciona a las 9.15 hasta las 14.30 que vuelve a fallar. Por la noche nueva avería, se soluciona a las 23.40 y se vuelve a averiar a las 6.15 horas.
Advertencia Un encargado de grupo firma en un parte interno que debido a la ristra de caídas del sistema llega un momento en que el 112 se queda sin un solo teléfono manual para recibir llamadas ya que no se tiene acceso a un cuarto desde donde pudieran activarse. El propio responsable llega a manifestar que desconoce cuándo se solucionará la avería. Más grave aún es cuando indica, ya en un escrito fechado en agosto, que desde julio lleva sin funcionar el puesto número 3 y que no han recibido aviso por parte del CPD de cuándo se actuará.
Agosto Es un auténtico mes negro para el 112 con partes internos casi diarios de las anomalías detectadas. Los trabajadores intentan sacar adelante su labor como pueden pero las deficiencias técnicas y de infraestructuras son cuantiosas.

Advertencias oficiales ante un posible “caos absoluto” en la ciudad

No lo dice ‘El Faro’, ni tan siquiera los trabajadores del 112, ni familiares quejosos por el funcionamiento del operativo. Lo dice y advierte el propio director del 112 en un informe. Pone encima de la mesa no sólo el funcionamiento del sistema sino las graves consecuencias que podría tener para la ciudad. A saber, ante las caídas continuadas del programa SÉNECA, que es la plataforma de comunicaciones que sostiene el buen funcionamiento del 112, el propio Javier Romaguera señala en un informe del que tuvo conocimiento el consejero cesado de Gobernación, José Antonio Rodríguez, que “si los problemas técnicos” de caídas del sistema, “se hubiesen producido durante los periodos de lluvias torrenciales sufridos en breves fechas, esto hubiera supuesto un caos absoluto con graves consecuencias para el conjunto de la ciudadanía”.
Para más inri, quien se responsabilidad del servicio, además de defender el celo profesional de los trabajadores, concluye que el teléfono de emergencias 112 “es indicativo de graves deficiencias” en cuanto a “operatividad” y recomienda que “dado su gran relevancia, repercusión en la seguridad y resolución y coordinación de cualquier emergencia, creo necesario el disponer de un servicio integral, gestionado únicamente por esta dirección, siempre bajo la supervisión directa de las consejerías”. Solicita un control absoluto sobre el sistema, sin que la resolución de las averías se tenga que poner en manos de otras áreas, algo que “ha sido constatado en distintas reuniones mantenidas en los foros 112 a nivel nacional, comprobando in situ su funcionamiento y operatividad”.
Esto en la actualidad no sucede. De hecho a pesar de las recomendaciones cursadas en un informe y las advertencias a tenor de los fallos graves ocurridos, el 112 sigue dependiendo directamente para la resolución de las averías del antaño llamado CPD. Hay partes internos en los que las averías han tardado en solucionarse hasta horas, dejando el servicio en manos del control manual de los teléfonos y sin poder grabarse las alertas y llamadas.