Varias porteadoras heridas, evacuadas al Hospital, tras una nueva avalancha

Al menos cuatro porteadoras resultaron heridas de diversa consideración en la mañana de ayer por lo que se tuvo que proceder a su rápida evacuación al Hospital Universitario en ambulancias de Cruz Roja y 061. Los hechos se produjeron en torno a las 9.00 horas en el Tarajal, justo en la puerta norte, la que conduce en su desviación hacia las naves del polígono.

El cierre del paso ordenado por Marruecos quince minutos antes provocó que se generara una avalancha que dejó a cuatro mujeres heridas y a otras lesionadas pero que abandonaron el lugar por sus propios medios, por lo que no llegaron siquiera a ser vistas por los componentes de Cruz Roja ni se procedió a más traslados. En Marruecos también ha habido heridos, como una embarazada que perdió el feto y que está ingresada en el hospital de Rincón.
Fue la propia Policía Nacional la que solicitó la presencia de las ambulancias que, tras comprobar el estado de las dos mujeres que presentaban policontusiones, procedieron a su traslado al clínico de Loma Colmenar. Una unidad sanitaria cruzó el paso fronterizo ante la posibilidad de que hubiera heridos dentro del tubo, pero no fue necesaria su intervención.
Tal y como confirmó Ingesa a El Faro, las mujeres marroquíes fueron atendidas en Observación de contusiones en distintas partes del cuerpo. Una de ellas, la que presentaba mayor gravedad, se quejaba también de un fuerte golpe en el pecho, y fue dada de alta por la tarde. El estado de todas ellas no reviste gravedad más allá de los golpes sufridos  en unos cuerpos ya de por sí avejentados por las malas condiciones de vida y por su edad.
Lo ocurrido ayer no es más que el resultado de la situación caótica que se lleva produciendo a diario en el entorno fronterizo y en las propias naves. Desde hace semanas, el tránsito de mercancía entre España y Marruecos se está viendo seriamente afectado. Los cierres de frontera que lleva a cabo parcialmente el vecino país así como el rechazo a admitir determinados bultos tiene su lectura negativa  más inmediata en territorio español. Las fuerzas de seguridad no permiten el tránsito de mercancías por la frontera, toda vez que al saber que Marruecos impedirá su entrada tratan de evitar un auténtico colapso dentro de las infraestructuras de la propia frontera que podría tener consecuencias dramáticas para los porteadores al sufrir aplastamientos.
Esta situación, complementada con el aumento notable de camalos que llegan a Ceuta atraídos por el precio del bulto, convierte la zona en un escenario caótico y de riesgo. Ayer pudo haber habido muchos más heridos, ya que tal y como explicaron testigos presenciales a este medio, “se concentraron muchas personas y se terminó formando una avalancha. Las mujeres se caían, no podían levantarse y ellas mismas terminaban empujándose unas a otras. Había una embarazada que fue golpeada”, explicaba una porteadora a pie de frontera a El Faro. “El problema lo causa tanta gente que se queda aquí a dormir para no perder los bultos, son miles de personas que no pueden ser controladas, no tendrían que dejarles quedarse aquí”, añadía una ceutí que también pasa bultos, o lo intenta, por el Biutz y que se queja de que hay muchos ceutíes necesitados de este tránsito de bultos a los que no les dejan trabajar en las naves, en detrimento de los marroquíes.
A diario se están produciendo caídas, avalanchas y agresiones en el entorno fronterizo debido a que el Biutz ya no funciona como filtro adecuado, de hecho no respeta siquiera un horario fijo. Ayer por ejemplo a partir de las 9.30 horas no se permitía salida alguna, y ya antes había registrado cierres parciales. Esto lleva a los porteadores a dirigirse hacia la frontera para intentar sacar la mercancía por este paso, bien a carga o bien dentro de vehículos convertidos en almacenes a cuatro ruedas o sobre bicicletas. Marruecos impide su entrada por Tarajal, lo que lleva a que las fuerzas de seguridad a que ejerzan un bloqueo para evitar males mayores en el recorrido.

Escenario de demasiadas tragedias

La puerta norte fue ayer escenario de un nuevo accidente con heridos. Pudo haber sido peor, porque es tanta la cantidad de personas que se concentran e intentan cruzar unidas que entre ellas mismas se pisan y golpean. En la avalancha de ayer se produjeron cuatro heridas con necesidad de traslado al Hospital, pero hubo más personas lesionadas que se marcharon del lugar sin que tuvieran que ser atendidas por las ambulancias. Se desplazaron 4 unidades.   

El ‘infierno’ constante del paso

La situación en el Tarajal es caótica. Hasta cuándo se va a poder aguantar así nadie lo sabe o nadie se atreve a decirlo públicamente. Pero el hecho es que las tensiones que se registran entre porteadores y agentes de las fuerzas de seguridad van cada vez a más. Los primeros tienen un único objetivo: pasar la mercancía. Cerrado el Biutz, su única vía de escape es el Tarajal. Así que se apelotonan hombres y mujeres con los bultos a cuestas o sobre bicicletas, intentando cruzar el paso sin que la Policía o la Guardia Civil se lo impida. Se escenifica un particular juego del gato y el ratón, pero aplicado a un escenario con demasiadas tensiones que terminan por reventar.
Las fuerzas de seguridad tienen orden de impedir la salida de grandes bultos por el paso fronterizo, para evitar que haya problemas dentro del tubo de salida a sabiendas de que Marruecos no va a permitir esa entrada. Los camalos son retenidos en la acera que da a la playa, lo que termina generando colapsos e impidiendo el tráfico del servicio público con normalidad. Ayer tuvieron que desplazarse ambulancias del 061 ante cuadros de mareos. También se originan enfrentamientos entre los porteadores que esperan y se escenifican momentos de riesgo por la bajada de bultos y personas por el hueco que antaño ocuparon las escaleras que fueron demolidas por la Delegación en un acto irresponsable que no ha provocado más que una mayor inseguridad en este punto.
Por la mañana trabajan en la zona Policía Nacional, Local y Guardia Civil. Ya por la tarde los efectivos quedan mermados númericamente lo que da pie a las largas colas y a mayores atascos.
El tránsito se convierte en un auténtico ‘infierno’ que no hace sino demostrar la crisis registrada a pie de campo entre autoridades de uno y otro lado. Las relaciones ‘domésticas’ a pie de frontera no son lo buenas que pretende difundir la Delegación del Gobierno.