Como regla general, participar en una acción positiva y consciente podremos anotarla en el libro de los aciertos, y entonces, la balanza de la justicia alcanzará un equilibrio placentero. No te calles; participa.
Para poneros en perspectiva os voy a contar una historia, que no es la mía, que es la de Acefep, que es la de todos.
Tras nueve años deambulando por las calles de la ciudad desconozco que pertenezco al colectivo de personas con enfermedad mental. Es decir, ni me lo planteo (será la inercia). Nunca me imaginé verme en esta situación.
Al doblar cada esquina veo el silencio en los rostros, y la falta de autoestima me hace bajar la mirada. Lo recuerdo como si fuera hoy. Es el estigma de la desesperanza.
En el vacío, los días se parecen como gotas de agua, como aguas de parecidos cristales. Lo que más me duele es la felicidad fingida de mi madre; su preocupación. Mis heridas supuran cuando pienso que mi madre se puede sentir culpable de mi fracaso existencial. Si hay una salida, que alguien me lo diga.
Entonces, me entero que mi madre se está viendo con otros familiares, desorientados por un futuro incierto. ACEFEP nacía en la frialdad de una sala de juntas prestada; la lucha por dar una referencia a los problemas de salud mental en Ceuta daba comienzo.
Más tarde, en los bajos de la Marina, nuestros programas, nuestros técnicos, y nuestros usuarios se santifican, bendecidos por la humedad que cala en el alma.
Anteponiendo el agradecimiento, el tiempo nos redime y nos dignifica, y ahora ocupamos la planta baja del Edificio de la Juventud, en la Plaza Vieja (creo que lo sabéis).
El ánimo de los nuestros se torna alegre, y nos planteamos un salto estratégico: propiciar un entorno de conciencia colectiva sobre los problemas de salud mental, que determine el bienestar psíquico de la sociedad. Hay quien se lo deja todo en el intento.
La vitalidad es nuestro signo, así que os ofrecemos una oportunidad para romper el silencio que nos prohíbe ver una realidad distinta: congéneres en la natural y en lo humano, atenazados por unas limitaciones que muchas veces no son propias, que son como cadenas que el silencio ambiental ha impuesto.
El día que comprendamos que la salud mental es mandamiento principal, pues nos faculta para la felicidad, quizá decidamos apuntarnos a este evento, y recorrer las calles como quien navega por los mares de la comprensión. La meta: romper el silencio.
Anuncio así la V Carrera Solidaria “4.300 pasos por la Salud Mental” el próximo 7 de octubre. Puedes inscribirte hasta el 28 de septiembre en nuestros locales de la Plaza Rafael Gibert 27, planta baja. Apúntate y ven a recoger tu dorsal y tu camiseta técnica.
Aparte de la llegada individual habrá trofeo para el grupo más numeroso, y una magnífica paella solidaria calmará los suspiros del estómago insatisfecho.
Una jornada, en definitiva, para disfrutar en familia compartiendo la alegría por ese sueño que es la inclusión de un colectivo con ganas de participar en la sociedad.
Estamos al servicio de Ceuta y de su buena gente. Gracias por ir más allá de esa frontera que es la generosidad.
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